Navidad?

Dudas.

En la escena se podia ver a los tres niños que ahora ya no lo eran más o al menos eso aparentan según sus ropas, estatura y demás.

- ¿Que haremos ahora? - pregunto José, mirando con osadia a Ana.

- No lo sé - respondio ella con temor al enojo que podia causarle a Vane y a José.

Vanesa que era la mas cuerda de este grupo, los miro y dijo:

- Hasta no saber en donde estamos nadie hara nada.

- No podemos hacer eso - replico José - debemos volver a casa, nuestros padres se preouparan.

- ¿Tienes una idea de como salir de aquí?

- No pero no deberiamos quedarnos, en los libros hay fotos de bosques así - dijo señalando los pinos y abetos llenos de nieve, los cuales proyectaban sombras espectrales.

Los tres niños iniciaron a caminar por el borde del lago sin saber a donde ir, pero al momento que iniciaron su caminata su corazón inicio a palpitar como cuando alguien anhela llegar a algun lugar, un lugar que conocen y que siempre han querido visitar.

Dos horas después de caminar y caminar, todos se sentian cansado, se entaron en un tronco hueco que estaba en la orilla del río.

- Tengo mucha hambre, ¿no tienen comida?- pregunto José.

- Pues la verdad no, pero podemos ver como conseguir comida, parece que ya va a hacerse de noche - dijo Vane señalando el horizonte - creo que hos tocara acampar cerca, ¿alguien sabe como encender una fogata? 

Ana chaqueo los dedos, sin saber lo que hacia, su mano estaba casi congelada, pero al hacer esto chispas le salieron, sin saber lo que pasaba y asustada grito muy fuerte, José reía sin parar y a Vane se le ocurrio una idea más.

- José ve a traer leña, ya se que vamos a hacer.

José se levanto de inmediato y se adentro solo un poco al bosque pues aun tenia miedo de lo que podia pasar, no sabia lo que dentro el había ni lo que encontraria.

Al cabo de media hora José regresó, con mucha leña en la espalda, parecia llevar demasiada, incluso.

Vane hizo momientos muy extraños con sus dedos, y una tetera con sus tazas saco, Ana hizo un movimiento con una ramita que por ahi encontró, encendio los palos que por alguna extraña razón estaban muy secos... el frío de una manera muy extraña inició a descender, las estrellas se veían ya, pero el viento cesó por completo, 

Una bolsa extraña colgaba de la cintura de Ana, pero nadie la había notado, pero en este momento José la mira, y de un momento a otro saca un pedazo de papel...

Es un mapa.

- Ana ¿a dónde nos llevas?

- De que hablas, sabes que no conozco este lugar.

- Muestrame ese mapa entonces.

- ¿Qué mapa? - Pregunta Vane.

- Este mapa - dice José quitandole de la mano el pedazo de papel.

- Ana, - Vane la mira con enojo, pero mira nuevamente el mapa, - no lo puedo creer, 

En el mapa se observan tres puntos que representan las posiciones actuales de los niños y se muetran diez puntos, los cuales los rodean, pero algo extraño pasa, los puntos de los niños eran de color rojo y el resto eran puntos de color azul brillante, y en unas palabras que nosotros no podriamos leerlas decía, enemigos al acecho.

Se veia una linea que dividía el reino de la nieve eterna con la tierra de ¿Santa? ellos estaban en los terrenos de Santa Claus, pero tenian enemigos al acecho.

- Vane, mira - dijo Ana, mostrandole un libro "Hechizos simples elficos" en la descripción se le otorgaba este libro a Vane, busco un poco mas adentro y una espada muy grande saco, y se la entregó a José, en la empuñadura estaba escrita su nombre, sigui buscando y encontro una varita y otro libro de hechizos este decia "Hechizos solo para aquella que fue elejida"

  - Y, ¿que hacemos con todo esto?

- Guardalo de nuevo en la bolsa y lo sacas cuando lo necesitemos - dijo Vane con un tono muy neutro.

Se iniciaron a escuchar pasos muy cerca, cada vez mas cerca, de una rama saliron varios duendes, uno tras otro los rodearon y uno de ellos pregunto:

- ¿Ustedes vienen a salvar la Navidad?-

Los tres se miraron el uno al otro, sin saber que decir sin saber si est era bueno o si era malo, Ana miro el mapa, y lo verifico de nuevo, enemigos, todos eran enemigos, Vane hablo:

- No, no sabemos lo que haemos aquí nos pueden ayudar - sugirio.

- Pues claro - dijo el duende - con una sonrisa burlona y sarcástica.  




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