---Flash Back---
Sería mi última navidad con ellos, pues pronto dejaría el orfanato, ya que cumpliría dieciocho el próximo año, así que ayude tanto como pude, para que ese día los niños fueran felices.
Preparamos una cena muy deliciosa, ellos sonreían, cantaban, reían, estaban completamente ilusionados… Logramos poner un pequeño arbolito con algunas luces y algunas esferas, era poco, pero bonito…
Era una linda noche…
Encendimos velas, y se imaginaban como serían sus regalos al día siguiente, preguntando si tendrían dulces… Cosa de cualquier niño.
Yo me quede a cargo de ellos, al ser el mayor los vigilaría hasta que fuera la hora de dormir, que solo por ese día se daría más tiempo…
-Gyomei, la estrella es muy bonita-
-Hermano mayor, ¿Crees que nos traigan muchas cosas?
-Quiero un monto de galletas-
-Yo pedí una pelota
-Yo quiero una muñeca, ¿Me la traerá?-
Solo eran niños, niños que querían juguetes, que se emocionaban, que aun creían, aunque los adolescentes sabían la realidad, no rompieron esas ilusiones.
-¿Qué fue lo que tú pediste, hermano?- Una niña pequeña me lo pregunto.
-Nada- Fue lo que respondí, mientras le sonreía.
-¿Por qué no?- Ella me pregunto con tanta curiosidad.
-Por qué no necesito nada más, tengo todo lo que siempre he querido- Le dije tranquilamente, pues eso era verdad, lo único que quería era lo que estaba delante de mí… Sus sonrisas, sus alegrías, que tuvieran esperanza a algo que por primera vez llegaría a ellos.
-Pero, puedes pedir lo que quieras y santa te lo atraerá, ya lo veras- Ella insistió, y en realidad no sabía cómo decirle que ya lo tenía.
Sonreí y asentí –Entonces, pido que todos seamos felices juntos, poder aunque sea por este día olvidar cualquier cosa que nos ponga tristes- Eso era lo que más deseaba, lo que en realidad quería y pensaba que solo por esa noche sucedería.
Esa pequeña, sonrió y me abrazo, dándome un papel y lápiz -Debes escribirlo para que se haga realidad, santa lo leerá y te lo concederá-
¿Cómo podía negarme a algo así?
Pasó un poco de tiempo después de eso, y fue el momento de dormir.
-Es hora de que apaguemos todo-
-Nooo, aún me quiero quedar más tiempo-
-Ya es hora de dormir-
-Pero, si apagamos las luces del arbolito no lo encontrara y no nos traerá nada-
-Aunque sea dejemos las velas encendidas-
-No, eso es muy peligroso-
-Pero, debemos dejar algo de luz, para que nos encuentre-
-No podemos dejar encendido nada, puede ser peligroso- Dije eso, pero…
-Por favor, hermanito mayor… Deja que dejemos aunque sea esta velita encendida, por favor- Fue un pedido al que no pude negarme.
Creí que estaría todo bien, que nada malo ocurrirá, que… Al día siguiente todo estaría bien y ellos seguirían riendo, pero… No fue así…
Desperté por el olor a humo, cuando abrí la puerta de nuestro dormitorio, sentí el calor y vi las enormes llamas… Desperté a los chicos, todos estaban asustados…
Yo… Intente guiarlos a una salida, todo estaba envuelto en llamas. Las niñas estaban del otro lado del edificio, el cual ya estaba consumido por el fuego.
Los demás adultos intentaron sacar a todos los que pudieron, pero… No fue suficiente, no lo logramos…
No todos pudieron salir a tiempo… Y a pesar de que intente llegar con ellas, a pesar de querer salvarlas… No lo pude hacer…
No logre rescatarlas a todas, y las que lograron salir con vida, quedaron con terribles quemaduras en todo su cuerpo… Todas murieron en el camino al hospital…
Yo también resulte con quemaduras de segundo grado, pero no me dolía nada en mi cuerpo, solo mi corazón al verla a ella… A esa pequeñita de apenas cuatro años, que en la noche anterior me hizo tan feliz con su risa y alegría, deseando que se cumpliera lo que yo más quería, lo único que se me fue arrebatado al final…
Murió en mis brazos, y yo no supe que más hacer…
---Fin Flash Back---
-Fui culpado, por no obedecer, por un descuido… Y aunque se supo que fue un accidente, el recuerdo de ese hecho siempre me ha perseguido y sé que fue mi culpa…- Aquellas lágrimas no dejan de presentarse, aprieta su labio inferior, temblando y con una respiración agitada y dolorosa.
Le acaba de contar su historia su peor memoria, que a pesar del tiempo trascurrido aún está gravado en su corazón.
El peliblanco, claramente no conocía esta información, ya que no se habían acercado tanto para tener una conversación tan profunda e íntima como esa. Sin embargo es como si pudiera comprender su dolor, ese pesar que también lleva cargando en su ser –No fue tu culpa- Dijo en un débil hilo de voz, con la cabeza baja, ocultando su aflicción.
Gyomei, deja que sus lágrimas se escarpen de sus orbes. Desde hace trece años se ha ocultado, viviendo estas fechas en soledad y tranquilidad, como si fuera el luto perfecto para los niños fallecidos por su culpa.
Sabe que a pesar de a ver sido un accidente, aun se siente tan culpable como si lo hubiera él mismo provocado.
Pero a la vez, una parte del pelinegro, no quiere ver a alguien igual que él, aislándose, envidando este momento, odiándose… Despreciándose y culpándose como él lo ha hecho.
Tal vez, Gyomei cree que es momento de perdonarse…
-Tampoco fue la tuya- Habla con una tono suave y compadecido, intentando transmitir una paz que Sanemi ha perdido.
Aquello desconcierta al albino -¿De qué estás hablando?- Ese tono de voz lleno de tristeza e incomodidad no se hace esperar.
Un leve suspiro se deja escapar, mientras cierra sus ojos lentamente -Sabes Sanemi… A veces ocultamos lo que en realidad sentimos detrás de un sentimiento vano…- Aquellas palabras parecen un matiz de diferentes significados, que en realidad no parecen querer revelar más –Mi llanto constante, el hecho de que cualquier cosa me haga derramar lágrimas, no siempre significa que este triste o angustiado, sino que…- Abre sus ojos, para “mirar” el confuso rostro del contario -Oculto lo que siento en realidad- Claramente al notar que sus palabras son algo confusas, intenta ir más despacio en su explicación -Si, pueden ser de felicidad en ocasiones, pero también… A veces… Esas lágrimas, son de impotencia, enojo, odio, es lo que siempre siento… En mí- Traga saliva, apretando levemente su labio inferior -Una culpa, un castigo, que trato de ocultar detrás de las lágrimas que se escapan- Al fin pudo encontrar las palabras correctas para expresar su pensar, lo había intentado decir antes, pero le era difícil decirlo.