No me olvides

ლ|2|Por fin llegamos|ლ

La mamá de Antonella nos ha invitado a conocer su casa en la Toscana, la señora F como le decimos dijo que podíamos pasar todo el verano en su casa. A mi madre no le dio nada de gracia irme así por así, lo que me hizo sentir mal ya que mi madre tiene ciertos dolores musculares y no puede hacer mucho esfuerzo.

Olvídate de esos Blair.

Pero Anto le dijo a Jeremy, su novio, que cuidara de mamá, solo eran unos dos meses ya que después volveríamos a la cruda realidad.

—Deja de morder tus uñas

—Auch —me quejo sobando mi brazo—. Es que no me gusta pelear con mi mamá si voy salir del país por tanto tiempo. Me siento culpable.

—Ya te lo dije todo estará bien

Cierro mis ojos por dos cosas, el avión está empezando a subir y no quiero que la idea de dejar a mi mamá arruine el viaje. Eran 14 horas y media de viaje lo que costó mucho ya que era directo, sin ninguna escala. Para mí las escalas eran mucho más interesantes que viajar directo pero Anto no quería perder nada de tiempo. Con la música en mis oídos preferí dormir todo el viaje, las alturas no eran lo mío.

No sé cómo el dolor de culo no era molesto para las personas, en lo que concierne a mí, ya me aburría. Volteé a ver a mi mejor amiga tecleando por el teléfono, así es ella. Muy virtual respecto a conversar o mantener relaciones de amistad por internet; probablemente todo el viaje sea grabado por ella.

—¡Tierra! —exclamo saliendo del avión

—Eres tan dramática

—Si claro, yo

de media hora más, tomamos un taxi el cual consiguió Antonella ya que era la única que hablaba italiano, obvie ese gran detalle respecto a que no domino el idioma. ¿Cómo me comunicare? No tengo la mínima idea, creo que señas es una buena idea o el español, no es tan difícil entender mi idioma natal.

Pasamos muchas casas enormes cubiertas por la fría nieve. Antonella era una alumna de intercambio en la universidad, se volvió mi mejor amiga por una casualidad, “Me pidió un condón” en el baño, el primer día de clases; debo rescatar que el profesor de Ciencias fue muy considerado al ponerme buenas calificaciones solo por un condón prestado. En fin, con los años nos volvimos amigas y mi querida italiana me quería presentar su hermoso país y conocer a la señora F en persona.

como las luces se encendían probablemente serían las 6 de la tarde, mi reloj estaba coordinado con la hora peruana. Cuando el taxista dice algo que no logro entender muy bien y Antonella le responde, noto que ya llegamos.

—¡Ah! ¡Estoy muy emocionada!

—Bueno, imagínate yo que ni siquiera conozco este país

—Es la que está ahí —señala una casa de dos pisos con una bonita infraestructura de piedras incrustadas, fuera de ella hay como un camping, muchos vehículos y carpas están en el bello jardín—. ¿Qué es eso?

—No lo sé, creo que es una excursión instalada en tu casa —rio mientras bajo del vehículo con las maletas, ya que por lo visto ella no lo hace— ¿Te pasa algo?

—No, vamos que quiero saber que hacen estas personas afuera

—Sería más útil si me ayudaras a cargar alguna —respondo jalando dos en cada brazo y dos bolsos en cada hombro—, al parecer no fui la única en guardar tanta ropa.

Rueda los ojos y avanza jalando solo una maleta y su bolso, recibe algunas miradas de las personas que están afuera pero eso no la molesta, sonríe ignorándolos. Con todo el esfuerzo que mis delgados brazos pueden hacer llego hasta la mitad del camino a la puerta. Sonrió apenada mirando a las diferentes personas que me no nos muy disimulados observando, parecen hippies, el lindo Volkswagen verde con el signo de paz y amor los delata. ¿Qué harán aquí?

Avanzo como un caracol con su gran caparazón, pero en este caso el caparazón son mis maletas y mi poca resistencia física hace que me canse.

—¡¿Cosa?!

Ce n’est plus votre maison, mademoiselle

Non, ma mère habite ici, elle est la propiétarie. Je veux lui parle.

Este es el momento en donde no entiendo mucho, solo sé que menciona mamá.

—Antonella —llamo— ¿Está todo bien?

—¡Mi mamá! Eso es lo que pasa, intercambio la casa con este hippie que me viene a decir que lo mejor es la calma ¡Es mi casa viejo estúpido! —le grita al señor de barba y ropa muy. Muy holgada— ¡Mía! Yo viví ahí, yo me meé en este patio cuando era una bambina, ¡Es mi casa!

—Señorita…

—Entiende español —digo sorprendida, ya que lo insulto en español

—Antonella Gianna Laos Cabassi —dice una mujer de ojos celestes— ¿Qué es lo que pasa aquí?

—¿Señora F?

—La misma que estás viendo cariño ¿Qué está pasando aquí Nella?

—Intercambiaste la casa eso pasa —responde la pelinegra eufórica— ¿En que estabas pensando mamá? Esto era nuestra estabilidad, eres mayor y ¿Yo? Te has puesto a pensar en donde me voy a quedar cuando venga aquí, porque si bien lo recuerdo ¡Tú! ¡Nos invitaste!




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