Nivel 0: "La promoción":

22. Ensayos. ✓

Septiembre se podía resumir en dos palabras:

"Semana Cívica".

Noveno grado tenía la presión de realizar dos actos cívicos, uno dedicado a Guatemala y el otro a nuestra nación, a mi patria.

"El Salvador".

Desde finales de agosto los preparativos iniciaban.

Ensayos de marchas, de los bailes, de entradas y salidas, preparativos de decoración, organización de vestuarios para los diferentes grupos...

Todo tenía que quedar a la perfección éramos noveno grado, los mayores del colegio, se esperaba a que fuéramos los mejores.

Como de costumbre Julieta tomo el mando de todo, coordinando que saliera a la perfección—a su forma—.

La seño Sofía decía "Sí" a todo, "Amén" a lo que usted diga. Pocas cosas fueron las que cambio por incumplir las demandas de sus gustos, como era de esperarse Julieta se molestó y abaja voz renegó.

Todos mis compañeros se limitaban a decir "Si, señora" y a obedecer sus órdenes.

De los bailes, la cosa cambio en gran manera; Xiomara fue la principal de elaborarlos, baya que tenía un talento natural en lo que a la danza se refería, sus ideas eran frescas, su mente siempre estaba abierta y dispuesta a incluir buenas y nuevas sugerencias, las cuales vinieron de la boca de Julieta, Polly y Florence. Las únicas que aparentaban tener ideas, o al menos cabeza concentrada en el baile.

Lucas, Shane y yo, éramos los abanderados.

No teníamos tanta presión a la hora de ensayar, tampoco era de mucha relevancia que estuviéramos presentes ya que nuestra participación era mínima. Marcada sólo por una entrada y una salida, anunciada por mi compañera Andrea, la maestra de ceremonias, acompañada por Rodrigo Ambos eran los que darían pauta a que todo pasara.

Por otro lado yo, siempre había sido abanderada o había salido bailando. Noveno grado era la oportunidad perfecta. Teníamos que hacer dos actos cívicos, mis planes era salir en uno como abanderada y en el otro como bailarina, algo en lo que era muy buena, también.

— ¡Puya! Imagínate que ellas —dijo Shane refiriéndose a Julieta y a Xiomara—, montan una coreografía en dos días, y todavía se las enseñan a todos estos atarantados*. Yo me tardaría una semana en planearla... Y otra semana en que los niños se la aprendieran.

—Es que ellas son nivel pro, wey —dijo Lucas, seguramente sin percatarse de que yo estaba sentada con la espalda pegada a la pared, justo detrás de él.

Lo que decían no era más que la verdad. Eran muy buenas, todas y cada una, sin excepción alguna.

Yo por otra parte lograba reconocerlo únicamente en mis adentros. Suspire hondo medio cansada, medio frustrada; quería bailar con cada fibra de mi cuerpo.

Desde que tengo memoria siempre he hecho dos cosas: "Salir de abanderada", que era justamente lo que este año me había vuelto a tocar. La segunda y la que más me gustaba era "BAILAR".

No tenía buenos pasos en mi cabeza, pero mi cuerpo si tenía la gracia para reproducirlos de las mejores maneras. Lástima que la seño había dicho—: No, un abanderado no puede salir bailando.

Baya que si lo lamentaba y bastante.

Según la señorita Sofía ser abanderado era un verdadero honor, un lujo o mas bien un PREVILEJIO solamente concedido a los mejores portados, sólo dado a los que mantenían una récord ejemplar, sin olvidar la intachable conducta que debían de tener.

"Pero si en teoría, deben ser en exclusiva los mejores portados... ¿Qué hacía Shane ahí? No era bien portado, no tenía una moral ejemplar, era protagonista de muchos rumores, de situaciones vergonzosas; casi aplaza quinto y sexto grado, le llamaban la atención muy a menudo, estrella de los espectáculos que derrochaban romance con Julieta..."

Estaba molesta, demasiado enojada como para ver más allá de mis narices; mentalmente me estaba desquitando con Shane, no era justo ni apropiado; era vil y bajo, sucio y traicionero.

"Basta... —me ordené—. En lugar de lamentarme o desquitarme con quien no me las debe, tengo que actuar. Hablando se solucionan las cosas" —eso es lo que mi abuela me ha dicho toda la vida, así que eso era lo que haría, hablar.

Se lo pedí un par de veces y en todas me respondió lo mismo—: No señorita, va a salir de abanderada.

"Mi último año y no iba a bailar".

Al final de tanto me resigne a simplemente mirarlas ensayar los bailes folclóricos.

Xiomara era pareja de Ernesto, Julieta de Kevin. Silvia de Samuelito. Alexis de Johanna... Y un montón más de mis compañeros que salían en el baile folklórico, los cuales ya no recuerdo con exactitud.

Alexis en un principio se negó rotundamente a salir con Johanna, a alta voz no dio explicación alguna de su motivo. Sin embargo fue de conocimiento público que él se negaba por la apariencia física de mi compañera.

No era fea, pero tampoco era la gran belleza. Su rostro lucía un poco de acné, no era nada proporcionada en ningún lado, tampoco gozaba de mucha inteligencia. El cabello era lo que más me llama la atención, ¿Era así? O tal vez solo estaba maltratado y descuidado. Estaba poco más abajo de los hombros.

A comparación, ambos tenían muchas similitudes, los dos tenían el cabello negro, piel bastante oscura y rasgos nativo centroamericanos bien marcados.

A pesar de la negativa de mi compañero, Johanna se mantuvo firme. Aún bajo la amenaza de salir sola en el baile, la determinación que mostró fue impresionante. Muy a su pesar, la mayoría de los ensayos los tuvo que hacer sola.

Los comentarios de Alexis acerca de la aberración que sentía al salir con ella, no sólo estaban en su boca, sino también en la de todos.

—Seño mire... —dijo Julieta en un tono chillón y rezongón— este Alexis no quiere salir con Johanna...




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