My life

Capítulo 21

Maratón 5/5

—¡Uno!.

Estábamos en nuestra banca desayunando, cuando a Olive se le ocurrió jugar uno antes de que comenzaran las clases.

—¡Eso no puede ser posible! — reclamó la peliverde comiendo otra carta.

—Uno — puso en el montón de cartas, una amarilla.

Entrecerré los ojos hacia Crawford.

— Es una lástima … — acomodé mi última carta —... que gané otra vez — sonreí victoriosa.

—¡ No es justo! — Dylan cruzó los brazos.

—¿Cómo puedes ser tan buena en este juego?.

Lo pensé unos segundos.

— Puede ser porque me la pasaba jugando sola — me encogí de hombros.

— ¿Jugamos otra ronda? — ofreció Olive.

— Pero hay que apostar para que sea más interesante.

Fruncí el ceño.

—¿Están conscientes de que van a perder, verdad?.

— Tal vez con la apuesta, pueda mejorar, Ir - nan - dis.

Resoplé.

—¿Quién va a jugar contra quién?.

— Paso, Dylan te hará más pelea que yo.

Miré al castaño.

—¿Qué apuestas?.

No habló por unos minutos.

— Una salida de amigos, pero sin Olive.

Puse los ojos como platos.

—¿Cómo te atreves? — reclamó Olive indignada.

—Como una ¿cita?.

Se puso rojo al instante.

—¡Claro que no! — chilló — es una salida de amigos nada más.

Lo pensé por unos minutos.

¡No podría estar tanto tiempo a solas con Crawford!.

Tendría que ganar.

Iba a ganar.

— Si tu ganas salimos los dos solos con la condición que yo quiera, si yo gano vas a comprarme tres libros edición especial — propuse.

— Trato — extendió su mano.

—Trato — la entrelacé con la mía sintiendo una corriente de electricidad.

Vimos el flash de una cámara.

Olive estaba sacando fotos de nosotros.

— Lo siento, esto lo tenía que grabar.

El timbre sonó.

Recogí mis cosas.

— ¿Listo para perder, Crawford?.

—¿Por qué estás tan segura Irnandis?.

— ¿Oh créeme cariño, lo sé? — le guiñé un ojo y fuí corriendo a mis clases para que no se notara el sonrojo en mis mejillas.

Después de clases, fuí a mi habitación para dejar mis cosas y lavarme la cara.

¡Dios!, ¿Cómo pude guiñarle el ojo?.

Me sentía tan avergonzada que no quería ver a Dylan a los ojos.

Sequé mi cara y vibró mi celular.

Olive: ¿Quieres decirme qué pasó hace rato?

Yo: No hay nada que contar.

Olive: Pues cierta persona se puso como un idota.

Oh no.

¿Y si mis sentimientos no eran correspondidos?.

Quedaría como una idiota, y no quiero que mi relación con Crawford cambie y sea incómodo.

¡Mierda! ¡¿Qué había hecho!?.

Me llegó un nuevo mensaje.

Crawford: Olive y yo te estamos esperando para comer y para hacer la apuesta.

Si no llegas en 5 minutos, tendré que ser el ganador 😌

Yo: Eso jamás.

Agarré el uno de mi mesita de noche y salí hacia las bancas del comedor.

Comimos más rápido para poder iniciar la partida.

Dejamos la bandeja y empecé a sacar las cartas del Uno.

Olive las barajeó y nos repartió siete a cada uno.

—¿Están listos?.

Ambos asentimos.

— Comiencen — se sentó al lado de Dylan.

Mientras íbamos avanzando el juego se ponía muy parejo, ni mis mejores tácticas funcionaban.

Estúpido Crawford.

— ¡Uno! — dije al colocar mi penúltima carta en la mesa.

— ¡Uno! — colocó un +4.

No. Puede. Ser.

Abrí los ojos como platos.

— Tu turno Ir- nan - dis.

¡¡¡¡¡¡Es un idiota!!!!!.

Agarré mis cuatro cartas y puse una verde.

— Es una lástima … — puso su última carta verde — que hayas perdido.

Me quedé boquiabierta.

¡No pudo haber ganado!.




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