No Fue Un Accidente

PARTE O5

 

MARISSA

 

—Vamos Marissa por esta noche eres Alma Villavicense, modelo internacional con un pase especial, tal cual te dijo Valeria

 

Murmuro en voz alta para darme valor, iba a dar mi nombre en la puerta, pero ni siquiera me pregunto, solo desabrocho esa cuerda como en las avant premiers de cine o esas ceremonias me parece tan denigrante que todo eso sea a causa de mi apariencia, a lo lejos puedo divisar las luces de colores, es como un contraste, todo elegante por fuera y por dentro un ambiente electrónico tal cual dijo Valeria. Mi corazón se paraliza, lo puedo ver a lo lejos conversando con Oswaldo, el cirujano que se encargara de él en unos días, no tengo miedo aunque me conoce por como estoy hoy ni de aquí a un millón de años sabría quién soy en realidad, varios hombres se acercan a ofrecerme un trago, bailar, a ser mi acompañante esta noche, propuestas que rechazo sutilmente, sin que mi mirada pierda a Darrien de vista, siento que mi cuerpo por dentro es como gelatina por como tiemblo, sonrió de una manera que no deje ver mis nervios, él se está acercando hasta aquí, tengo que afinar la voz, sonar algo chillona, es tan difícil ser alguien que no soy, pero no puedo dejar cabos sueltos.

 

—Preciosa, puedes hacer conmigo lo que desees, estoy a tus pies y tus órdenes, eres mi ama y yo tu lacayo—Luego que mi plan osado  de invitarlo a bailar así se dé cuenta de que mi atención esta únicamente fija en y nada más que él, hecho que siempre ha sido de esa forma por más que alguna vez alguien me pretendió al final no pude ni darle un beso porque su sonrisa vino a mi mente y salí huyendo chisme que se regó como pólvora por el pueblo y solo recibía burlas y murmullos cada vez que pasaba por el por la farmacia, el mercado o la biblioteca. Pero esto es otra cosa, es su mirada, es esa voz suya por un momento me distrae, pero cuando me toma de la mano, es como si reaccionara y ese cosquilleo que él produce en todo mi cuerpo hace efecto, terminamos en la pista de baile, trato de aplicar lo que me enseñaron, los movimientos sensuales, como acerco mi cuerpo al suyo, pensé que sería más complicado y que los nervios me terminarían traicionando, pero mi cuerpo se acomoda más al suyo como buscándolo,  me siento como un animal buscando su contacto, tratando de rosar mi cuerpo al de el, siento como si fuéramos dos animales en celo, la música ayuda mucho.

 

—Vamos Marissa, concéntrate, mirada de leona, ya lo sabes, tienes que hacer que suplique por tu boca, tienes que hacer que anhele con fervor, tocarte.

 

No puedo evitar sentir que todo en mí se calienta, su aliento chocar con el mío, su boca a centímetros de la mía cuando su mano toca mi espalda es como si quisiera mandar todo al diablo, pero debo recordar las palabras DEJA LOS MIEDOS A UN LADO Y CONCENTRATE, pero como hacerlo si el hombre que he anhelado toda mi vida está aquí pegando su cuerpo al mío, su boca cerca a la mía, no puedo evitarlo y finalmente lo que tanto había soñado se hace realidad, su boca y la mía empiezan un baile, soy torpe puede ser, he practicado con muñecos aunque no es lo mismo, tuve que ver muchos videos para saber usar mi lengua por más asqueroso que me pareció en ese momento ahora me parece de lo más excitante, mi cuerpo suda, mi centro palpita, siento como si fuéramos los únicos, toca mis caderas haciendo que me sienta en las nubes, necesito aire, pero a la vez no quiero alejarme de su boca y de su cuerpo.

 

—Vámonos de aquí por favor, espero no tener que suplicártelo ¿O sí? — Lo digo de una manera sensual, entre jadeos que salen de mí, siento mi corazón latir a mil por horas, tratando de concentrarme, aunque es tan difícil después de haber experimentado mi primer beso y mucho peor uno como este y la manera en que sus manos se perdían en mi cuerpo de una forma tal caliente, empleo una de las palabras que oí en esas películas, no dice nada, toma mi mano y me aleja de todos, yo sigo sintiendo ese calor emananar de mi cuerpo, como una fiebre que va a superar a los cuarenta grados en cualquier instante.

 

—Te llevaré al cielo de ida y vuelta, nunca en mi vida una mujer causo este afecto en mí y tiene que pagar las consecuencias preciosa— Me dice mientras entramos a un ascensor y me ataca besando mi cuello con mi cuerpo pegado a las frías paredes de esta caja de metal, un leve jadeo sale de mi boca, y acaricio su cabello y suelto los botones del cuello de su camisa de manera torpe, pero supongo que lo interpreta con la prisa de querer sentirlo más cerca, le arranco la corbata y meto mis dedos por debajo de la camisa, sintiendo los vellos, mis uñas arañan ligeramente mientras él toma uno de mis piernas haciendo que la eleve, acaricia mi muslo, luego lo siento queriendo meterse por debajo de mis bragas, él no me ve, pero mis ojos se abren como platos, esto es que no sé ¡Al diablo el miedo! Quiero quitarle el saco y lo consigo, su camisa ya salió de su pantalón, puedo hasta jurar que estoy a punto de perder mi virginidad en este lugar, pero el timbre de que hemos llegado al último piso nos avisa y me salva a la vez, pero eso no quiere decir que dejó de besarme o tocarme de esa manera que me enciende como no pensé, una cosa es ver películas u oír conejos, leer historias y otra es hacer la tuya propia, escucho un clic y una puerta se abre por un momento nos soltamos él me tiene de la mano, sus labios están enrojecidos por mi labial, su camisa abierta y su cabello alborotado, me mira de una forma que me invita a perderme con él, es lo que quería, es lo que he buscado y es lo que voy a conseguir, te amo Darrien y serás mío, aunque sea solo por esta noche. Entro a esa habitación sabiendo que a partir de este momento mi vida cambiara por completo y para siempre.




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