JENNIFER
EL DÍA DE LA INAUGURACIÓN
No había tenido tiempo de procesar lo que había pasado con mi chocolatito, solo sé que se volvió mi dulce favorito desde que su cuerpo se fundió con el mío, pero debía concentrarme en mi inauguración, mis amigas modelos estaban aquí y eran la sensación, la seguridad con la que caminaban por las calles, veía a más de unos embobados por su caminar, es que movían las caderas como todas unas expertas.
—Gracias por la confianza, Jennifer. No te vamos a decepcionar, te lo aseguramos— Eran Estrella, Marina y Kelly, modelos curvis que habían sido muy buenas conmigo desde que empecé en ese mundo, a pesar de lo competitivo que era, me aconsejaron bastante al respecto. Por eso cuando les mencione que iba a abrir mi propia tienda en mi pueblo natal, ellas mismas se ofrecieron a apoyarme hasta han traído algunos visionarios de la moda e influencers de los cuales no sé mucho, pero según ellas me va a ayudar mucho en mi nuevo emprendimiento como muchos por aquí le dicen.
—Déjame decirte que todo te quedó maravilloso, y me sorprende que Britany Deluxe esté colaborando contigo. —Esa era Regina, le agradezco todo el apoyo que recibí de ella hasta el día de hoy, aunque no me gustó mucho esa pregunta, puede que Britany se moleste, puesto que a ella no le gusta estar en el ojo público y con Regina por aquí sería imposible que en la ciudad no se enteren.
—No, Regina, yo trabajo para ella, que es diferente —me sorprendió que Britany lo diga y no había visto en qué momento había llegado y tampoco pasó desapercibido mucho. Esa enorme sonrisa que adorna su cara, era como si tuviera un aire diferente, espero que sea por lo que me imagino.
—¿Es en serio? La gran Britany Deluxe trabajando para ella, sé que tu casa de modas está en declive y perdona si mis palabras son hirientes, no es mi intención, pero es lo que se dice — NO me gustó mucho su tono, pero la sonrisa de Britany no se borró en ningún momento, supongo que no le afectó.
—No te preocupes eso también lo sé, pero en cuanto a estar aquí te cuento que ella y yo somos amigas hace muchos años así que, al querer alejarme del mundo y sus estándares de belleza, regrese a mi pueblo natal y ella amablemente me dio la oportunidad, ya que sabía que necesitaba ocuparme en algo además que es mi cuñada. —¡Santa madre de Dios! ¿Cuñada? ¿En qué momento?
No hubo tiempo de nada, ya que los invitados ya iban llegando, Britany se alejó para avisarle que la nueva empleada una que ella me recomendó fuera a atenderlos, había logrado que el desfile de inauguración se haga en medio del centro comercial, así que los bastidores tenían que estar en perfectas condiciones para qué se cambiarán las modelos bueno y también el hecho que volvía yo a desfilar, más bien tengo que correr para que el maquillador haga magia conmigo, me estoy acercando a ver algo en bastidores cuando oigo mucho ruido me acerco sigilosa y veo a Britany que tiene a Marcela sujeta del brazo en su espalda sobre el suelo ejerciendo presión con su rodilla izquierda inmovilizándola, parece una escena sacado de una película de acción.
—¿Qué pasó? ¿Qué hacía aquí ella? — Se veía que le estaba doliendo, pero Britany era implacable, no la soltaba para nada.
—Encontré a esta mujercita, a punto de esparcir pintura sobre la ropa que está en los colgadores.
—¡Déjame maldita! Eres una traidora, como puedes ser parte de esta estupidez, la gorda no se merece nada, ella está feliz mientras el resto somos miserables— Marcela era la envidia hecha mujer, quería echarles la culpa a otros de sus fracasos y por eso entendí que ella era la del mensaje maldita bruja ahora vas a ver.
—Ahora entiendo, tú eras la del mensaje, voy a hacer algo que siempre quise hacer, suéltala Britany, ella va a aprender lo que nunca aprendió en la escuela.
Cuando lo hizo y sin que se lo esperaba le lance una bofetada por la que termino por caer de bruces contra el suelo, hasta yo me sorprendí de mi fuerza, jamás estuvo en mis planes algo como eso, pero saber que seguía con sus estúpidas ideas me hizo dar cuenta que cuando las palabras se agotan hay que tomar medidas extremas, mientras venían los de seguridad que habían visto todo por las cámaras de seguridad. Me indicaron que la iban a retener hasta que la pudieran llevar a la estación de policía, me preguntaron si la quería denunciar por vandalismo y dije que sí. Fue en ese momento en que empezó a rogar que tenía hijos que ver y cosas como esas. ¿Por qué no lo pensó antes? No voy a dejar que nadie eche tierra sobre mis sueños, solo por sus frustraciones de adolescente, todos deberían superar esa etapa que Britany y yo hicimos.
—Muy buen derechazo, se lo tenía merecido. —Mientras veíamos cómo se llevaban a Marcela entre gritos y forcejeos.
—Britany, quiero decirte que te ayudaré a recuperar tu agencia — Eso la sorprendió y se quedó pensativa por segundos, no pensaba hacerlo en un principio, pero ella me ha demostrado con creces que cumplió su palabra y ahora tengo que cumplir la mía, aunque eso signifique algunos sacrificios y modificaciones de mis planes. Ella me apoyó, así que me toca ahora apoyarla a ella.
—No, Jennifer, no necesitas hacer eso, tú tienes tu vida y un futuro, brillante, además— Sentí esos puntos suspendidos en lo que iba a decirme.
—Algo tendrá que ver que resulta que ahora eres mi cuñada, ¿O no? — No hay que ser ciego para darse cuenta. Además, que después de esa llamada que le hice a mi hermano era lo que yo también quería: que por fin el tarado se diera cuenta de que la podía perder, si dejaba su estúpido orgullo, lo dominara y creo que mi objetivo fue logrado con creces.