No Fue Un Accidente

PARTE 40

 

MARISSA

 

—¿Por qué nos dejas?

 

—No te amo, nunca te amé y ni loco te amaría, solo mírate, eres un esperpento, un espantapájaros, mírame un hombre como Darrien Harper, no podría sentir algo por ti que no sea desprecio, me das asco Marissa Moretti asco, tú y esos engendros, me dan asco.

 

—¡Cállate, cállate! Soy Marissa Harper tu esposa, Tú me dijiste que me amabas ¿Cómo puedes no recordarlo?

 

Siento mi respiración agitada, hasta podría jurar que estuve sudando por no decir llorado, me toco el rostro por inercia por mis pensamientos y si eso estuve haciendo.

 

—Cariño ¿Te sientes bien? Te escuché balbucear, pero no entendí que era.

 

Darrien enciende la luz y yo me lanzo a sus brazos, solo fue una pesadilla, la peor que he tenido en mi vida, sentía la sangre helar cuando él dijo que sus hijos y yo le dábamos asco, cuando los llamo engendros, sus palabras hicieron que sintiera que me partían el alma y atravesaban el corazón, lo amo tanto que no soportaría algo como eso, pero fue solo una pesadilla. Y él está aquí a mi lado, demostrándome que solo fue eso UNA PESADILLA.

 

—Solo fue una pesadilla, abrazarme por favor prométeme que nunca nos dejaras, que siempre estaremos juntos.

 

—No tienes ni que pedirlo, siempre va a ser así, te amo por sobre todas las cosas y te agradezco que también me ames a pesar de lo inmaduro, engreído y déspota que me porte contigo, me cuestione muchas veces este amor porque sentí que no lo merecía, pero sé que amas y eso me quita un peso de los hombros, también supe el valor que tenías como mujer para perdonar todo lo que hice y empezar de cero como lo prometimos.

 

—Te lo dije una vez y nunca lo olvides, mis ojos y mi corazón te pertenecen a ti desde que recuerdo, nunca he mirado a otra dirección solo la tuya con la nula esperanza de ser correspondida, pero la vida me demuestra que puedo ser feliz, gracias por amarme como lo haces y demostrarme el inmenso amor que nos tienes.

 

Me abraza por la espalda y me da un beso en la nuca, mientras acaricia mi vientre, nuestros hijos automáticamente se mueven como un par de pececitos, yo también toco mi vientre para calmarlos y poder descansar, si pudiera tomar una foto de este momento lo haría siempre, me siento plena al lado del hombre que amo, solo espero que nada ni nadie nos arranque la felicidad, no quiero que mi pesadilla algún día sea realidad, lloro sin poder detenerme, pero aguanto sin hacer algún ruido, no quiero que Darrien se preocupe.

 

DOS DÍAS DESPUÉS

 

—Te presento a Nicoleta, será tu seguridad de ahora en adelante — Me dice mi esposo y la observo es una chica a lo mucho treinta años, trigueña, ligeramente más alta que yo, cabello negro y esbelta, tiene unos preciosos ojos verdes que llaman mucho la atención, me sonríe y tiende la mano para luego volver a esa posición que hacen en las películas con las manos por delante. — Es experta en artes marciales, hizo cursos de desactivación de explosivos, además que trabajo para las fuerzas especiales durante siete años.

 

Me quedo impresionada esa mujer es increíble, con ese currículo yo también tendría esa posición como de lista para lo que sea, pero agradezco que haya procurado una mujer con sus habilidades, después de todo es como si cuidara a tres personas.

 

—Y ese joven tan guapo ¿Quién es? — Quiero molestar a mi querido esposo un poco, sé que es un tema serio, pero siento que, si no me relajo, aunque sea algo, me voy a estresar y eso puede ser contraproducente.

 

—¿Cómo qué guapo? ¿De qué hablas? — Creo que se enojó, porque se levantó de la silla y vino hacia mí, se pega mucho a mi rostro y me dice— Señora Harper, la muy embarazada de mis hijos señora Harper, para usted el único guapo soy yo, más tarde le voy a enseñar a no querer poner celoso a su esposo con lo posesivo que soy

 

Me pega a su cuerpo y me da un casto beso, Para luego sin que nadie se dé cuenta me da una palmada en mi trasero que hace que yo de un pequeño sobresalto, pero de todas maneras algo en mí se calienta a la vez, recuerdo la primera vez que lo hizo, con mucho cuidado me pido permiso y la verdad yo quería decirle, pero me daba vergüenza Lena me había hablado de eso, pero mi Darrien es muy cuidadoso y no usa más fuerza de la debida ni siquiera cuando me esposa a la cama y recorre todo mi cuerpo con hielo, con la pluma, no sé qué ando recordando que ya tengo las mejillas que arden en llamas.

 

>>No sea tan descarada con sus pensamientos o recuerdos señora Harper, tenga en cuenta que estamos en público. — Le doy un suave golpe en el hombro hasta que llega Nicolás, yo observo como mira a Nicoleta y la verdad es extraño, creo que se conocen, pero no quiero decir nada tal vez luego le pueda preguntar en privado.




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