No es tarde

Capítulo 23

Muchas veces cuando parecen ser las mejores decisiones no es más que una ilusión.

Haruki se encontraba en California, en esos tres años, se casó con una mujer y tuvieron un hijo para encantó de su madre. Él no podía estar más disgustado por elegir a esa mujer en lugar de luchar por Logan. Entendía que fue su mentira quien los dañó pero aun así quería sentir que su amor no era en vano. Intento muchas veces que esa relación funcionará incluso quedó embarazada de nuevo pero simplemente no podía amarla.

Entonces...

¿Cuánto tardo en darse cuenta que lo amaba?

¿Cuánto tardo en esperar que fuera correspondido?

Fue más rápido darse por vencido que luchar.

 

Justamente en el cumpleaños número diez de Deneb recibió un misterioso mensaje. Su desaparecido primo le pedía que le lleve un regalo a tal dirección en una provincia de Francia.

En la familia Smith se corrió el rumor de que Takumi había muerto en un trágico accidente pero Ayumu le dijo con sensatez que no era verdad, solo vivía con la tía Pilar en calidad de esclavo. No entendía la razón de ese sacrificio, Takumi estaba perdiendo años de amor que compartiría con esa mujer recordándole su propia historia fallida así como la de su madre.

— Papá...— dijo la pequeña Haruna entrando al despacho

— ¿Que sucede cariño?

— Mamá y el abogado están aquí... de nuevo.

Haruki no esperaba nada más que separarse de esa infiel. Hasta su propia madre reconoció que una mujer como esa en la familia era basura. La señora Ada confirmo que los niños eran de Haruki y solo así no diría nada respecto a sus asuntos de pareja.

Firmaron el divorcio y sin miramientos la mujer dejo a Haruna y al bebé en brazos de Haruki. Nadie en la familia entendía porque había alguien tan desalmado pero no fue difícil imaginar que solo quería estatus y dinero que él podía proporcionar, sonaba fantasioso pero si no había amor, tenía que llenarse ese hueco.

Entonces decidió que si seguía siendo cobarde, al menos viviría con el rechazó de ese hombre.

— Mamá... voy a París.

— ¿Lo buscaras? — pregunto ocultando su emoción.

— No... Tengo que darle un regalo a Deneb, la hija de Takumi.

La mujer no dijo nada. Hace años que a Takumi parecía habérselo tragado la tierra. Aun así, lo dejo ir mientras ella cuidaba de sus nietos. Lo que fuera a decidir Haruki, Lo respetaría, debió hacerlo hace mucho tiempo y de hacerlo, todo esto no había sucedido.

 

En París

Ron había organizado una fiesta para festejar a Deneb.

Después de tener una sólida determinación de criarlos como si fueran propios no escatimaba en gastos solo para verlos sonreír. Los consentía demasiado. Lizzy también estaba allí mirando como su pequeña hija hacia pasar un mal rato a Saku, uno de sus guardaespaldas.

— Señorita... por favor no corra — decía el chico siguiéndola de cerca.

— No... Si prometes que nos casaremos cuando sea mayor entonces dejare de correr — pidió la niña. Hasta Ezaki se reía de su atrevimiento.

Ellos tenían la orden de vigilar que Lizzy no regresara a Estados Unidos y no se pusiera en contacto con Takumi de ninguna manera pero no fueron vistos como enemigos incluso parecían parte de la familia, una de sus tareas principales era proteger a esa mujer y sus hijos. Lizzy tardó en entender que sucedía y les agradecía aunque fuera a cambio de tener buenos momentos.

— Bien... — se detuvo — te prometo que nos casaremos en el futuro.

— Así no — contesto la niña. — Promesa de meñique y sellado.

Saku sonrió. Haría lo que fuera por esa pequeña mandona. Paul e Ian aparecieron diciéndole que no dejarían que ese monstruo se lleve a su hermanita. Sin pensarlo mucho, lo convirtieron en su compañero de juegos.

La fiesta tuvo a varios invitados. Logan llevo a Audrey y Patrick;  Zyphr llevo a Samantha y se les unieron otros niños que vivían cerca que también eran amigos de Deneb y sus hermanitos. La sorpresa fue mayor cuando llegó Haruki cargado de regalos. Cuando reconoció a Lizzy no pudo dejar de sonreír por lo joven que se veía, sin embargo, quien se robó su atención fue Logan quien está a más atractivo que nunca. En estos años no quiso saber nada de él pero sus pensamientos solo estaban alrededor de ese nombre.

Lizzy entendió rápido la situación y le pidió a Logan que lo llevará a pasear ya que no conocía esa zona. Los vio marcharse caminando sin hablar, sin duda necesitaba otro empujón nada delicado.

Otra sorpresa de la fiesta fue la aparición de Willy. Iba con un traje gris sonriendo a los anfitriones. No se habían visto ninguna vez desde ese día en que se separaron.

— ¿Mi Deneb ya cumplió su primera década?

— Por supuesto — contesto Lizzy abrazándolo — te extrañe como no te imaginas... ¿ya hay una señora Kran?

— Por supuesto — se sonrojo orgulloso — ¿recuerdas a Piper?

— Hmmm, esa asistente amateur que entró el mismo año que Mirta y no podía decir más de dos palabras porque la ponías nerviosa, ¿la recuerdas?




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