Maratón 4/5
—¿Por qué no sonríes?.
Estábamos desayunando, ese día era la presentación de Olive y estaba muy nerviosa.
— ¿Apenas te das cuenta? — enarqué una ceja.
— No, pero pensé que sólo era al principio. Ahora ya te conocemos bien y no te he visto sonreír.
Suspiré.
— Hace mucho que no encuentro razones para sonreír — me encogí de hombros.
Ya había olvidado lo que era estar feliz, reírte con tus amigos y tener una gran sonrisa en mis labios.
Nunca había tenido necesidad para hacerlo, hasta ese momento.
— Creo que tendremos que hacer algo al respecto, ¿verdad, Olive?.
— Ya lo creo Dylan — hicieron una mirada cómplice.
Empezaron a ser caras graciosas para provocar una risa en mí.
No sé qué era peor, que estuvieran haciendo eso o que en realidad quería reírme.
Pasaron varios minutos y nada.
— Tenemos que tomar medidas drásticas — la peliverde se levantó de su lugar al mismo tiempo que Dylan.
Se sentaron lentamente a un lado mío y me empezaron a hacer cosquillas por mi estómago.
Creo que han encontrado nuestra debilidad.
Traté de resistirme lo más que pude hasta que una risa brotó de mi boca.
Una gran, prolongada, fuerte y ruidosa risa.
Puse los ojos como platos.
Mi primera risa después de años y solo lo lograron conseguir esas dos locas personas que estaban a mi lado.
Ambos se detuvieron al escucharme reír y aplaudieron como si fuera el acto más heróico de toda la historia.
—¿Cómo se sintió? — preguntó el castaño regresando a sus respectivos lugares.
— Bien — solté una risita nerviosa — muy bien.
Terminamos de desayunar y nos fuimos a nuestras habitaciones para prepararnos para el recital de Olive.
Me duché y escogí la ropa que iba a usar para la tarde.
Me puse una playera de manga corta, con rayas blancas y negras; unos baggy jeans azules, mis converse negras y una chamarra de cuero que combinaba perfectamente con el atuendo.
Me hice una coleta, dejando algunos mechones sueltos. Me miré al espejo para observar que todo estuviera bien.
Agarré mi tote bag y salí para dirigirme hacia el escenario.
El escenario estaba en medio de un gran patio rodeado de pasto; era de madera y era lo demasiado grande para que la banda tocara.
Ya habían varias personas en el lugar, así que tardé un poco en encontrar a Dylan e Isaac.
—¡Zoey! — Crawford agitó su brazo para que me ubicara a su lado.
Saludé a Isaac y me puse enmedio de los dos.
Dylan llevaba una playera blanca, unos jeans azules y una chamarra de cuero negra.
Podría quedarme viéndolo por horas y jamás me cansaría de lo guapo que es.
— Linda chamarra — me susurró.
— Igual la tuya — dije con un ligero sonrojo en mis mejillas.
Sonreí internamente.
— ¿Estás bien?.
Se que me lo preguntaba por la gran cantidad de personas que había en el lugar.
Asentí.
— Lo estoy.
Me dedicó una sonrisa.
Después de unos minutos parados, dieron la primera llamada.
—¿Ya habías estado en un concierto? — Isaac me miró curioso.
— Este es el primero.
—¿Es normal que esté nervioso? — agachó la cabeza.
— Depende del porqué — enarqué una ceja.
Se quitó la bandana para acomodar sus rizos y dejarlos sueltos.
Entre bromas y risas, se nos pasó el tiempo, cuando apagaron las luces y empezaron a tocar la intro de la canción que iban a tocar.
¨Boulevard of broken dreams¨ de Green day.
—¡Amo está canción¡ — me dirigí hacia Crawford.
— ¡Ya somos dos!.
El público de atrás empezó a gritar y me uní al ver a mi mejor amiga ahí.
Cantamos todos al unísono y de vez en cuando miraba a Dylan para cantar como si fuéramos los únicos.
<< I walk this empty street on the boulevard of broken dreams, where the city sleeps and I´m the only one, and I walk alone>>.
<<¨My shadow´s the only one that walks beside me>>.
<< Sometimes I wish someone there will find me, ´til then I walk alone>>.
Podía ver a Olive tan concentrada tocando la batería y desde allí irradiaba esa felicidad por ser la elegida para tocar ese día.
La canción acabó y aplaudimos el gran trabajo que hicieron todos.