No Fue Un Accidente

PARTE 03

 

DARRIEN

 

—Esta noche quiero divertirme querido amigo, después de todo estaré inactivo unos días y es como si quisiera que esta noche debería ser memorable

 

—Después de todo te someterás a un procedimiento muy delicado y corres el riesgo que luego bueno tú sabes a lo que te atienes, yo ni loco lo hago, mira que corres el riesgo de perder las joyas de tu familia

 

Tiene algo de razón, mientras termino por ponerme loa accesorios que incluyen los gemelos herencia de mi abuelo, será una operación muy delicada en mis partes más sensibles, Es una cirugía para cortar los conductos deferentes, que son los que llevan los espermatozoides desde los testículos hasta la uretra. Hay un ligero riesgo de un mal movimiento y mi hombría se vea involucrada, es una de mis mejores características, tengo anotada a cada una de mis amantes por si en algún momento me urge repetir aunque más lo tomo como referencia, siempre es bueno guardar tu currículo tal vez un día me encuentro con una de ellas y no la recuerdo sería la vergüenza de mi vida solo Gonzales  mis abogado y hombre de confianza conoce de esa lista ante alguna duda no titubeo en llamarlo, estoy totalmente seguro que ninguna de ellas se negaría a abrir las piernas en solo un  segundo.

 

HORAS DESPUES

 

No he visto nada nuevo o algo que me llame la atención, ni siquiera mi ex Samantha aquella que ahora vive a la sombra de un asalariado inútil que solamente vive para llegar a fin de mes, pensar que ella pudo tener todo conmigo, pero su estupidez fue superior a su buen juicio y gusto.

 

—Recuerda que no puedes extralimitarte, en dos días es tu cirugía y no quiero complicaciones con la ingesta de alcohol— Es Osvaldo mi cirujano, le tengo confianza únicamente por eso le permito que me tutee o me habla de esa manera tan ligera.

 

—Tranquilo que no serán más que dos copitas, además solamente mira cómo está la noche, las mismas plásticas de siempre, rubias sin cerebro — Sin dejar el hecho que su esposa también es rubia.

 

—Te entiendo, es que desde que esta ciudad se volvía la meca de ellas cirugías casi todo aquí es artificial, ni decir de Antonia que ni las cejas tiene naturales, pero así la amo, aunque ahora que lo pienso no mejor olvídalo, haz de cuenta que

 

Ahora me causa intriga su comentario, soy del tipo de hombre que me gusta estar al tanto de lo que sucede en mi entorno, siento esa necesidad de tener todo controlado sea cual sea el caso.

 

—Habla hombre, has que mi noche sea entretenida, aunque sea un poco te lo suplico. — Hago un ademan ridículo con las manos, pero es que estoy aburrido.

 

—Bueno, como no está no hay problema, nada más conozco pocas mujeres que son cien por ciento natural, entre ellas esta Marissa Moretti, dejando de lado esos peinados anticuados, además que no deja los lentes, o las ropas de abuelita de un lado, alguna vez le sugerí algún cambio, pero se ofendió después de eso no me metí, es buena chica le tengo aprecio, pero no tiene la malicia de estas mujeres, no tiene ese afán de capturar algún pez gordo que le solucione la vida, vive de manera cómoda y así está tranquila.

 

—En pocas palabras, una conformista, una de las tantas mujeres sin ambición, una mujer sin aspiraciones mayores que criar cien gatos, seguramente se las pasa leyendo novelas románticas y suspirando por el príncipe azul, mujeres como esas hay por montones, no me mires así Oswaldo que no estoy diciendo nada nuevo que seguro ya lo has oído, en fin, agradezco no arruinar mi vista con un esperpento, así como lo describes.

 

Oswaldo me reta con la mirada  y se aleja,   yo me encojo de hombros restándole importancia a su mirada, estoy bebiendo despacio mi copa de champaña, cuando de pronto siento un nudo en la garganta y me suelto un poco el cuello de la camisa aflojando la corbata, poco después que apagaran las luces quedando solo el juego de multicolores sobre los asistentes, es que una silueta me deja impactado, mi mirada la recorre desde esas hermosas piernas, para luego ir subiendo por sus caderas, ese vestido rojo, me quedo embobado, no puedo divisar su rostro, pero no importa, esa mujer tiene todo, esos senos jamás había visto tal preciosidad en toda mi vida tengo la necesidad de comprobar si son naturales. No pierdo tiempo, me acerco hacia ella, es como me atrajera como imán, cuando otros pelafustanes se han acercado como abejas a la miel, pero su dulce voz llega como cántico angelical a mis oídos, los está alejando, nuestras miradas se chocan como si fuera magia, tiene unos hermosos ojos que juegan con la luz del lugar, un mentón fino, hermosa por donde la pueda ver, mejor dicho de pies a cabeza,  las luces juegan a nuestro alrededor y yo siento como mi entre pierna reacciona ante semejante monumento de mujer, suena una música moderna, de esas donde debes pegar a tu pareja cuerpo a cuerpo, es como si fuera una señal.

 

—Me gusta esta pieza, podríamos bailar — Mi sonrisa se extiende en toda mi cara, aunque por lo oscuro del lugar no me puedan ver, esa mujer me leyó el pensamiento, esa dulce voz me tiene como atontado que demoro unos segundos en reaccionar.




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