No Me Juzgues

Capítulo 15

 

Una chava en particular:

Con los Anderson todo pareció estar igual, no me importó nada, era lo mismo de siempre una familia nueva, nueva casa, nueva ciudad, nueva escuela, pero había algo que nunca cambiaba y es que soy el mismo yo.

Pero el primer día de escuela, séptimo grado de la secundaria, nuevos útiles, nuevo uniforme, debería estar acostumbrado a esto, pero por más que lo intento no logro hacerlo, no logro acostumbrarme a esto, yo ya me resigné, ya al menos me acostumbre a ser un chico completamente solitario.

Llegué temprano al aula, es una escuela más pequeña de lo que me imaginaba, pero me da igual, elegí el último asiento de la fila que estaba junto a la ventana desde la cual se podía ver el patio.

Sonó el timbre de la mañana y el salón se llenó de niños de mi edad, pero una chava en particular llamo mi atención, vestía una chaqueta de Jean y una blusa azul, unos Jeans y unos tenis, tenía los ojos verdes y el pelo castaño claro.

Normalmente no me fijo mucho en las chicas, pero está en verdad me impresionó, me dirigió la mirada por unos segundos que fueron hipnóticos para mí y al parecer no era de esa clase de chica tímida, se veía más bien como de las que siempre les caía bien a todos.

Luego de unos minutos la maestra entro con una sonrisa y diciéndole buenos días a todos sus alumnos, se dio cuenta de mí no muy notoria presencia y me pidió que por favor me presentará a la clase.

— Me llamo Lucas Adams, llámenme Luck- dije, y ella me dirigió una bonita sonrisa. Seguida de una hermosa e intensa mirada que me cautivo por unos segundos que parecieron eternos y luego solo me dirigí a mi asiento.

Mientras estaba embobado la maestra hizo que todos me dieran la bienvenida se presentó y continuó.

Lo peor fue que cada maestro que llegaba los demás alumnos le decían al maestro que era nuevo, (aunque sabía que a ellos eso era lo que menos les importaba, solo querían perder unos minutos de cada clase) lo que hacía que este me hiciera levantarme de mi asiento para que le dijera mi nombre y siempre daba el mismo discurso y cada vez que lo hacía era un fastidio, pero al menos lograba que ella me mirará una y otra vez.

Pasaron las clases y llego la hora del recreo y les puedo asegurar que ya estaba harto, todo lo que preguntaban los maestros era de cómo les habían ido a los alumnos en sus vacaciones, y cada maestro que llegaba parecía que seguía el mismo guion que el anterior como si todos se habían reunido en un plan para aburrirnos.

Sonó la campana y prácticamente todos los estudiantes volaron de sus asientos e hicieron una fila en la puerta, y claro, yo fui el último en ella.

Salimos al patio y pareciera que cada grupo ya estaba asignado, había grupos de chicos sentados en la grama y lo que hice fue sentarme debajo de la sombra del árbol más solitario que encontré. Y me sorprendió cuando la vi acercase.

— Hola soy Allison Patrick, solo dime Allis.- me dijo sonriendo.

Quería hablarle, quería regresaré un simple "hola" devuelta, pero algo en mi me decía que si lo hacía comenzaría una amistad y ya estaba harto de tener que despedirme y sufrir por ello, así que solo me quedé mirándola a los ojos, a sus hipnóticos y hermosos ojos verdes.

— ¿Acaso te mordió la lengua el ratón? - me pregunto riéndose- ¿por qué tan sólo?

— ¿Por qué no estarlo? - me permití responderle con otra pregunta.

A lo que ella contesto sentándose a mi lado.

— Touché- me dijo, mirándome, pero luego se nos cercó otro chico, un chico que se veía que era de esos imbéciles brabucones con un séquito de idiota.

— Allis ¿por qué no dejas de hablar con el nuevo, que es todo friki, y ya vuelves con nosotros?

— Sebas, ¿por qué no mejor, me esperas allá un momento y dejas de insultar a las personas? - fijo señalando a un grupo de chicos que estaban sentados en el césped formando un círculo.

— Allis, ven, vámonos- dijo sujetándola forzadamente de la mano y tratando de levantarla.

— Sebas, ya, suéltame- dijo ella tratando de zafarse.

— ¿Oye cuál es tu problema? ¿Porque no la sueltas, te vas por donde viniste y la dejas en paz? - le dije mientras rápidamente me levantaba

El dirigió su mirada a mí y me dijo:

— No te metas imbécil, si no quieres que te parta la cara de muñequita que tienes. - me dijo desafiándome, a lo que yo solo apreté los puños,

Ho Dios como puedes ser que alguien se meta en problemas el primer día de clases, creo que eso solo me pasa a mí.

— Porque no la sueltas imbécil y los dos arreglamos esto- le dije impulsivamente apretando más mis puños y mi mandíbula.

Y luego de esto Sonó el segundo timbre, que indicaba que ya acababa el recreo y todos corrían para hacer la fila de entrada de nuevo a clases.



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En el texto hay: odioamor, comedia, sarcasmo

Editado: 23.05.2018

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