Clayton
Masajeo mis sienes al momento que entra Emir sugiriendo ir a almorzar al restaurante donde trabaja Lily.
Mi amigo está feliz de que aceptara mis sentimientos y haya hablado con ella logrando estar juntos. Sé que él es sincero.
Emir y yo nos conocimos en la Universidad mediante Gary, un ex amigo en común.
Gary fue mi amigo en la preparatoria y fuimos a la misma Universidad, aunque él optó por otra carrera. Él amaba las finanzas, mientras que yo prefería la administración y el comercio. Por eso eligió estudiar finanzas, donde conoció a Emir. Ellos se hicieron amigos en una de las clases, luego Gary nos presentó.
Los tres nos hicimos buenos amigos hasta que pasó lo que pasó con Melanie. Emir se puso de mi lado, algo que no me extrañó, ya que a él nunca le agradó y lo dejó claro, muy diferente a Gary que tiró años de amistad a la basura por una mujer que no valía la pena y que le dio igual esa lealtad. Ni modo, más vale solo que mal acompañado. Siempre es mejor tener un amigo verdadero a que muchos falsos.
Emir es leal y de los buenos, me lo ha probado muchas veces y se enojó después de contarle que tuve intención de emparejarlo con Lily, pues dijo que solo intentaba ser amable con ella y conocerla un poco más para asegurarse que no fuera otra Melanie. Nunca tuvo segundas intenciones.
Lily no es Melanie, eso lo sé y me alegra que Emir opine igual que yo y le agrade. Es la primera vez que le agrada una mujer con la que salgo y él es bueno juzgando a las personas. Por algo es el mejor asesor financiero de la ciudad. Tiene grandes habilidades para levantar negocios y carácter para destruir los que no sirven. Él no se basa nada más en números y estadísticas, sino en el carácter de las personas.
Me levanto de mi lugar, agarro mi chaqueta y salgo de la oficina en compañía de Emir luego de avisarle a mi asistente que saldré a comer y puede localizarme al móvil si se presenta algo urgente.
—Andas por mi empresa como si fueras el dueño y señor. —le digo una vez en el ascensor.
—La empresa es de tu abuelo y ya todos saben que soy tu mejor amigo. Algunos creen que trabajo aquí.
Suelto una carcajada.
—De cierta forma trabajas para la empresa. No te olvides que eres mi asesor financiero.
—Es verdad, sin embargo, no trabajo directamente en tu empresa.
—¿Tu trabajo estaba aburrido hoy que apareciste por aquí?
—Más bien agotador. Un cliente al que le dijimos lo que tiene que hacer para levantar su negocio y se niega a hacernos caso. No me sorprende de un hombre de setenta años que lleva manejando su restaurante durante cuarenta años y a su manera.
—¿Qué vas a hacer?
—Nada. Si se niega a hacernos caso, nos haremos a un lado y que se las arregle solo. No vamos a obligarlo ni a rogarle.
Asiento estando de acuerdo.
—Espero que les haga caso. Sería triste que perdiera su negocio por causa de su testarudez.
—Lo sé. Espero que sus hijos lo hagan entrar en razón, de lo contrario se quedará sin nada.
—Ojalá nunca sea testarudo.
—Tienes muchos defectos, Clay, no obstante ese no es uno.
Palmeo su espalda riendo.
—Gracias, amigo… ¿Qué defectos tengo?
Emir niega con la cabeza.
—No hablemos de eso. Mejor celebremos que Lily y los niños te atraparon. Aunque no me sorprende. Amaris es un poco intensa, mas es buena y tiene mucho cariño para dar, nada más es reacia a las personas. Caleb es todo amor y ternura.
Sonrío pensando en ellos.
Quiero que llegue el viaje a los viñedos para poder disfrutarlos con ellos. Estoy seguro de que tanto a Lily como a los niños les encantará.
La última vez que fui, fue con Melanie y no volví a ir. Mis abuelos y mi madre se encargaban de todo cada año en el festival allá mientras yo movía los hilos desde acá.
A Clarissa nunca la llevé porque no le gusta la naturaleza y no era fan del vino, sin esos dos gustos no tenía mucho sentido llevarla.
Esta vez es diferente. Es hora de regresar y crear nuevos recuerdos, lindos recuerdos que borren los del pasado.
Emir me toca el hombro y me hace señas para entrar. Nos ubicamos una mesa a la vez que busco a Lily con la mirada.
En el sector de caja está una de las amigas de Lily, creo que se llama Madeleine o algo así, hay una camarera que no reconozco y Ruby, quien al verme se acerca con cara seria.
—Hola, Clayton. —dice esta y mira a mi amigo con interés.
—Hola, Ruby—sonrío—. No sé si recuerdas a mi amigo Emir.
El aludido levanta la mirada y saluda a Ruby con su espectacular sonrisa amable, si bien no es la sonrisa especial que se reserva para las mujeres que le gusta.
Podría salir con Ruby. Es una mujer bonita y con buen sentido del humor. Lily dice que es una amiga leal y buena persona, además de trabajadora e independiente. Amaris también habló muy bien de su tía Ruby.