No es tarde

Capítulo 9

Físicamente Takumi era delgado y un poco musculoso gracias al nuevo régimen de ejercicio que llevaba en cambio Haru era delgado y alto como su padre. De todas las mujeres con las que había salido solo algunas le dijeron que se veía tierno como un ídolo de televisión pero no tenía para nada un rostro “afeminado” así que era atractivo.

Sin embargo, esa noche, sin pensar demasiado en sus palabras ni en lo que podía o no hacer simplemente su impulso lo hizo llevarse a la primera persona que encontró.

Entre estúpido y muy estúpido no admitiría lo que hizo. Nunca.

 

En la mañana, aturdido en el hotel miro a su alrededor como dejaron la habitación destrozada. Molesto en la cama se dio cuenta que no llevaba nada de ropa encima y peor aún, había alguien durmiendo a su lado. Le dio unos golpes y se sorprendió aún más cuando un sujeto se despertó y sentó a su lado.

— ¿Qué? — contesto de mala manera

— ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?

— Tú me trajiste, el ofendido debería ser yo, no tú.

El sujeto llevaba pijama. Alto igual que él, guapo igual que él y hombre igual que él. Asustado le dio una patada para alejarlo, tomo su ropa y salió del dormitorio.

Después de darse una ducha, bajo al restaurante lo encontró desayunando.

— ¿Me quieres decir que sucedió anoche? — pregunto Haru

— Nada — contesto en inglés — ya te dije que iba saliendo del bar, me trajiste aquí y te pusiste a bailar como cavernícola borracho. Me dormí pero no te hice nada.

— ¿Estás seguro? ¿Muy seguro? — pregunto desconfiado.

— Completamente — le respondió

Haru iba a suspirar aliviado pero el sonido de los tacones de una mujer lo hicieron palidecer.

— ¿Hijo? — Dijo acercándose — no sabía que estabas aquí.

 

Haru vio con terror como su madre se acercaba.

— Hola mamá... ¿qué haces aquí?

— Vine a desayunar con mis colegas... ¿no vas a presentarnos?

— Ah, sí...— miro al hombre suplicante o eso intento, no estaba seguro. — él es... es... — ¿y ahora qué?

— Hola soy Ada Hirano, madre de este chico — hizo énfasis en la última palabra.

— Mucho gusto soy Logan Jones — se presentó aunque no tenía ni idea de lo que estaba pasando.

— Sentémonos — sonrió — dime... ¿Hace cuánto que están saliendo?

Logan levantó la ceja, Haru lo miro y rogaba que no dijera nada extraño.

— Ha sido un tiempo...— dijo. Una respuesta ambigua. La mujer sonrió para sí. Su hijo no la iba a engañar, no se dejaría llevar solo por el sujeto que seguramente contrato.

— Cuéntame de ti, mi hijo es director general de la agencia de diseño de interiores Arubasho — comento — llevo mucho tiempo diciéndole que se case y cuide de alguien que ame y al parecer “lo encontró”. Pero solo quiere ganar dinero para salir a divertirse… quizás pueda cambiar de opinión pronto.

— Vaya... — rio — yo soy el vicepresidente de Makeup Jones. Nadie piensa seriamente en el matrimonio hasta que llega el momento indicado. Lo digo yo, puede ser ahora o en diez años.

Ada y Logan platicaron un rato haciendo que Haru en cada palabra pensara en que iba a reencarnar. Quería decir lo verdad pero su madre jamás lo perdonaría además no conocía al sujeto que mentía por él y quizás se lo estuviera creyendo. De la nada, sonó el teléfono de Logan y se disculpó para contestar.

— Me gusta ese chico — comento Ada

— Mamá... ya estás grande — señalo sin querer

— No para mí, para ti — corrigió — sabes que... tienes mi permiso para hacer tu relación pública... supongo que me resignare a no tener ningún nieto. Ya me imaginaba unos niños iguales a ti pero, ¿que se le va a hacer? Tu felicidad es primero.

— ¿Qué? — eso lo asustaba más.

— Por su acento creo que es extranjero y es tan guapo, me gustaría tener un yerno así aunque es un desperdicio de esperma. Haruki...tienes mi aprobación. — aprobó con una sonrisa.

— Ama... si fuera el caso y te mintiera sobre mi relación... ¿me harías algo?

— Nada pero quizás termines respirando a través de una maquina si me mientes. Odio las mentiras y lo sabes bien — contesto enojada y miro su reloj — debo irme. — se levantó y se despidió de Logan quien iba acercándose.

El alma de Haruki ya había abandonado su cuerpo.

Logan regreso a terminar su desayuno.

— Perdón — se disculpó apenas lo vio.

— No me lo digas a mí, díselo a tu mamá... ¿cómo puedes decirle que eres gay?

— Quiero vivir mi vida. Solo eso. Fue en el momento. Gracias supongo que deberé explicarle que sucede. — comento resignado.

Logan le dio su tarjeta de negocios y escribió su número personal y cuenta de banco.

— Deposita el monto por dañar mi reloj y ropa, no sé qué tomaste anoche que estabas comportándote como bestia. Si necesitas mentir para ser libre entonces serás prisionero toda tu vida. Me voy — se despidió. Haru se sintió abandonado.




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