5. Recapitulando. ✓

Ahora: TIEMPO DE RECAPITULAR.

Director: Sebastián Ríos.

Un amor de persona. No sé cuántos años tenía con exactitud pero era básicamente encantador, los años ya le habían pasado factura y su cabello entrecano dejaba al descubierto años de historias y de sabiduría.

Cuando se refería a disciplina era bastante estricto. Pero eso nunca le quitó la aceptación entre todos los estudiantes. Estaba demasiado pequeña cuando llegó por primera vez al colegio. Iba a preparatoria apenas, es más, para ser exacta me estaba graduando de kínder cuando el empezó a laborar en el colegio.

Desde entonces, que yo recuerde, él siempre había sido tan cortés y atento conmigo, pero no en exclusiva con mi persona, él lo era con todos, con unos más que otros.

Él fue el que nos dio Inglés en séptimo y el que nos dio Sociales en noveno.

Antes de empezar a tener clases con él, recuerdo la preocupación que la mayoría de nosotros teníamos. Es decir, era el director, su carácter bastante llevadero nunca fue sinónimo de facilidad en su materia.

Subdirectora: Isabel Alemán.

"El mero diablo."

"La reencarnación del demonio."

"Un dolor de muelas."

La lista era bastante larga, debo admitir, su carácter era muy frío, fuerte, inquebrantable; de ese tipo de personas que no parecen ser afectadas por nada. Era muy enojada y bastante reservada.

Algunos de mis compañeros —Julieta, Andrea, Polly, Florence y Lucas—, muy pocos, llegaron a conocer el lado bueno de ella, esa amabilidad y jovialidad, su hermetismo no permitió que todos llegarán a conocer ese cariño y calor que ella era capaz de transmitir.

Como maestra era muy buena, no había ninguna queja ante cómo daba las clases. Por otro lado, era muy exigente en todos los aspectos. Una vez recuerdo que a mi mejor amigo —algo muy parecido a su preferido— y a mí no nos quiso recibir unos ejercicios de matemáticas porque nos pasamos cinco minutos. Esos míseros cinco minutos de retraso nos costaron una de las actividades del mes, obvio, tuvimos cero, ambos.

Ella afirmaba amarnos con todos el corazón, como también aseguraba no tener preferencias por ninguno de nosotros. Yo, por el contrario creo que nunca le caí muy bien. Sinceramente no sé eso con precisión, pero es lo que yo sentía, un rechazo de su persona hacia la mía. Un repele muy grande.

Orientadora de la promoción:
Sofía Navarrete

Como lo vuelvo a repetir, para mí cumplió con las expectativas. Dio lo mejor que ella tenía y de la mejor manera.

El año anterior la habíamos tenido como maestra de lenguaje y literatura, en noveno la íbamos a tener como orientadora, al mando de la promoción.

Su carácter era bastante suave, no era para nada imponente o autoritaria como la subdirectora. La seño Sofía era una mujer un poco mayor, muy dulce, amable, atenta, cariñosa... Era muy linda en todos los aspectos.

Al menos yo, tenía curiosidad,  de tenerla como mi orientadora.

Cuerpo Docente:

Lenguaje: Señorita Sofía.

Ciencias: Profesor Roberto Villeda, para noveno y sexto. Subdirectora Isabel Alemán, para séptimo y octavo.

Matemáticas: Profesor Roberto Villeda, para séptimo y octavo. Subdirectora Isabel Alemán, para sexto y noveno.

Sociales: Director Sebastián Ríos, EXCLUSIVO de noveno. Señorita Maricruz Quezada para el resto de grados y orientadora de sexto. (Alias: Marichu)

Biblia: Señorita Saraí Ortiz. Orientadora de séptimo.

Inglés: Director Sebastián Ríos, EXCLUSIVO de séptimo. Señorita Nohemí Amaya para los demás.

Computación: Señorita Ester Villanueva (Apodada: Damarisco).

Física: Profesor Ronaldo Peña.

Algo así estaban los prospectos para el año lectivo. Ahora bien mis compañeros, era otra historia aún más larga para contar.

La señorita Saraí Ortiz fue nuestra orientadora el año pasado en octavo, vaya que la pobre mujer si sufrió, por decirlo de alguna manera, era la primera vez en su carrera laboral que era orientadora. Sólo lo fue un par de meses, como desde septiembre hasta noviembre, y aun así recuerdo muy bien las aflicciones que ella paso.

La semana cívica fue todo un lío con los preparativos y eso... Yo era muy cercana a ella así que estuve bastante involucrada en la dirección de todo. Las  cosas hubieran sido más fácil, estoy segura de ello, si mis queridos —nótese el sarcasmo— compañeros hubieran tenido la disponibilidad de ayudar y participar.

La señorita Nohemí Amaya, fue otra de las maestras con las que tuve una estrecha relación, era bastante alegre, divertida y confianzuda, o al menos así aparentaba ser, ya que cuando la conocí a profundidad me di cuenta que era todo lo contrario, era muy reservada.

En lo personal, me hice muy amiga suya.

La señorita, Damarisco, Ester Villanueva era bastante dada a la broma, la mayoría de mis compañeros bromeaban con ella, en especial Kevin.

De muy buena fuente supe que una vez, por chat, este compañero mío le había pedido un beso a la maestra, según mi informante ella le dio un largo discurso de los "Porqué no" se lo podía dar, aunque los mensajes denotaban la terquedad e insistencia de Kevin. Al final si se lo termino dando, no lo sé; nunca mostré interés en averiguarlo, no me atrevo a asegurarlo pero tampoco quiero negarlo.

De hecho gracias a esos chat fue que la llegaron a apodar "Damarisco". A mí me dio esa confianza, de bromear y hablarle de tú, pero yo nunca la quise tomar. En mi mente predominaba el pensamiento de que era mi maestra y no podía tratarla de esa forma, aunque ella me lo permitiera.

El profesor Ronaldo Peña, el maestro de la física relacionada con los deportes y eso, era un amor de persona al menos para mí y para Lucas también; ya que él conocía a la perfección que no era de nuestro agrado hacer ejercicio y a pesar de que nos obligaba a hacerlo —claro que tenía qué, sino de dónde saldría nuestra nota mensual—, nunca nos obligó a practicar ninguno de los deportes que el enseñaba. Inmediatamente después de terminar la rutina de ejercicios, mi mejor amigo y yo nos íbamos a sentar a algún lado para hablar de cualquier sinsentido.