No Estas Solo Esta Navidad (gyomeixsanemi)

Capítulo 5 (Una Vez Más En Navidad)

Fue allí que esa voz, provoco que respirará profundamente, y el temblor en ese cuerpo cesara –Pero la odio tanto y me odio a mí mismo… ¿Por qué festejaría algo tan hermosos yo solo?- No deja de sujetar sus cabellos con fuerza, al igual que aprieta sus labios y muestra sus dientes en señal de desesperación.

Le parte tanto el corazón verlo así, derrumbando que esas enormes ganas de protegerlo con sus brazos se incrementan, pero solo sus manos se permiten tocarlo con prudencia -Por qué no estarás solo, ya no más…- Lo dijo sin meditarlo antes, siente la necesidad de hacerle ver al contrario que está allí, allí para él.

La fuerza que infringe en su cabello se va desvaneciendo poco a poco… Las fuertes manos del mayor bajan las propias, para llevarlas al nivel de su pecho -¿Por-Por qué… Dices eso?- Entrecierra sus ojos, aun su respiración es irregular y desesperada, con el rostro empapado en perlas liquidas.

-Porque yo… También la odiaba antes, no me gustaba, por los motivos que ahora sabes- El pelinegro también está haciendo un esfuerzo por mantenerse estoico, a pesar de dejar que sus lágrimas caigan -Pero… Quiero creer, que ellos quisieran que la disfrutáramos en su honor…-

Desvía su mirada, se siente avergonzado por llorar así, sin embargo no aleja sus manos de ese fuerte agarré –Pero no se puede, es tan difícil no recordarlos… Y pensar que ellos lo merecen más que nosotros- Cierra los ojos para suspirar y negar con la cabeza con pesadez –Que yo-

-Lo sé… Pero, se puede intentar… Se puede hacer algo… No quiero que vuelvas a estar solo Sanemi… No en estas fechas- Su corazón late fuertemente, ver a ese joven profesor que llamo su atención en el instante que lo vio por primera vez, mas nunca se atrevió hablarle por lo tímido que es, ya que se sentía nervioso y sonrojado en su presencia, por esa razón, esas palabras que quería decirle antes nunca lograron llegar a sus oídos.

-Aun no entiendo, ¿Cómo supiste que sentía todo esto?- Al bajar la guardia, se da el permiso de hacer preguntas más calmadas y algo suaves, no cuestiona mucho las razones, solo las evidentes.

Sujeta con mayor fuerza esas manos, claro que decirle lo que en su corazón está viviendo, no es para nada oportuno –Solo lo presentí…- Dedica una suave sonrisa –Pensé que tampoco querías estar solo en realidad. Prefieres alejar a los demás para protegerte, pero Sanemi…- Su voz tan suave se volvió, trasmitiendo una calma y tranquilidad destinada al peliblanco -Déjame a mí cuidarte, ayudarte a sanar, así tú igual me apoyaras a superar el dolor que aun siento- Posee una enorme necesidad de ver esa carita nuevamente fuerte, aunque fuera de enojo, no puede evitar el derramar lágrimas, contemplar ese rostro confundido, que ahora lo observar atento.

Entrecierra sus ojos levemente, mostrándose pensativo -¿Cómo podría yo ayudarte?- Sonríe de manera burlesca, para negar con la cabeza –Yo no puedo ayudar a nadie- Lo dice derrotado.

-Me ayudaste mucho al escucharme, hiciste eso por mí… Y yo quiero hacer lo mismo por ti…- Lo mira con cierta ternura en ese instante.

Claro que la atmosfera se vuelve realmente bella, pero… ¿Sería correcto atreverse a más?

Sanemi, lo piensa unos segundos, y aparta sus manos de aquel agarre, dejando escapar un sonoro suspiro, para mirar al frente, como si quisiera ignorar al gigante hombre que está a su lado. Parece como si estuviera meditando muy seriamente lo hablado, frunciendo el ceño de nuevo y limpia las últimas lágrimas con rapidez –Pues… También me hiciste sentir mejor…- Vuelve a sonreír a medias -Primero como una mierda, y luego lloriqueando, para después… Pensar cosas extrañas…- Entrecierra sus ojos, para elevar su rostro y observar unos instantes el techo.

Gyomei, puede ver que ha vuelto ese Sanemi arisco e indiferente de siempre, pero esta vez luce más pacífico en cierta forma.

-¿Cómo que cosas has pensado?- Siente que debe preguntarle y estar atentos a lo que sigue, aunque extraña esas pequeñas manos sostener, el verlo actuar como siempre le tranquiliza bastante.

Le voltea la cara, para ver a la ventana cubierta. Posa su codo izquierdo en su pierna del mismo lado, para descansar su mentón sobre ella –En que tal vez… Tengas algo de razón…- Se siente enfadado de nuevo y malhumorado, pero algo lo impulsa a comunicar lo que siente por primera vez.

Se levanta de aquel sofá, dejando de nuevo a Gyomei solo, el cual se le queda mirando con suma atención por su recorrido, hasta que llega a la ventana.

Y aunque, Sanemi, duda y piensa que no es buena idea abrir aquellas cortinas, deja pasar un poco de la luz del centro, al igual que el resplandor de los fuegos artificiales que comienzan a iluminar el cielo.

Ya es navidad, han pasado tanto tiempo charlando, que la media noche llego sin darse cuenta…

Sanemi, siente que vuelve a ver esas luces como cuando era un niño, rodeado de sus hermanitos y su madre, en aquella época podía sonreír genuinamente, aunque ahora solo observa en silencio con un poco de dolor y una mueca bastante indiferente.

Al ver la espalda de Sanemi, Gyomei, también parece revivir aquellos recuerdos, de cuando sus hermanitos del orfanato miraban la nueve caer, hablando de ello, riendo, y ver a alguien en la ventana, es bastante lindo, piensa en aquellas pequeñas sonrisas.

-Por esta navidad, no estaremos solos, ¿Verdad?- Lo dijo casi en un susurro, pero Gyomei lo alcanza a escuchar.

Se sorprende pero termina esbozando una débil sonrisa, al mismos tiempo, deja escapar una lágrima –No, ya no estarás solo en navidad, Sanemi- Se lo dijo también en tono bajo de voz, dejando que el tiempo fluya.

Aunque estén físicamente alejados por unos cuantos pasos, dejando que al fin una navidad llegue a sus corazones de una manera cálida, permitiendo que esa emoción y felicidad que perdieron se vuelva a presentar en su ser una vez más.

Tal vez sea muy pronto para confesar sus sentimientos y que en uno nazca esa emoción, pero están a tiempo de sentir que las navidades ya no son solo tiempo de luto, sino de… Recodar a aquellos que ya no están, seguir viviendo por ellos y por los que ahora tienen a su lado.




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