Suena un poco no creíble pero conociendo a Dalia, sé que es capaz de eso y mucho más. Aunque Antony en ningún momento lo admitió, tampoco lo negó, y ahora lo entiendo, en ése entonces si me hubiera dicho que simplemente amaneció junto a ella no le creería de todos modos.
—Cuando fuimos a su casa encontramos las acciones de la empresa, y hasta hoy no hay rastros de ella.
—¿Cómo es que pudo escapar si la tenían vigilada?
—Tiene su gente, no es la primera vez que hace algo así.
—¿Tu crees que mandó a matar a Antonio porque él descubrió algo?—pregunto, sin levantar la cabeza de la almohada.
—No, más bien pienso que es algo más, venganza, ambición —expresa pensativo.
No me quiero ni imaginar lo duro que debió ser para él soportarla, fingir sabiendo todo eso de ella, pero aún no entiendo por que razón se quería deshacer de mí. Si le robaba, ¿para qué quería casarse con Antony? Para obtener más.
¿Antonio sabía algo cuando estuvo vivo?
—¿Estás bien?—la voz de Antony me saca de mis pensamientos.
—Sí —asiento ligeramente. Aún aturdida, algo se nos escapa, y eso me asusta.
[…]
Salgo del baño vestida y relajada después de un baño con agua fría. Sentía demasiada pereza como para bañarme con agua caliente.
Recojo mi melena en un moño bajito mientras me acerco a la cama, mi teléfono empieza a sonar y lo tomo sobre la mesita de noche.
—Bueno.
—Tú esposo es tan fácil de engañar —una risa siniestra se escucha de fondo. —. Puedes quedártelo, me gustan los hombres inteligentes.
—Fácil de engañar porque te quería mal agradecida —contesto entre dientes.
—Todo tiene un precio Mary, cuídate porque voy por ti, querida, no voy a descansar hasta no ver a los González sufrir, y tú, lamentablemente te volviste su punto débil.
Alejo el aparato de mi al ella colgar, lo dejo sobre la mesita mientras pienso preocupada.
¿Qué le hicieron los González? ¿Por qué los odia tanto? A tal punto de lastimarme a mí para hacerlos sufrir.
Caigo sentada sobre la cama, aturdida por la llamada, ella no va a descansar hasta no hacerlos sufrir, cosa que es hacerme daño a mí, y a mi bebé. De sólo pensar eso, toco mi vientre inconscientemente, ya quiero que la encuentren, por el bien de todos, sobre todo de mi bebé.
Suspiro subiendo las piernas a la cama.
Escucho la puerta abrirse y busco con la mirada de quien se trata.
—Hola —saluda Antony trayéndome el desayuno.
—Hola —le respondo el saludo sonriendo.
Se acerca y me entrega la bandeja.
—Lo preparó tu madre, ¿estás bien?—pregunta sentándose a mi lado, y asiento. —. Tú madre me estuvo contando que hay muchas cosas que son normales.
—Poniéndote al día —bromeo.
—Vamos a seguir buscándola, ya que tus guardaespaldas ya no me odian vendré a verte más tarde —se para de mi lado, pero antes de que se vaya lo tomo de la mano.
—Ten cuidado con los frenos —le pido, mirándolo con preocupación.
Él se vuelve a sentar mirándome confundido.
—¿Sucedió algo? Mary dime —me presiona.
Parpadeo varias veces sin saber que decir, opto por decírselo ya que creo que es lo mejor.
—Ella… llamó.
—¿Qué?—se exalta. —. Esa maldita… —golpea su frente molesto. —. Mary no me ocultes esas cosas, no lo hagas, por favor, promételo —farfulla desesperado.
—Está bien —le digo antes de que explote.
—No salgas de casa si no es necesario —me ordena antes de marcharse hecho una furia de la habitación.
Paso el resto del día preocupada, ése sentimiento de desespero, de no saber quién será el siguiente, ¿o a quién piensa atacar tu enemiga? Tengo tantos seres queridos que podrían estar en peligro, todo por haberme relacionado con unas personas que parecen haber herido a una mujer en lo más profundo de su ser.
¿Qué rayos les habrá hecho los González a Dalia? Algo grave debe ser, o tal vez es sólo ambición, u estoy pensando demasiado.
—Así no vas a lograr nada más que preocuparte más —se queja mi madre.
Me siento ya al fin, después de dar vueltas por la sala como animal enjaulado, enciendo la TV a ver si me distraigo un momento y me encuentro con una noticia de último momento.
“El país está en suspenso por el tiroteo que hubo frente a la casa de Antony González. Y cabe recalcar que Dalia Osorio sigue fugitiva”
Los recuerdos regresan a mi mente como una película, abrumada recuerdo sintiendo escalofríos lo de la muerte de Antonio, el dolor que sentí y el dolor que aún queda.
¿Y si también pierdo a Antony? Eso no, menos ahora que estoy embarazada. ¡Dios! ¿Qué rayos le hizo Antony o Antonio a esa mujer?
—Mary —mi madre toma mi rostro entre sus manos y conecta sus ojos con los míos. —. Todo esto no te hará bien, sería mejor alejarte por un tiempo.
La estoy escuchando pero es como si no lo estuviera haciendo, todo a mi alrededor me empieza a dar vueltas, y por un momento pienso en si seré feliz en algún momento. Tal vez veía demasiado como un cuento de hadas la vida, y ahora me toca la parte amarga.
POV: ANTONY.
Nunca imaginé estar en un rollo de tal manera, desde que tengo memoria mi familia nunca había pasado por algo así, todo era estable aunque con uno que otro rumor sobre Antonio, y era normal por se una figura pública con millones de seguidores.
Mientras avanzo hacia la habitación mi pecho se encoge involuntariamente, no pude evitar volverme loco cuando me llamó su madre, inmediatamente que vi la llamada supe que algo andaba mal, y la preocupación era mucho más porque ahora no sólo era ella, ambos estaban ahí.
Abro la habitación con el corazón en la mano, queriendo verla, abrazarla y convencerme de que todo estaba bien.
La veo salir del baño algo débil, cuando sus ojos se encuentran con los míos jadea de la impresión y vienen corriendo a mí.
Rodea fuertemente mi cintura con sus pequeños brazos pegando su cabeza contra mi pecho.
—Quiero que termine ésta pesadilla —susurra entre cortada.
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Editado: 25.09.2024