- Disculpa...
Me giro y veo a una chica castaña de ojos color miel a mi lado. No la he visto nunca y si es de alguna de mis clases no estoy segura, pues no me fijo en la gente que hay.
- Lo siento pero no hay más mesas libres y me preguntaba si me podría sentar aquí. ¿Te molesta?- me pregunta con una voz muy dulce.
- Claro, adelante.- le digo mientras le hago un gesto para que se siente.
- Espero que no te importe que vengan mis amigos, habíamos quedado para comer. Te prometo que no te molestarán. - me mira con ojos de súplica.
- Para nada, no molestan.- le respondo para después sacar un libro y empezar a leer.
Pasa un rato y noto miradas puestas en mi, por lo que levanto mi vista y me encuentro con tres chicos mirándome curiosos.
- ¿Necesitáis algo? - les digo fastidiada por las miradas.
- Pues sí que es una rica mimada- dice un castaño en un leve susurro.
- No soy mimada, pero me frustra que se me queden viendo. Además, no os conozco, por lo que no deberías judgarme, es de muy mal gusto.- le digo neutra.
Se me queda viendo sorprendido por mi respuesta y por que lo haya escuchado.
- Lo siento... ni siquiera se tu nombre- me dice la chica apenada.
- Verónica.- le indico.
- Lo siento Verónica, les he dicho que no estaba bien pero han pensado que los estabas ignorando y se han molestado.- dice la chica fulminando con la mirada a los tres sujetos que antes me miraban y ahora se encuentran con la cabeza gacha.
- Pensábamos que los rumores eran ciertos.- dice un rubio.
- ¿Rumores?- pregunto desconcertada.
- Si... bueno...- empieza un rubio.
- Verás...- dice el pelinegro.
- No es que creamos que sean ciertos, pero dicen que...- dice el castaño.
- Dejadme adivinar, así será más senzillo y más rápido. Dicen que soy una rica y mimada hija de papi y mami que ha entrado en la universidad pagando una fortuna y que aprobará ingeniería pagando a los profesores, ¿cierto?- digo con cara de poker para luego ver sus rostros pálidos.
- No se si sorprenderme por lo buena que eres o asustarme porque puedes ser una bruja.- me dice la chica.
- No ha sido difícil de adivinar.- le digo con un encojimiento de hombros.
- ¿Y es cierto?- dice el rubio.
- Jake, cuantas veces te tengo que decir que no se hacen ese tipo de preguntas.- dice la cataña mientras el rubio se gana un colpe y una mirada fulminante.
- Lo siento Verónica, pero es que la curiosidad me mata.- dice para luego soltar un Au! por otro golpe.
- Tranquilo. Estoy aquí con una beca, cosa que no quiere decir que no tenga dinero porque Miranda tiene y mucho, pero después de hacer los exámenes de entrada y de mi historial académico decidieron darme una beca del 50% con la que solamente pago la residencia. Además, que no hable con nadie no quiere decir que sea ni prepotente ni altanera, solo no ha tenido muchos amigos que digamos y como no conozco a nadie no hablo con ninguno, sin contar que socializar no es mi fuerte.- le explico acabando con un murmuro.
- Vaya eh, lo sentimos. Si te hace sentir mejor no lo has hecho tan mal con nosotros.- dice el castaño con una mueca divertida.
- Soy Sebastián Carrington.- dice el pelinegro.
- Liam Hemworth- dice el castaño.
- Jake Lawler. - dice el rubio.
- Amanda Presley.- me dice la chica para luego envolverme en dulce abrazo con el que me tenso.- lo siento.
- Tranquila, me ha pillado desprevenida.- le digo para darle una pequeña sonrisa.
- Bueno y...- empieza a decir Liam hasta que se oye la música de un móbil, el mío.
- Lo siento, tengo que contestar.- lo cojo y veo que es un número desconocido, por lo que respondo extrañada.- Si, ¿diga?.
- ¿La señorita Scott?- me pregunta la voz de un hombre des del otro lado de la linia.
- Soy yo.- respondo.
- Disculpe las molestias pero ahora que ya ha cumplido la mayoría de edad necesitaría hablar con usted sobre la herencia de sus padres.
- ¿M-mis p-pa-padres?- pregunto en shock.
- Verónica, soy el abogado de confiaza de sus padres y ellos antes de - suspiro- su infortunio fueron inteligentes como para arreglarlo todo para tí.
- De acuerdo.
- Necesitaría hablar con usted en persona. Tengo notificado que estudia en Princeton verdad. Si usted quiere puedo ir allí este fin de semana para que hablemos y que así sepa todo lo que hay.
- Me parece bien, llámeme a este número para decirme el día, la hora y el lugar.
- De acuerdo señorita Scott, que tenga un buen día.- me dice para luego colgar.
- Igualmente- respondo aunque me haya colgado en un susurro.
Me quedo pensando en mis padres, en sus rostros, en como los perdí, cuando escucho voces cerca mío ¿Estará bien? ¿Parece perdida? ¿Démosle un poco de espacio? ¿Verónica, necesitas algo?.
- Disculpad chicos, estoy bien.- les digo al salir de mi trance a los cuatro rostros preocupado.
- Haremos como si te creyéramos.- dice Sebas.
- Pero no te creemos.- dice Liam mientras Jake y Amanda asienten en señal de aprovación.