My life

Capítulo 27

Sentía los rayos del sol en mi cara, sin embargo aún no me quería despertar, estaba en un lugar muy acogedor y no quería que ya no volviera a pasar.

Los rayos fueron más insistentes y tuve que abrir los ojos. Me los tallé y al intentar salir, sentí como si alguien me retuviera.

Volteé a ver sobre qué podría estar obstruyendo mi camino y me paralice.

Crawford estaba aferrado a mi cintura, durmiendo muy profundo.

Recordé lo que pasó ayer y me abofetié mentalmente.

¡Pensé que había sido un sueño!.

Oh no.

Estaríamos en muy severos problemas si nos descubren.

Entré en pánico y con todas mis fuerzas hice a un lado a Dylan, que terminó cayéndose de la cama.

—¡Miércoles!, ¿por qué acepté? — me levanté de la cama y caminé en círculos.

—No sé que acabas de decir, pero buenos días para tí Hir - nan - dis — dijo el castaño con voz ronca.

—Es porque no hablas español, idiota.

—Si te soy sincero, nadie me había despertado así — se levantó del piso con una mueca.

—¡Es de mañana, Dylan!.

—¿Y?.

Respiré profundamente para no enloquecer.

—Podrían descubrirnos.

—No es que nadie vaya a …

Alguien tocó la puerta insistentemente.

Me puse pálida.

—Bien — susurró — tú escóndete a un lado de mi cama, voy a ser lo más sigiloso posible, sea quién sea.

No hice ningún ruido, me puse boca abajo para poder un poco.

—¿Qué haces aquí? se supone que no puedes estar aquí tan temprano — le preguntó a una persona que no podía ver.

—¡Zoey no está!.

Me paralicé al identificar la voz.

No le avisé a Olive que estaba bien, debió de entrar en mi habitación.

—¿A qué te refieres con que no está? — Dylan aún seguía en su papel.

—Fuí a su habitación y no está, le llame y no contesta, Dylan. Debemos buscarla.

Traté de levantarme pero me golpeé con la cabeza y se escuchó en todo el lugar.

—¿Estás escondiendo algo?

—Claro que no, Green — dijo algo nervioso.

Pasaron unos segundos en completo silencio.

—¡Oiven no!.

La peliverde entró a la habitación de Crawford y me encontró acostada, mientras me escondía, le sonreí.

—¡QUÉ CARA…!.

—¡Olive! — la interrumpí.

Me levanté y ví cómo mi mejor amiga estaba blanca.

—¿¡Qué pasó aquí?!.

—Olive, calma.

—¿¡Qué me calme!?, no tienes ni idea lo mucho que me preocupé por tí, y ahora veo que estás con Dylan haciendo no sé qué.

—¿Estás loca? — intervino Crawford — jamás haríamos algo.

Esperamos a que se tranquilizara para explicar lo que realmente había pasado.

—Está bien, pero avísenme antes.

Asentí.

—Lamento interrumpirlas, pero esta es la hora en la que todos se despiertan, así que necesito sacarlas lo antes posible antes de que sepan la verdad y nos castiguen.

Ideamos un plan para que fuera lo más rápido y la vez sigiloso.

Nos quitamos el calzado, Dylan se cercioró de que nadie estuviera en la sala común; nos dió una señal y ahí corrimos tratando de no hacer ruido. Cuando ambas salimos, nos volvimos a poner nuestro calzado y regresamos a nuestra habitación.

Traté de descansar un poco más, antes de que llegara la hora del desayuno.

Estábamos comiendo, cuando llegó Mariana a nuestra mesa, todos fruncimos el ceño.

—Lamento interrumpirlos pero, Zoey, tienes visita.

Se formó un nudo en mi estómago.

¿Quién querría visitarme?.

Acaso…

No. No podía ser ella.

—¿Yo?.

Miré las caras de mis amigos y tenían sus ceños fruncidos, pero a la vez estaban preocupados. Tal vez tuvieron la misma teoría que yo.

—Acompáñame por favor.

Mis pasos se sentían cada vez más pesados al ver que estábamos llegando a la recepción.

Quise salir huyendo al ver de quién se trataba.

¿Por qué a mí?.

— Si necesitas algo, sabes que puedes llamarme — me susurró Mariana al ver lo tensa que estaba.

—Gracias.

Se alejó para darnos privacidad y me senté en el sillón que estaba enfrente suyo.

—Jamás pensé que nos volveríamos a ver tan pronto —inicié la conversación.

—Zoey, sabes que lo hice por…

Sonreí sarcásticamente.

—Lo hablaste con Elizabeth, Abigail. Sabes lo mucho que me dolió cuando se fue, lo que pasé después; sin embargo, no te importo.

—Lo lamento Zoey.

Suspiré.

—Sé que no viniste hasta acá solo para pedirme disculpas, así que dilo.

Se removió incómoda en el asiento.

—Es Emily.

Sentí un nudo en mi garganta.

La preocupación y el pánico invadió mi sistema.

—¿Qué pasa con Em? — traté de sonar lo menos alarmada posible.

— Zoey… — Pasaron unos segundos para que encontrara las palabras adecuadas, pero lo sentí como una eternidad —... ella va a ser adoptada.

Sentí un nudo en mi pecho.

—¿C- cúando?.

—Lleva unos días.

Asentí.

Normalmente se quedan unas semanas en los hogares temporales, luego se realiza el proceso de adopción o no.

—¿Puedo ir a verla? — pregunté esperanzada, sabiendo la respuesta.

—Es algo confidencial, Zoey — me miró con pena — sabes como funciona.

—P-pero yo le prometí que iría a verla — mis ojos empezaron a humedecerse.

—No puedo hacer nada — se levantó del sillón —Pasa bonitas fiestas.

Empezó a alejarse, pero aún tenía que preguntarle algo.

—¿Por qué me lo dices?.

Se detuvo y se giró hacía mi.

—Pensé que querrías saberlo, antes de que te dieras cuenta cuando ya no esté.

Sentí el nudo de mi garganta crecer más.

—¿Es segura la adopción?.

Abigail asintió.

—Sé que eras muy cercana a ella.

Algunas lágrimas rodaron por mis mejillas.

—Ten un lindo día, Abby.

Me dí la vuelta para regresar con mis mejores amigos.

Me sentí libre de llorar.




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