Capítulo 35
Jueves 2 de mayo
09:15 am
Ya era mayo y la sospecha se filtraba en cada relación, incluso en aquellas que siempre consideré seguras. Mis pensamientos se volvían hacia el pasado, revisando cada rostro, cada voz que había compartido mi viaje. Las sombras del recuerdo adquirían nueva forma, transformándose en posibles amenazas.
En la búsqueda de respuestas, la paranoia se volvía mi compañera constante. Las miradas furtivas y las conversaciones susurradas eran ahora escudriñadas con desconfianza. Las huellas del asesino se manifestaban en cada rincón de mi pasado, y la búsqueda de la verdad se volvía más apremiante.
El comisario, consciente de la revelación impactante, intensificó los esfuerzos de la investigación. Las conexiones personales se examinaban con un enfoque meticuloso, y cada relación pasada se convertía en un eslabón en la cadena de eventos que llevaban al presente.
El temor de que el asesino pudiera atacar nuevamente estaba siempre presente. Cada noche, al cerrar los ojos, la sensación de ser observada se intensificaba.
Mientras la investigación avanzaba, las sombras del pasado y las amenazas del presente se entrelazaban, creando una red de intriga que amenazaba con devorarme por completo.
En medio de esta turbulencia, una carta anónima llegó a nuestra puerta el segundo día del mes, no esperaba ni estaba lista para encontrar otro regalo más esperándome. Su contenido era breve pero cargado de amenazas veladas. Era evidente que el asesino estaba al tanto de nuestras acciones y que cada movimiento estaba siendo observado.
La carta, también escrita esta vez con una caligrafía perfecta, llevaba consigo un tono inquietante y amenazante que se entrelazaba con declaraciones ambiguas de un amor retorcido. Cada palabra destilaba obsesión, como si el asesino estuviera atrapado en un torbellino de emociones enfermizas.
"Querida Selena,
Tus ojos, estrellas en la noche que iluminan mi oscura existencia. Cada latido de tu corazón resuena en mis sueños, una sinfonía que me lleva al borde de la cordura. Te he observado desde las sombras, he sido testigo de cada sonrisa y lágrima que has derramado.
Mi amor por ti es un fuego que arde sin control, una llama que consume todo a su paso. Pero, querida Selena, el destino nos ha entrelazado de maneras que ni siquiera puedes comprender. Mis acciones, aunque puedan parecer oscuras, son impulsadas por un deseo ardiente de poseerte por completo.
No puedes escapar de mi amor. Estamos conectados de formas que van más allá de la comprensión mundana. Cada paso que tomas, cada suspiro que exhalas, resuena en las fibras más profundas de mi ser.
A medida que te enfrentas a la verdad que se despliega, recuerda que todo lo que hago es por nuestro amor, por la conexión eterna que compartimos. Mi deseo es devorarte y ser devorado por ti, en una danza macabra que nos unirá más allá de la vida misma.
Con amor eterno,
Tu amor"
La carta dejaba una sensación perturbadora, como si la obsesión del asesino se manifestara en cada palabra. Mientras la leía, era imposible no sentir la presión de ojos invisibles observando cada reacción, cada gesto. La dualidad entre el amor distorsionado y las amenazas inquietantes creaba un nudo en el estómago, revelando una verdad aterradora detrás de la fachada de afecto.
Cada palabra escrita llevaba consigo el eco de un peligro inminente, como si el asesino estuviera desafiandonos desde las sombras. Y yo solo quería correr, esconderme debajo de las sábanas y fingir que podía protegerme.
La policía, una vez al tanto de la situación, intensificó la seguridad alrededor de mi familia y de mí. Patrullas constantes, vigilancia discreta y la sensación constante de que cada rincón estaba siendo observado se convirtieron en parte de nuestra rutina diaria. Cada día se volvía una prueba de resistencia, una lucha contra el temor que amenazaba con consumirnos.