Hace 9 años
Corro hacia casa porque mi mamá me había avisado que hoy tenía que llegar temprano, ya que venían a cenar unas personas de su trabajo. Me llamo Veronica Harris y mis padres trabajan en una empresa de tecnología, Cynetics creo que se llama, y inventan cosas muy chulas. Siempre me han enseñado como montar mis propios juguetes y espero que cuando sea grande aprenda más y lo haga mucho mejor. Paso corriendo por los árboles, que en su mayoría son pinos y abetos decorados con una capa blanca de nieve, dejando atrás el pequeño arroyo que más me gusta. Paso gran parte de mi tiempo ahí, donde el agua siempre es transparente y vive un pequeño zorro rojizo como mi pelo.
Cuando llego a casa me extraño porque la puerta está abierta y mis padres siempre me regañan cuando la dejo así, por lo que entro con muchos nervios. Una vez dentro intento hacer el mínimo ruido posible y me acerco a la cocina, el único sitio de donde viene luz. Cundo me asomo, puedo ver a dos señores apuntando a mis padres con pistolas como las de los policías.
- Realmente lo sentimos, Richard, pero no podemos permitir más tus campañas contra la empresa. Además, nos hacéis perder mucho dinero. - habla el hombre castaño. Está de espaldas a mi y es muy alto. Su pelo es corto pero liso y es de un color castaño miel. Lleva un traje gris.
- Esto también va por ti Rachel, deberías haberte casado con un tipo sin tanto corazón y sentimiento de solidaridad, de ese modo no estarías metida en esto. - ahora el que habla es el otro hombre. Es rubio y tiene el pelo con pequeños rizos. También es alto pero un poco menos y su traje es azul.
Veo las caras de mis padres y son puro terror, aunque mi padre, al contrario que mi madre, la tiene llena de golpes. En un momento su mirada se posa en mi y se pone más pálido si es posible. Con sus ojos me incita a que me vaya, pero mi cuerpo solo responde pegándose más a la pared.
En un momento escucho dos disparos y solamente soy capaz de cubrir mi boca para que no salga ningún grito que pueda alertar a esos hombres. Mientras tanto, noto como de mis ojos salen lágrimas calientes que me dejan un gusto amargo al llegar a mi boca.
- Recoge y limpia todo, que no queden pistas.
Sin más me alejo a toda prisa y subo las escaleras hacia mi habitación. Me meto en el armario y abro una pequeña puerta que da a una habitación pequeña secreta a la que vengo cuando no quiero molestar o cuando simplemente quiero pintar o colgar mis fotos. Paso un buen rato hasta que escucho la puerta de entrada cerrarse con un golpe y me espero a escuchar el motor del coche en marcha para salir de mi escondite y bajar a donde mis padres.
Cuando llego a la cocina veo que todo está perfecto excepto por los cuerpos de mis padres, que aun estando sin vida siguen juntos. Apenas tengo diez años, pero se que han muerto, que se han ido y que me he quedado sola en este mundo. Mis padres no tenían mucha relación con su familia, por lo que no loe he visto más que un par de veces cuando tenía cuatro años.
Con pesar me acerco a sus cuerpos y le acaricio el pelo a mi madre. Eso es algo que he sacado de ella, su color. Mi pelo es rojo como el fuego, y cuando le da el sol brilla y tiene muchos reflejos. Lo tengo largo y con ondulaciones. De mi padre, por otro lado, tengo sus mismos ojos, verdes con pequeñas manchas marrones y azules pero aun así muy claros.
Salgo en dirección al bosque y me pongo a buscar flores para llevarles a mis padres. Debería llamar a alguien, pero cuanto antes lo haga antes se irán de mi lado, y no quiero perderlos, no aun. Me quedaba demasiada vida con ellos y no puedo aceptar que ya no estén. Los extrañaré demasiado. Vuelvo a la casa y en el recibidor me encuentro con un papel que no he notado antes. Lo cojo y leo lo que pone.
Mark William Andrews
Jefe de Cynetics
En ese momento me doy cuenta de quienes son los culpables de lo de mis padres.
- Dos días más tarde-
Hoy han venido los policías a casa y cuando les he abierto la puerta y han visto lo que ha pasado me han querido llevar. Yo me he negado pero aún así me han llevado con ellos.
Después de ir a la comisaría y estudiar mi caso dicen que me pueden llevar a vivir con una señora mayor que está sola con la que no me faltará nada, por lo que me devuelven a casa para que recoja las cosas que me quiere llevar, entre ellas mi cámara, fotos, dibujos, los juguetes que hice con mis padres y algunos pendientes y collares de mamá y me llevan en coche a la que será mi nuevo hogar.