Nivel 0: "La promoción":

33. Un Día Para El Gran Día.✓

No solo era el día de la graduación también era el último día que conviviríamos mis compañeros y yo.

No sé mis compañeros, pero al menos yo estaba emocionada, impactada, nerviosa, ansiosa... Con una mezcla de emociones casi infinita.

Llegada a ese punto puede que haya olvidado contar uno que otro tema pero se merecen una mención y se las daré.

La primera que se vale de una mención es la relación de Kevin con Andrea. Se veían muy bien juntos, ambos de un físico atractivo y cada uno de los dos con buen cuerpo que no daba nada a qué desear. El "Pero" de esa relación era la forma de ser de ambos.

Kevin mucho la maltrataba, humillaba y pisoteaba. El maltrato físico cruzaba los empujones juguetones, también llegaba al punto de unos golpes en la cabeza y a quitarle cosas, las humillaciones no solo eran comentarios grotescos sino también insultos y groserías, aparte y por si fuera poco todo aquello le pisoteaba la dignidad de mujer al desfilarle con sus nuevas y pasajeras novias, además las contadas infidelidades que éste le hacía a Andrea no eran pocas. Entre esas conquistas figuraba Iliana, quien por razones desconocidas llegó a mí buscando consejo de qué hacer con respecto a las insinuaciones de Kevin. Mi falta de experiencia en cuestiones amorosas no me hacía la persona más indicada pero aun cuando se lo dije me dejó en claro que ella quería mi opinión.

¿Ella? Andrea, pues la mayor parte del tiempo aceptó todo. Pocas veces se defendió de los golpes y siempre le devolvía los insultos, el quitarse las cosas era algo que hasta ella hacía con él y casi nunca vi que se quejara de las infidelidades de su novio, o bueno todo era:

"Estamos en un tiempo"

Aunque en una pareja es obvio lo que eso significa.

"Separémonos un tiempo; si la relación no funciona con la otra persona, entonces regresamos".

Y vaya que esas nuevas relaciones nunca les funcionaron a ninguno de los dos, porque siempre regresaron.

Pasando por otra relación estaba la de Iliana y Jasón. Ellos eran... Únicos y especiales. Sus bromas eran sanguinarias, el trato que uno al otro se daban era repulsivo y sus juegos brutales. Los dos solían asentarse verdaderos golpes que sonaban horrendo y estoy seguro dolían aún peor. Eran muy violentos uno con el otro.

Ernesto y Xiomara. Eran algo así como una pareja estable, o al menos eso aparentaban muy bien. Según me enteré por ahí Xiomara era muy celosa y siempre le hacía grandes escenas de celos pero en modo discreción. Ernesto, era un chico muy atractivo y no faltaba joven que se le ofreciera, ni él dudaba en ofrecerse. Francamente me sorprendió cuando me enteré que esa linda parejita había puesto final a su relación un mes, más o menos, antes de acabar el año escolar. No sé por qué, pero me hubiese gustado que ambos siguieran juntos.

Superadas las relaciones, me veo obligada a mencionar a Helen. Ella era un caso muy peculiar, entre todos nosotros creo que ella era la que tenía verdaderos problemas emocionales y no contaba ni con la suficiente fortaleza mental para superarlos. Se jactaba demasiado de sus problemas, le gustaba publicar que había intentado suicidarse e incluso siempre contaba una historia de un niño que había visto colgado del techo, ahorcado. Helen era otra de mis compañeras que en algunas ocasiones buscó mi consejo y siempre buscó la aceptación del PutiClub, en especial pero no sólo de ellas, sino más bien de todos.

Así mismo cada uno de mis compañeros fue un caso único y especial en su forma.

Yo, me moría por un poco de aceptación, quería ser integrada, que todos que me escucharan y aceptaran. Nunca lo conseguí y jamás intenté que lo hicieran, yo sola me auto aislaba. Creo que aparentar ser frívola, insensible e irreverente al ámbito social fue la peor decisión que tomé y la mejor carta que jugué.

"Es mejor que te tengan miedo a que te agarren como su juguete"

Recordaba tan bien las palabras de Vanessa, qué arrepentirme de ser esa frívola antisocial, inadaptada era preferible a lamentarme de haber sido el juguete, la burla y un completo chiste para todo el mundo.

Verdades o mentiras, lo que estaba contando, que importaba; lo que contaba era que, era una historia muy bien narrada; desde la perspectiva de una persona posiblemente con un severo trauma con respecto a las relaciones interpersonales, tendiendo a generalizar el hecho que no importaba qué o el qué tarde o temprano te abandonarían, sumadas a su innata incapacidad de socializar. Todo eso omitiendo la filosofía que ella misma se había formado.

"No le des ni le pidas nada a nadie, tampoco esperes nada a cambio; así no te lastimarán".

Y la manera tan grotesca de pensar con que su familia la había criado.

"Sos capaz de todo no necesitas a nadie. Naciste sola y te vas a morir sola. Jamás dependas de alguien".

"Las lágrimas son debilidad. Si lloras te ves débil, lo seas o no".

"No es bueno confiar en todo el mundo... Hasta tu propia familia te traiciona, cómo no te va a traicionar un extraño que se hace llamar tu amigo"

"Los amigos no existen, solo hay compañerismo. Solo son personas que te sacan provecho y a las que tú les puede sacar provecho".

Etc....

Etc...

Etc...

Algo así funcionaba mi mente ayudada con mi filosofía de vida, creo que la crianza recibida era la que me tomaba de la mano.

Al final de cuentas si quería recordar algo, podía correr a leerlo o podía mandar a la mierda ese tedioso capítulo de mi vida o eliminarlo para que no quedara ni el recuerdo.

Aún no sabía que quería hacer cuando terminara de escribir todo aquello pero lo más seguro era que lo iba a eliminar, no obstante aún no lo terminaba así que aún no quería preocuparme por aquello.

En la mañana fue la graduación de los de preparatoria, me hubiese fascinado ir, pero por culpa de mi querida y amada tía no pude.




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