No Fue Un Accidente

PARTE 08

 

MARISSA

 

—Es Darrien Harper — Sentí un dolor desgarrador en mi pecho, con todo lo que me había costado mantener mi secreto, pero no podía arriesgar la vida de Valeria, no me quedo otra opción, no entiendo que pretenden con todo esto, pero Valeria es primero, ella es inocente siempre estuvo a mi lado, me tendió una mano y me acompaño hasta en mi locura, por lo que no puedo dejar que nada malo le pase.

 

—Ya lo sabíamos, no se preocupe en este momento van a despertar a su amiga y ella sé ira a casa —Yo también necesito irme a casa, ya sabe la verdad por lo que necesito desaparecer de aquí, no quería irme a otro país, pero no me queda de otra.

 

—Ahora también déjeme ir, no me siento bien no quiero estar aquí y menos con usted, no entiendo a qué viene todo esto, no sé por qué me trajo, pero ya acabe con su juego y déjeme en paz — No puedo mantener la calma y las lágrimas salen de mis ojos, estoy muy sensible y por todo lloro, pero es que también me siento como ahogada, acorralada por esta locura, no quería decir su nombre, no pretendía que nadie se enterara y ahora este hombre que no conozco lo sabe, lo escucho hacer una llamada y decir.

 

—Estábamos en lo correcto y como suponíamos quiere huir, muy bien hay otra opción en todo caso.

 

Por algún motivo sus palabras finales me dejan como helada, como si mi corazón se hubiera precipitado de un instante a otro, es que su mirada junto con la frialdad que emana te puede dejar sin palabras y el miedo incrustado en las venas.

 

—¿Qué va a hacer? — Mientras se sienta a lado de la cama y yo como que quiero irme para atrás, tratando de alejarme lo más que pueda siendo esto ridículo por la posición en la que me encuentro.

 

—Perdone la manera en que se dieron las cosas, pero usted no nos dejó de otra opción, se fue a esconder a lo más redondito del país, el señor estaba muy molesto por todo eso, no tuvimos opción, pero tranquila su amiga está bien, no lo tocamos solo fue un sedante y en realidad está dormida

 

Muevo la cabeza de un lado a otro tratando de entender que era todo esto, porque hicieron aquello, porque me hicieron creer que le habían hecho daño.

 

—Están locos, usted y su jefe que no sé quién sea, déjeme en paz, esto es un secuestro y los puedo denunciar — Luego me di cuenta de la locura que dije, puedo ponerme más en riesgo y a la vez a mi bebé o Valeria.

 

—Usted tiene algo que el jefe quiere, solo es un trato, usted ha cometido muchos delitos y el poder que tiene mi jefe supera lo que sea que usted está imaginando, después de todo que no haría un padre por su hijo

 

¿Un padre por su hijo? Que tiene que ver aquí el padre mi de bebé.

 

—¡Está loco usted! ¡Ayuda déjenme salir, ayuda! — No sé si me estaba volviendo loca, pero sentí que no tenía salida que algo debía hacer, trate de bajarme de la cama, pero ese hombre me sujeto de las muñecas y me forzó a quedarme adema que sentí un mareo muy fuerte por lo brusco de mi movimiento.

 

—Es en vano que grite o algo como eso, usted está dentro de las instalaciones que pertenecen a mi jefe, este cuarto fue construido y adaptado especialmente para usted, el señor Harper no quiere que nada le pase, usted y el producto que lleva dentro son muy valiosos, son como decirlo tesoros para él.

 

—¡Mi bebé, no es producto cállese! — Y lo abofeteé que hasta yo misma me sorprendí, jamás usé la violencia, jamás nunca lo hice por más humillaciones y malos tratos que sufría, nunca me atreví a levantarle la mano a alguna persona y ahora lo hice, es que la palabra producto como definiendo a mi bebé me pareció aberrante, denigrante y tan superflua que sentí en mi interior una furia que no supe controlar.

 

—Lo siento me gané ese golpe, el señor Harper lo único que quiere es la seguridad de su hijo y suya, por eso recurrimos a todo esto, no puede permitir que escape.

 

Harper otra vez, eso no es cierto, Darrien no tiene como saber que mi hijo es suyo o que yo fui aquella mujer de esa noche, yo tome todas las precauciones, no deje huella, además que no tiene razón de buscarme, yo no lo voy a molestar, no le voy a pedir nada, es mi hijo solo mío, no necesito que me encuentre para que me diga lo horrible que soy y lo poca merecedora de ser la madre de su hijo que soy yo Marissa Moretti la don nadie del pueblo. Aunque mi corazón se desgarre por dentro, aunque mi alma se parta en dos debo aceptarlo un hombre como el jamás se fijaría en una pusilánime e insignificante mujer como yo.

 

—Dígale que no tiene ninguna responsabilidad con nosotros, que yo voy a criar sola a mi hijo o hija, que me deje ir que no sabrá nunca más nada de mí en su vida.

 

—Eso es lo que él no quiere, bueno no voy a andar con vueltas, el señor quiere que pasado mañana se presente en el juzgado y firme la apta de matrimonio donde diga que están casados luego de eso presentarse ante la sociedad y los accionistas como una futura familia feliz con el nuevo integrante dentro de usted.




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