MARISSA
Hoy estoy que lo veo y lo creo, hasta me di un piñizco aunque no sea la primera vez, igual no dejo de sentir como si me hubiera dado fiebre y estuviera delirando, es entonces que para ver si esto era real o estaba soñando me doy un pellizco, nadie podría entenderme a que grado eso nunca deja de hacerme sentir extraña, es que cuando abrí los ojos me vi abrazada a él, me sujeta como si fuera yo no sé algo de lo que su vida dependiera, como si al soltarme se le fuera el aire ,es cierto ahora recuerdo los truenos, seguramente se compadeció de mí y se dejó abrazar, justo en ese momento entro Rosaura que era otra de las empleadas, ella era muy puntual con el desayuno de la señora de la casa siempre me lo dice de esa forma.
—Disculpe, señora, pero yo toque la puerta antes de entrar — Aún sigo sin creer que esto sea real, Darrien y yo así, solo en mis más locos sueños, pero debo regresar a la realidad, una donde solo soy un vientre, eso es lo que soy para Darrien solo soy algo que le conviene.
—Rosaura, ayúdame a salir de aquí, por favor — ¿Qué se supone que hace? Yo quiero que me suelte y Darrien se sujeta más a mí, es tan difícil, lo tengo aquí conmigo, siento su aroma en todo mi cuerpo, es algo que aún sigo procesando, no voy a poder salir de aquí como se supone que debo salir, no hay otra opción — Olvídalo, más bien tráeme un vaso con agua.
—Señora, ¿Qué está pensando hacer?
—Antes el agua, tómame una foto, después va a decir que yo estoy desvariando y lo que hice no es justificado.
Sé que suena a locura, pero no me está dejando otra salida, aunque esa foto la atesoraré como lo que es un hermoso recuerdo. Rosaura hace lo que le digo y yo solo suspiro en silencio, pero no puedo dejarme dominar por los sentimientos que me liga a la única persona que he amado en toda mi vida, debo ser fuerte y arrancarme este amor del corazón, cuando mis hijos cuando nazcan mi vida se la dedicaré a ellos, de esa forma olvidaré esto que siento por ti, ¿Por qué tenías que ser así?
—Aquí tiene señora, disculpe, pero mejor me retiro, cuando el señor reaccione va a creer que yo estoy de acuerdo con su locura.
Lo siento esposo, pero tú te lo buscaste.
—¡Que cara —Creo que se me paso la mano, Darrien terminó en el suelo, dándose un fuerte golpe ¿Qué habrá pensado? Que se estaba ahogando, quiero reír, pero no debo, hay no aguanto — ¿Cuál es el chiste aquí? ¿Qué tienes en la cabeza Marissa para hacer algo como esto? Yo no soy ningún payaso para que te rías a mis costillas.
Creo que, si está molesto, no importa él se lo busco.
—No te atrevas a mirarme de esa forma porque primero sabes muy bien que no debes gritarme y segundo tú no me soltabas y yo me moría por ir al baño, sin embargó tú estabas sujeto a mi como si yo fuera un salvavidas o algo así— Sus ojos se agrandan como dos platos, seguramente piensa que le estoy mintiendo.
—Eso es imposible, Darrien Harper, jamás hace algo tan ridículo e infantil como — Se queda sin palabras cuando le muestro la fotografía que Rosaura nos tomó, el que se ya se había vuelto a sentar se termina por caer nuevamente de la cama, pero no entiendo si pareciera que de sus ojos saliera hasta terror.
—Sabes sigue peleando contigo mismo sobre si me crees o no me crees, voy a darme una ducha para luego desayunar.
Una vez en el baño y a solas, me abrazo a mí misma y como boba empiezo a aspirar su aroma, su perfume, tan de él, tan Darrien. Cada día que pasa es más difícil mantener mis sentimientos a raya, como decirle a tu corazón, no sientas, no latas de esa forma cuando lo tengas cerca. Creo que necesito despejar mi mente, tal vez le pida que cumpla su palabra y me lleve al pueblo,
Cuando salgo ya no lo encuentro, supongo que subió a cambiarse, eso me da tiempo de sentarme en la cama aun con la toalla en mi cuerpo y mi cabello, estoy como si viera la nada, siento una opresión en el pecho no es fácil dormir con la persona que amas como si fueran dos extraños, si esto sigue sucediendo no sé si seré capaz de evitar las lágrimas, no sé si seré capaz de no gritarle que es un tonto por no darse cuenta cuando lo amo.
—Perdón, pensé que ya te habías cambiado — Se da la vuelta y yo sigo sentada, no reacciono ante su presencia, es que esto duele, él se da cuenta de que no me he movido y se acerca a mí y se pone de cuclillas, mirándome a los ojos.
—Perdóname por gritarte, creo que ya muchos perdóname sale de mi boca, es que a veces soy muy bruto.
—Darrien no te preocupes, pero no me siento bien.
—¿Cómo que no te sientes bien? ¿Te duele algo? ¿Los bebés es eso? — Su desesperación podría conmoverme, pero sé que su miedo más grande es que le pase algo a nuestros hijos y ya sé por qué.