En su descanso, después de la visita de Willy, Lizzy decidió visitar a sus padres. Al día siguiente de su llegada decidió decirles que estaba embarazada para su sorpresa se encontró con Willy, seguramente su madre ya estaba de vuelta en su casa.
— ¿Qué haces aquí? — pregunto entre dientes
— Solo vine de visita — contesto como si nada y camino con decisión hacia la sala donde los mayores estaban.
En la sala, estaba una pareja de ancianos sentados que los miraban con alegría. Lizzy los miro, rara vez visitaban esa casa pues vivían en un lugar apartado además sus padres siempre le decían que debía cuidarse y trabajar en lugar de visitarlos o sería muy pesado continuar. Apenas se vieron y se saludaron como si hubieran pasado diez años desde su última visita.
Willy se mantenía cerca pero no hablaba mucho hasta que el padre de Lizzy le dijo a su hija sobre una cita a ciegas. Ya no eran comunes pero las familias más antiguas conservaban esa rara tradición.
— Si estás dispuesta a reunirte con el joven Hirano y rechazarlo, estaría encantado sino permíteme rechazarlo en tu lugar. No tienes que tomarlo en serio, después de todo sigues saliendo con "ese"
— ¿Hirano? ¿Quién es ese? — pregunto pensativa
— Es un joven heredero del conglomerado Not. Su madre según recuerdo es un médico prestigioso y dueña de ese conglomerado... Hirano Haruki es solo un joven empresario. — Explicó su padre — hija, no me dirás qué sigues saliendo con Alain, ¿verdad?
— No... Rompimos hace poco pero no quiero un matrimonio arreglado. Ya no soy joven pero tampoco tengo planes de casarme.
Pero sus palabras se perdieron cuando Willy se acercó a Lizzy, la tomo de la mano y miro a los padres de ella con absoluta confianza.
— Lo siento Lizzy pero creo que lo diré yo — tomo aire — señor, señora... Lizzy y yo nos vamos a casar.
Todos quedaron boquiabiertos incluida Lizzy.
— Hija... ¿es verdad? — pregunto la señora que estaba ocultando la emoción detrás de una leve sonrisa — lo decidieron así o ¿hay algún otra razón inmediata?
— De echo... — se sonrojo Willy — es que nos vamos a convertir en padres.
El señor Solst se sorprendió tanto que le pidió de inmediato al mayordomo que llamara su mejor médico para revisarla de pies a cabeza. Lizzy perdió la oportunidad de explicar todo, nadie la dejaba hablar; abrumados por las buenas noticias, sus padres estaban tan emocionados que ella no quería ser tan mala y bajarlos de su nube.
Más tarde durante la revisión, Lizzy vio a su hijo en el monitor. No era más que un punto minúsculo. Solo tenía cuatro semanas y no podía evitar pensar que le diría cuando pregunté por su padre pues evidentemente no se casaría con Willy y se aseguraría de que quedara claro para todos.
— Mi niña, por fin...— la abrazo su madre — te dije muchas veces que Alain no era para ti y Willy es un chico trabajador. Estoy encantada de que sea parte de esta familia. No pudiste tomar mejor elección que esta.
— Mamá... si te digo que no sé quién es el padre de este bebé, ¿me creerías? — pregunto suplicante.
La mujer la miro, su amabilidad hablaba por ella pero solo le pudo decir
— Lo entendería pero es evidente que el padre es Willy, sé que jamás harías algo tan irresponsable como ser una calienta camas — contesto sería.
Lizzy no sabía que decir y Willy se alejó de ella para evitar el regaño que le daría. Sabía que era la mejor solución aunque ella no lo aceptará, solo así sus padres evitarían un enorme disgusto.
Al otro día, después de despedirse, Lizzy y Willy iban en el mismo auto, sin decirse nada. Ella quería reclamarle pero al mismo tiempo quería enfrascarse en el trabajo y olvidar todo.
— Oye... aunque podemos retrasar la boda, el registro no... Llevaré la solicitud. Tu padre quiere ser el testigo.
— No lo harás porque no me casare contigo — señaló
— ¿Cómo? Si ni siquiera sabes si ese niño es mío o no entonces también es probable que lo sea — le dijo molesto — te salve de una... ¿acaso querías decirles a tus padres que su ansiado nieto fue concebido en una noche loca?
— Mejor que casarme con alguien a quien no quiero — dijo molesta cuidando sus palabras.
— Lizzy — alzo la voz un poco — lo hago por ti. No eres una heroína por criar a un bebé por tu cuenta ni mucho menos te lo reconocerán. Acepta mi propuesta, al menos tendrás un lugar al que regresar y nadie te juzgará. Te ayudaré.
— ¿Siempre fuiste así? — Pregunto enojada — podría pensarlo de cualquier menos de ti, Willy… ¿siempre fuiste así? ¿Tan molesto y caprichoso?
— Solo pienso en ti… así que solo cállate y escucha. Mañana rechazaras a ese Hirano y llenaremos el formulario. Después de que des a luz, dejaremos que tus padres organicen la gran boda que desean hasta entonces compórtate como una buena esposa. — ordeno
Lizzy piso el freno y bajo del auto. No permitiría que él le dijera que hacer. Camino sin mirar atrás durante más de dos horas hasta llegar a un hotel donde se hospedó. Willy no movió su auto del lugar, no importaba lo que ella dijera; sabía que era lo mejor en ese estado, nada lo convencería de lo contrario. Simplemente no podía dejarla sola con el problema.
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Editado: 25.12.2023