No es tarde

Capítulo 1

Suspiro

Es la primera vez que me comportó de esta manera imprudente, incluso si él se entera, no puede quejarse. Acepte este tipo de relación pero lo admito... yo también soy cansada de estar a su lado... no es capaz de complacerme como él, si es solo un sueño... es el mejor que he tenido en toda mi vida.

 

Un mes antes de comenzar la historia.

— ¡Lizzy! ¿No te das cuenta de lo que has hecho? Le rompiste la mano a actor más influyente del medio, ¿qué harás si te demanda? ¡Porque no puedes comportarte a la altura de tu estatus! — la regaño conteniéndose de gritar.

— ¡PUES QUE ME DEMANDE! SI QUIERE QUE RENUNCIE, ENTONCES RENUNCIO PERO ESE VIEJO VERDE NO VUELVE A TOCAR A NINGUNA DE MIS SUBORDINADAS. SI NO LAS CUIDO YO, USTED NO LAS VA A CUIDAR. — alzo la voz tanto como pudo, todos debían enterarse de lo que sucedía.

— Sabes bien que no te despediré — dijo su jefe sujetándose el cuello. Su empleada estrella, su coordinadora estaba siendo reprendida algo que en siete años de carrera jamás había sucedido. — esto haremos... comenzarás de nuevo como asistente. No puedo despedirte pero si castigarte.

— No quiero — dijo cruzando los brazos — despídame. — exigió.

— Serás asistente de un actor de nombre Andréi Smith y tu salario será reducido. Y no serás estilista en un tiempo así que compórtate.

— ¡No quiero! ¡Despídame!

— ¡No lo haré! Tu padre invierte en esta televisora entonces no te despediré… no perderé semejante mina de oro — dijo a regaña dientes — sal de mi vista.

Lizzy salió de la oficina. Todos a su paso la miraban. Era difícil no mirarla. Su cabello era corto estilo Bob, su ropa era clásica, jeans y blusa no muy ajustada. Sus curvas apenas eran notorias y por si fuera poco, su escaso maquillaje resaltaba su belleza natural. Entre todas las empleadas era la más hermosa y al mismo tiempo, la más envidiada.

— ¿Jefa...? — le hablo Jennifer

— Ahora tú eres mi jefa... recogeré mis cosas y saldré de tu nueva oficina.

— ¿Qué? ¿Te degradaron?

— Hubiera sido mejor si me despedían pero no quiso — suspiro — me voy... tengo una cita — sonrió mostrándole la mano que tenía un anillo con un diamante. Jennifer sonrió con ella, Lizzy era tan afortunada por tener un novio tan dedicado como él.

Ese día no llevo su auto así que tomo un taxi hasta un restaurante que estaba cerca de una zona comercial. Su amado novio era un inversionista del negocio y cada vez que lo visitaban se llevaba una sorpresa en el lugar.

Su novio Alain es un abogado de prestigio cuya especialidad son asuntos del ramo familiar y civil, han salido por casi nueve años y están comprometidos hace dos. Los últimos días habían estado hablando sobre la boda con más frecuencia. La razón por la cual no se habían casado es que él tenía un ligero problemita de cuatro años de nombre Ginger.

Sin embargo, conforme se acercaba a la mesa donde le esperaba pudo ver qué había una caja azul marino que si mal no recordaba, en ella le había regalado un reloj cuando recibió el anillo de compromiso. Lizzy quería sonreír pero un repentino escalofrío le hizo ver qué algo malo iba a suceder.

Y en general todos sus presentimientos se hacían realidad.

— Hola amor — saludo pero no lo besó. Alain la miro y contesto su saludo. — ¿Ordenaste?

— No... Recuerdas que esté restaurante cierra los martes...— señaló. Lizzy miro alrededor y era cierto, no había nadie salvo las personas encargadas de hacer el inventario.

— Ah cierto, entonces te invito yo — sugirió pero Alain estaba muy serio.

— Elizabeth... estos años han sido maravillosos... sin embargo creo que debemos terminar. — dijo sin rodeos.

— ¿Y puedo saber por qué? — de repente su tono se volvió duro y ella ruda.

— Bueno... Jennifer está embarazada... así que sus padres le exigieron que se casara con el padre de ese bebé y bueno... lo siento. No fue algo planeado y aunque quisiéramos evitar este desperfecto, solo sucedió.

— Oye... siempre tuve curiosidad... ¿saliste con nosotras dos porque sabías que éramos amigas o empezó como un juego? — le dijo muy enojada y controlándose para no gritar.

—Bueno... tampoco es como que tú seas una santa... yo sé que dormías con Willy así que técnicamente no hay nada malo en mi comportamiento. El embarazo fue un daño colateral pero podríamos hablar los tres y bueno ya sabes.

Lizzy tomo la caja de la mesa y se lo arrojó en la cara. No podía creer que este tipo se estaba justificando.

— ¡¿Estás loca?! ¿Qué rayos te pasa? — dijo revisándose la cara de que no hubiera una herida mayor.

—No hice nada con Willy... entonces Jennifer fue primero... no lo creo... yo fui primero y después ella... Dios, no estoy ciega Alain —comenzó a alzar la voz — te dije que rompieras con ella pero no lo hiciste, piensas que no siento o ¿qué?

— ¿Y eso no es tu culpa? Nunca dejaste que te tocará después de esa noche. Si quieres que te diga en estos años solo lo hicimos como cuatro veces porque decías que era doloroso ¡Por favor! ¿No piensas en mis necesidades? ¡O eres una mojigata! ¡Afortunadamente conocí a alguien que puede satisfacer mi deseo!




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