Capitulo 3

La situacion con su padre era insostenible ya han pasado dos meses desde que su padre le dio el ultimatum y las cosas han empeorado.

La discusión entre Amelia y su padre, el empresario exitoso y orgulloso de su legado, fue intensa. Ambos se encontraban en la imponente oficina de su padre, rodeados de obras de arte y símbolos de poder.

"¡Padre, no entiendo cómo puedes poner a Carlos como jefe del departamento de proyectos! Él no tiene la experiencia ni los conocimientos necesarios para ocupar ese puesto", exclamó Amelia, con voz firme pero cargada de frustración.

El padre de Amelia, con una expresión de seriedad en su rostro, respondió: "Amelia, Carlos es un hombre de confianza para mí. Sé que puede aprender y crecer en el puesto. Además, necesito un heredero que lleve mi legado adelante".

Amelia se sintió herida y menospreciada. Había dedicado años de esfuerzo y dedicación a la empresa familiar, demostrando su valía y capacidad en cada proyecto. Pero su padre parecía no valorar sus logros y sacrificios.

"Padre, estoy aquí para demostrarte que soy capaz de llevar el negocio a nuevas alturas. He trabajado duro y he demostrado mi valía. No necesito un apellido masculino para hacerlo", dijo Amelia, con determinación en su voz.

Su padre la miró con desaprobación. "Amelia, entiende que solo quiero lo mejor para la empresa y nuestra familia. Necesito un heredero, alguien en quien confiar para mantener nuestro legado intacto".

Amelia se sintió herida y decepcionada. Había esperado que su padre la reconociera por sus méritos y no solo por su género. Pero la realidad era cruel y frustrante.

Amelia salió de la oficina de su padre con el corazón acelerado y una determinación férrea en su interior. Estaba cansada de vivir a la sombra de las expectativas de su padre y de sentirse menospreciada por no cumplir con su visión tradicional de lo que una mujer debería ser.

Decidió que era el momento de hacer su propio camino, de seguir sus propios sueños y de demostrarle a su padre, y a sí misma, que era capaz de lograr grandes cosas sin depender de un apellido o de un hombre a su lado.