No Me Juzgues

Capítulo 9

¿Qué haces tú aquí? ¿Coincidencia?

— ¿Quieres que te ayude? - me dijo Margaret al verme tratar de abrir la puerta de la casa.

— No gracias, yo puedo sola- dije entre dientes.

Hoy me dieron de alta del maldito hospital después de dos días, y lo que me falta es que Margaret quiera a ser el papel de la madre que se preocupa por su hija.

— ¿Estas segura de que no necesitas mi ayuda?, llevas cinco minutos intentando meter la llave en la cerradura mientras tu mano tiembla. - me dijo Margaret "preocupada"

— MALDITA SEA- grite parando de lo que estaba haciendo para mirarle a los ojo-CREEME QUE NO ME IMPORTA NI UNA MIERDA QUE NO HALLAS PODIDO TENER HIJOS PERO NO TRATES DE FINGIR QUE SOY TU HIJA, PORQUE NO LO SOY, TU Y YO SABEMOS QUE SOLO NOS CUIDAS A LUCK Y A MI POR EL MALDITO DINERO, PERO PRONTO NO LO PODRÁS COBRAR PORQUE LAMENTO DECIRTE QUE EN 6 MESES CUMPLO LOS 18 Y ME HARÉ CARGO DE MI HERMANO.-Termine de gritarle con la respiración agitada y un nudo en mi garganta que hizo que mis ojos se cristalizarán.

— ¿Cuánto daño pueden hacerle a una chica para que se vuelva tan fría? - me dijo con lágrimas saliendo de sus ojos.

Y lo único que pensé en ese momento fue correr y corrí solo corrí en la misma dirección que había corrido hace dos días, en el único lugar que en el tiempo que había estado aquí me sentí cómoda; corrí hacia aquel viejo edificio abandonado y me senté en esa escalera de mármol un poco cuarteado.

— Recuerdo cuando mis muñecas estaban limpias-susurré para nadie más que para mí misma, mientras miraba la venda que tenía en el antebrazo izquierdo, mientras cientos de lágrimas que yo no podía controlar salían de mis ojos.

Recuerdo cuando todo era diferente, cuando reía, bailaba y cantaba, cuando lo único que dolía era cuando me raspaba las rodillas y aun así seguía, simplemente me levantaba y continuaba jugando; Pero ahora a veces sólo quiero quedarme en el suelo y no continuar, a veces simplemente creo que no me quedan fuerzas para seguir luchando.

En ese momento vi al cielo y todo se veía tan hermoso, las nubes tapaban al sol, estaba nublado y parecía que en cualquier momento llovería.

— ¿Qué haces tú aquí? - oí su voz y en ese mismo instante me sequé las lágrimas con los puños.

— ¿Qué te importa? no te debo explicaciones y mejor dicho ¿Qué demonios haces tú aquí? -le pregunte mirándolo a los ojos.

— Yo pregunte primero. - me dijo, y solo faltaba que me sacara la lengua, para parecer un niño de cinco años.

— Chico deberías madurar ya estás bien grandecito para ser tan infantil. - le dije y el solo sonrió, pero era más una sonrisa coqueta.-Hoo, wow crees que con esa sonrisa todas las chicas caerán a tus pies, pues lamento informarte que yo tengo cerebro y que tu sólo eres un estúpido para mi Derek.

— ¿Segura? -me dijo sentándose a mi lado e inmediatamente me levante.

Y como siempre la vida me tiene que dar una patada en el trasero en ese momento empezó a llover.

— Maldición- el doctor dijo que no me podía mojar y que estará en reposo.

Y no tuve de otra que refugiarme en el edificio abandonado junto con el maldito de Derek...

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Subí las escaleras y me dirigí hacia el segundo piso del edificio abandonado, traía mi celular y desde el segundo piso podría tomar unas fotografías increíbles.

— ¿A dónde vas? - me pregunto Derek, pero esta vez ni le contesté, simplemente subí.

Mire al balcón del segundo piso y tenía razón la vista era enserio hermosa, tome mi móvil del bolsillo y justo cuando estaba a punto de presionar el botón de captura mi mano vibro, era una llamada de Margaret, no quería contestar, pero lo hice.

— Hola. -dije

— Rose, ¿dónde estás?, el doctor te dijo que no te podías mojar. -dijo Margaret a través de línea, se escuchaba como que estaba "preocupada".

— Estoy bien no me he mojado. -dije ya más calmada desde la vez que la vi.

— Gracias a Dios- dijo suspirando- Rose acabas de llegar del hospital, necesitas descansar, estar en reposo, dime donde estas yo iré a buscarte.

— No, esperare a que pase la lluvia y me iré- le dije firmemente.

— Bueno pues abrígate y no te mojes, cuando llegues necesitamos hablar-me dijo.

— Okey- le dije y colgué la llamada.

Sabía que esto no iba a ser diferente por eso no me ilusionó con las casas adoptivas porque siempre es igual, siempre es lo mismo, pero esto fue muy rápido solo tenemos un mes aquí, pero claro ella ya cobro ahora tiene que regresar la mercancía.

— PORQUE SIEMPRE ES MALDITAMENTE LO MISMO- grite sin darme cuenta y ahí estaba Derek mirándome como si fuera una lunática.



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En el texto hay: odioamor, comedia, sarcasmo

Editado: 23.05.2018

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