No Fue Un Accidente

PARTE 38

 

MARISSA

 

—Yo creo que eso no fue un atraco tan simple, debes tener cuidado, recuerda que debes pensar en el bebé más bien los bebés.

 

Sé que Valeria tiene razón, pero es que no entiendo quien quisiera hacerme daño, ¿González? Dudo que quiera que su amo y señor como parece que es mi esposo la pase mal, se supone que si quieres o admiras a alguien no quieres hacerle daño, así que tengo que descartar que él sea, solo le gusta hacerme pasar mal rato porque simplemente me detesta desde el minuto uno que supo de mi existencia.

 

—No sé Valeria, es que todo es tan extraño, pero por favor ya no hablemos de eso, que me hace sentir mal además que viniste a distraerme no hacerme recordar que mi esposo está en una cama de hospital todo por salvarme

 

No puedo evitar las lágrimas, no puedo evitar pensar que él está allá y yo aquí, debería estar conmigo abrazándome y diciéndome lo mucho que me ama y yo diciéndole lo loca que estoy por él.

 

—Ya está bien — Y me abraza — No vamos a hablar de cosas feas, que te parece si vemos Y DONDE ESTÁN LAS RUBIAS y nos reímos por la vez número cien,  de cómo no los atrapan si es evidente, debieron despedir al maquillista de una.

 

—Pero ese es el chiste de la película. — Creo que logro su objetivo, mientras me seco las lágrimas y vamos hacia la pequeña sala de cine para cuatro que puso Darrien hace semanas, dice que es por ahora, aunque nunca entiendo algunos comentarios que hace al azar, como si hablara consigo mismo, pero sé que todos esos nos involucran tanto a mí como a nuestros pequeños. Que como si supieran qué pienso en ellos, se empiezan a mover como pececitos, aunque hacen que le duela la parte baja a mami.

 

—Valeria, ven siéntelos — Le grito, ya que estaba delante de mí, tengo ganas de jalarle las orejas, pone cara como de asco—No sé cómo dices querer ser madrina de mis hijos, si no eres capaz de hacer esto.

 

—Perdón, amiga, es que nunca antes he tocado una barriga entiende, son como gusanitos ahí metidos,

 

—Prefiero que les digas pececitos y no bichos a mis hijos, ahora ven y pon tu mano déjate de cosas. — Lo hace y de pronto su cara es de asombro hasta pone su oreja,

 

—Parecen gases ahí dentro. — Paso por alto su tonto comentario, no entiendo cómo siendo tan tosca con los niños, es maestra de primaria.

 

—¿Estas segura que eres maestra? Parece que los niños te dieran, no se cosa, no entiendo.

 

—Si soy maestra, mi vocación es enseñar, pero no quiere decir que los niños tengan que caerme bien, solo que no me caen, pero prometo que con mis ahijados será diferente, los voy a mimar y malcriar, si se tiran al suelo a hacer berrinche me lanzo con ellos a ver quién hace un berrinche mayor.

 

Esta mujer está loca de remate, mira que decir aquello, pero de solo imaginarla haciendo ese tipo de competencias hace que ría y de pronto siento que se me paso la mano de tanto reír, me disculpo con Valeria y subo a cambiarme de ropa el médico dice que es normal eso de la incontinencia además que son dos no uno.

 

Me doy un baño súper rápido, mientras Valeria hace los snacks más bien mira como lo hacen, porque ella y la cocina no se llevan, no sería capaz ni siquiera de hervir un biberón, así tuviera las instrucciones delante de ella. Me estoy secando el cabello, cuando suena mi teléfono, espero que sea Darrien porque hasta eso extraño, aunque sea un pequeño mensaje con un emoticón.

 

“Tu esposo no es un santo ¿Quién es la mujer que lo visita? No seas tonta, está jugando contigo, solo eres su incubadora”.

 

Siento como si un frío se hubiera incrustado en mi cuerpo, una mujer de espalda, vestida muy elegante está entrando a la habitación de Darrien, se supone que las visitas están restringidas, no puedo pensar mal de mi esposo, él no sería capaz de engañarme me lo ha demostrado de un y mil formas que me ama por sobre todas las cosas, no soy tonta y no soy su incubadora, estoy tan metida en mis pensamientos que no me fije cuando Valeria entro a la habitación al verme tan como diría mi abuela mirando el aire, me arrebata el teléfono y observa el mensaje junto con la fotografía.

 

—Dime ¿Confías en tu esposo?

 

—Si — Le digo, aunque creo que no soné muy segura, pero si confió en él, solo que han pasado tantas cosas como si

 

—Creo que alguien los quiere separar o hacerles daño, sé que no quieres hablar de esto, pero tienes que tomar consciencia que hay alguien allá afuera que lo que quiere es verte o verlos sufrir. ¿Quién te puede odiar tanto como para querer hacer algo asi?

 

A mi mente viene solo un nombre González, la única persona capaz de querer verme llorar sin importarle cuánto daño me hace es ese hombre. Decido que no debo esperar y llamar a Nicolás, no quiero hablar con Darrien hasta tener pruebas porque sonaría como una loca, las manos me tiemblan, no sé por qué, más bien si sé, solo que no sé si puedo llevar a cabo lo que está pasando por mi mente, siempre digo que soy tímida, que soy de perfil bajo, que no me gusta llamar la atención o meterme en problemas, pero las palabras de Valeria me hacen dar cuenta que si no hago algo, las cosas pueden ir mal y debo pensar en mi familia, por ellos agarro de valor de donde no hay.



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En el texto hay: bebes, secretos, amor

Editado: 24.03.2023

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