UN BEBÉ QUE NO BUSQUÉ
Ella necesita un lugar donde refugiarse, mientras encuentre la manera de escapar del lío en el que se metió. Y, él... una niñera que cuidará de su hijo, uno que apareció una vez en su puerta sin previo aviso, uno que no planeo o quiso, un hijo que pondrá su vida de soltero libre como el viento, patas arriba...
Esto es una lucha entre dos egocéntricas personas que se atraen como abejas a la miel, pero que no se soportan, ella no entiende como dice no querer a su hijo y él no entiende como ella no es como todas que caen a sus pies. Sin embargo, el amor aparece aún en contra de ellos mismos, pero los miedos al rechazo y a un futuro corazón roto son muy fuertes, pero dicen que en nombre del amor cualquier riesgo es aceptable, pero arriesgarse a equivocarse nuevamente ... ¿Valdrá la pena?
…
GONZALO
—¡Maldito, te voy a buscar y encontrar! Acuérdate de mi Gonzalo, te voy a destruir.
—¡Pues no te tengo miedo! Aquí estoy cuando quieras.
—¿Está seguro? Puedo parecer muy valiente, pero, de todas maneras.
—Tranquilo señor Vega, el señor Mario González Rivera, le esperan muchos años tras las rejas.
—Eso espero, pareciera que en vez de odiar a Darrien me odiara a mí, yo solo declaré la verdad durante su juicio, quien lo manda a ser un loco desquiciado que se piensa el centro del universo.
EN LA OFICINA
—Gonzalo, quiero que seas padrino de Duncan junto con Valeria.
—¿Con la loca que no me soporta?
—Respeta a mi cuñada que luego Marissa te jala las orejas como la vez pasada.
Esa morena lo que tiene de hermosa, lo tiene de loca y falta de sentido común, debería agradecer que alguna vez me la intente ligar, aunque haya pasado un año desde la boda, muchas darían lo que fuera porque mis ojos volteen a verla, en cambio, ella desperdicia la oportunidad de su vida, después de todo ella se lo pierde.
—Solo que no empiece, que yo no me quedo callado. Más bien te dejo, tengo una cita con una linda aeromoza que conocí hace unos días durante mí vuelvo de España hasta aquí. Hoy día corno con esa rubia de piernas kilométricas que ya se me ocurren un par de cositas no aptas para menores, así que dile a mi futuro ahijado que se tape los odios.
—Enfermo, mi hijo nada te hace, solo está pintando ¿No ves su talento?
—Amor de padre le dicen
—Algo que no quieres experimentar ¿Cierto?
—Y andar como mandilón igual que tú, no gracias, mi libertad, nadie me la quita, no han nacido la mujer que le pongo la soga a este semental.
—Espero que no te ahogues con tus propias palabras algún día, porque no sabes lo que te pierdes.
VALERIA
—¡No es verdad! Ryan, dile a esa mujer que no es cierto.
—Eres la amante de mi marido, no hay nada más claro.
No es verdad, Ryan no pudo hacerme eso, llevamos años juntos. Cuando siento que me agarran de los cabellos y sigo sin entender nada, lucho por qué me suelte, pero es en vano me gana en peso, tamaño y fuerza, el hijo de la gran fruta se queda callado, viendo como soy humillada, abre la puerta y termino en la vereda, en ropa interior y con el orgullo por los suelos, lo veo murmurar algo mirándome, pero mis lágrimas no me dejan ver bien que es y no importa, la humillación y vergüenza que estoy sintiendo no tiene comparación con nada, todos me observan y hablan a mis espaldas, miro a la gente suplicando que me ayude, pero es en vano.
—Esta mujerzuela, le gusta andar con hombres casados, cuiden a sus maridos, cuiden sus negocios. Valeria Piazza es una rompe hogares y ramera de primera. Es una P E R R A
—Eso no es verdad, por favor cállese, no siga
—La acabo de encontrar con mi marido sobre la cama de mi habitación.
No aguanto más, me doy la vuelta, llorando y tapiándome, peor es en vano, todos me observan, se ríen de mí y otras me señalan con el dedo. Jamás podre superar esta vergüenza, este dolor, yo jamás supe de su engaño, jamás imaginé que me estaba mintiendo todo este tiempo.