Capítulo 24

—¿Lista? — le susurré a Olive que iba detrás mío cargando un cupcake.

La peliverde asintió.

Tratamos de caminar por el pasillo de las habitaciones de hombres lo más silencioso que pudimos.

Llegamos a la puerta indicada y saqué la llave que le pedí prestada a Nick.

Abrí la cerradura lo más silenciosa posible para que nuestra sorpresa no se arruinara.

Entramos de puntillas y cerramos la puerta cautelosamente.

—¿Lo hacemos ya? — le pregunté a Olive que había dejado el cupcake en la mesita de noche.

Asintió.

Prendí la luz y ahí se encontraba el castaño dormido en su cama.

Puse en mi celular la canción de feliz cumpleaños a todo volumen.

Crawford no se despertaba.

Tuvimos que tomar medidas drásticas.

Agarramos la pistola de agua y lo empezamos a mojar.

El castaño se despertó de inmediato.

—¿¡Pero qué…?!.

—¡FELIZ CUMPLEAÑOS! — dijimos al unísono.

Tardó unos segundos en entender lo que estaba pasando.

—Dejen dormir — se quejó con voz adormilada.

— ¡Nada de eso!, ahora sopla la vela de tu cupcake.

Olive le tendió el cupcake de fresa con la velita encendida.

— <<Feliz cumpleaños a tí, feliz cumpleaños a tí, feliz cumpleaños, querido Dylan, feliz cumpleaños a tí>>.

Crawford sopló la vela y aplaudimos.

— ¡Ya tienes 16 años! — la peliverde fingió sorpresa — que viejo estás.

— Tú tienes 15, Olive — Se talló los ojos.

— Da igual.

— Bueno, vamos a darte tu tiempo para cambiarte y te esperamos en nuestra banca — interrumpí su mini pelea.

Dylan vió la hora en su reloj.

—¡Son las 7 am! — chilló.

— Sin quejas, Crawford. Ya organizamos nuestro horario para hacer tu fiesta de cumpleaños.

Asintió.

Olive y yo salimos de la habitación del castaño, no sin antes recordarle que usara su sudadera que teníamos a juego.

Regresamos a nuestro departamento y nos apresuramos a arreglarnos.

Me puse mi sudadera, me até mis converse de siempre y me hice una coleta alta con unos mechones de fuera.

Me eché tantito perfume y puse mis cosas en mi tote bag.

Nos encontramos en nuestra banca habitual y caminamos hasta la entrada del centro.

—¿A dónde vamos? — preguntó el cumpleañero.

— Es una sorpresa.

— Aunque estamos esperando a Nick — añadió Olive.

—¿¡Vamos a salir del pueblo!?.

Asentimos.

Después de unos minutos, llegó Nick con su carro.

Por decisión del mayor de todos, los tres nos fuimos en el asiento de atrás.

Pusimos las canciones favoritas de Dylan y nos pusimos en marcha para celebrar su día.

Cuando ya íbamos a llegar a nuestro destino, Olive y yo hicimos una mirada cómplice y pusimos en la radio, Better than words de one direction.

Cantamos toda la canción y no nos importaba la mirada de los dos niños que nos acompañaban.

— Se supone que es mi cumpleaños.

— Sabemos que en el fondo te gusta — le guiñé un ojo.

Nick estacionó su carro y bajamos ubicando el lugar.

Ese lugar traía muchos recuerdos a mi mente.

Estábamos cerca del big ben, lo que significaba que viajamos a Londres.

— Me llevaron a Londres — Crawford exclamó atónito.

— Bien, regresaré por ustedes a las 8:00 en el mismo lugar, si surge una emergencia o algo parecido, llámenme. Tienen su ubicación de 24 horas activada en su celular, así que estaré monitoreandolos todo el tiempo, ¿está bien?.

—¿Por qué no vas a venir con nosotros? — preguntó el castaño.

— Tengo cosas que hacer.

—¿Vas a ver a alguien? — inquirió Olive.

Y por primera vez desde que lo conocí, Nick se sonrojó.

—¡OH POR DIOS, VAS A VER A JAMES! — festejó Dylan.

— ¿James? — enarqué una ceja.

— Es su…

—¡BASTA!, voy a ver a alguien, pero siguen estando en mi rádar.

Los tres asentimos.

Caminamos hasta llegar a nuestro primer destino.

Era un lugar en la que podíamos deslizarnos por un trineo en la nieve.

—¿Están seguras que quieren hacerlo?.

— No tiene que estar tan alto, aparte, ya pagamos.

Nos posicionaron en nuestro trineo; Dylan enfrente, yo en medio y Olive atrás.