BRITANY
No tuve tiempo de reaccionar, era como si la tierra había dejado de girar.
—Ahora no tienes de otra más que hablemos, Britany Deluxe, hay temas pendientes. — ¿Cómo se atrevió a secuestrarme? ¿Con qué derecho lo hizo?
—¡¿Quién carajos te crees para secuestrarme?! —Es lo primero que sale de mi boca, cuando lo veo con una camisa pegada al cuerpo y un pantalón de vestir. Veo a mi alrededor y es un lugar en construcción, algunos muebles viejos y una botella de agua al lado.
—Un hombre que está cansado de jugar a las escondidas contigo, conmigo no querías hablar, pero sí salir con ese imbécil enfermerito de quinta — Su cara de enojo se deja ver por la luz de la luna de esta noche.
—A ti, ¿qué te importa con quién salgo o con quién quiero hablar? Me voy a ir de este lugar en este momento —su sonrisa de superioridad me hace querer abofetearlo y comérmelo a besos a la vez, cálmate Britany recuerda que él te trajo aquí en contra de tu voluntad.
—Estaos casi en medio de la nada, este lugar fue escena de un crimen hacía un tiempo y está acordonado, nadie te vendrá a buscar o sospecharía que estás aquí conmigo. Se supone que te secuestré, no voy a ser tan idiota de estar cerca del pueblo.
Me siento tan frustrada, me siento como si fuera una maldita pesadilla secuestrada por un hombre que se cae de bueno, cuya sonrisa me hipnotiza, el muy maldito tiene ese poder sobre mí, algo que nadie había tenido antes, no quiero que lo sepa, no quiero seguir bajando la guardia como lo he hecho hasta ahora, he bajado todas mis defensas, pero la de mi corazón eso sí que no, para que luego se burle de mí en mi cara o me diga que solo era un juego de parte de él.
—Eres un ejemplo de policía, mira que utilizar recursos oficiales para una locura como esta, déjame ir y no diré nada, esto es en vano, no me interesa hablar contigo ni ahora ni — No pude seguir cuando sus besos invadieron mi boca, sus manos sobre mi rostro me tenían prisionera y no quería que me soltara, me contuve para no llevar mis manos hacia su nuca y hacerle ver que me moría de ganas que no dejara de hacerlo, pero luego recuerdo cómo me demostró su odio desde que llegue aquí y lo aparte como me fue posible.
—No me vuelvas a besar en tu vida, Owen Reynolds, no te atrevas —. Y lo volvió a hacer sin importar mis reclamos esta vez, quise que pagara su osadía y mordí su boca hasta hacerlo sangrar, ese sabor entre dulce y amargo se sentía en mi lengua.
—¡Estás loca! — Mientras se limpia la sangre que cayó a su mentón, en ese momento pienso que se me pasó la mano, pero quien lo manda a querer volver a besarme, no sé qué quiere mostrar.
—Eso te pasa porque querer besarme en contra de mi voluntad —giré un poco los ojos, puesto que yo lo bese a el primero.
—Eres un caso, Britany, fuiste tú quien me besó primero y eso me da derecho de besarte cuantas veces quiera y donde quiera. Te has negado a verme desde que eso pasó, te has escondido como cuando eras pequeña y jugabas con mi hermana y de mí.
Esa época como cuando era un niño dulce y tierno y no este toro bravío que solo busca sacarme de mis casillas.
—Era una mocosa ilusa de las cosas de la vida, eras una niña tonta que no veía más allá de sus narices, una niña que le hicieron dar cuenta que debía ser fuerte y no dejar que nadie la haga menos, una niña que aprendió a la mala como hacer que el mundo la respete, una niña que no se dio cuenta de que lastimaba a otros con su manera de ser— No podía creer lo que había dicho, no podía creer que mi mente se apoderaba de mi boca y se expresara de la manera que jamás pensé hacerlo.
—Y yo no soy el mismo niño que te amaba en secreto, no soy el mismo niño que te hizo prometerle que algún día te casarías conmigo
—Britany cuando sea grande como papá, tú te vas a casar conmigo. ¿Verdad?
—Claro que sí, niño bonito.
Ahora es que vengo a recordar mi prometa, ¡por Dios! Él tenía cinco años y yo ocho y solo quería que dejar de llorar porque se había caído del columpio.
—Éramos solo unos niños que no sabían ni atarse bien las agujetas, además se supone que tú me odias, Owen, desde que llegué a este pueblo es lo que me has demostrado. ¿A qué viene todo este circo? ¿Quieres reírte de mí? O ¿Es algún tipo de venganza? Sé que le hice daño a Jennifer, pero hace semanas que vengo tratando de remediar el daño que le hice, hable con ella y le pedí perdón, no quiero más luchar con mi pasado, quiero dejarlo atrás, déjame vivir mi vida en paz, si te bese, pero tú jamás podrías tomar en serio un beso porque tú me odias Owen.
Él se acercó a mí la velocidad de un rayo, no me beso solo pego su frente a la mía empujándome hacia una de las columnas me tomo de los hombres y con los ojos cerrados sentía su respiración, su aliento cerca de mí, aunque le había dicho que no me vuelva a besar, me moría de ganas que lo hiciera, me moría de ganas de sentir sus manos sobre mi cuerpo, no podía evitarlo estaba perdida bajo su encanto, había caído en sus garras y no tenía idea y no quería en realidad salir de ellas.
—Yo te amo Britany desde que era un niño con lentes de fondo de botella, yo te amo desde que supe como pronunciar esas palabras, no deje de pensar en ti todos estos años, me llenaba de rabia cuando te veía porque sabía que nunca me amarías como yo lo había hecho todo este tiempo, me llene el alma de rencor y rabia, porque saber que sentía todo eso por una persona en la que te habías convertido me llenaba de decepción de mí mismo, luche contra eso con la mejor arma que sé usar el ataque, quise hacerte sentir mal, que pagaras lo que mi hermana había sufrido, pero por las noches me lamentaba profundamente, te amo BRITANY y cuando me besaste sentí un rayo de esperanzas, pero tú misma lo apagaste, pero no puedo permitir el dejarte ir sin que sepas lo que causas en mí, me hiciste secuestrarte con tal que no termines en la cama de ese tipo, no podía permitir que besaras a otro que no fuera yo, que tu cuerpo fuera de otro — Mientras sus manos acariciaban mis caderas, metiéndose por debajo de la falda de mi vestido, sentía un calor infernal, mi centro palpitaba con su solo roce.