POV: MARÍA JOSÉ.
Ahora no sé ni qué hago aquí, mis pies no me dan para caminar y elegir, me he cansado de una, pero tengo una amiga tan buena, que yo sólo le señalo y ella compra, pero he decidido pararme.
—¿Quieres probarte esto?—alza una lencería blanca hacia arriba.
—¿Estás loca?—tapo mi boca riendo. —. De hecho podría comprar ropa interior, con éste vientre sólo puedo usar vestidos de viejas —ambas reímos a carcajadas.
—Debes estar lista para cuando des a luz —me dice, subiendo y bajando sus cejas con picardía.
—¿Y qué tal si tú te compras?—la señalo. —. Ni qué esperar a dar a luz, si estar embarazada me tiene encendida como una fogata, pero bien que tengo un río que me apaga completita —le guiño un ojo.
Ella me mira con la boca abierta, literal que parecía una adolescente escuchando sobre el sexo.
De repente veo un destello de deseo en sus ojos, achino los ojos mirándola acosadoramente.
—Mmm, ¿Quién te viene a la mente?
Bufa dándose la vuelta y empezando a buscar prendas.
—¿Quién más? El primero y el que parece querer ser el último, mentalmente —dice desanimada.
Suspiro sintiéndome mal por ella.
—¿Cuál es el misterio Carmen? ¿Por qué todo esto?—me enseña su dedo por tercera vez, como quisiera poder quitarle ése maldito anillo y lanzarlo lejos. —. Lo amas.
Deja de tocar prendas y voltea frustrada.
—Él es tan, tan increíble, luchó por mí, pero yo no, así que merezco esto, el día de tu sexto mes tuve mi primera vez con él, luego lo abandoné como si lo hubiera usado, puedo resignar a estar con ése idiota, pero jamás de tener mi primera vez con alguien que no amo —sus ojos se convierten en dos posos de agua, ella parpadea, lucha por contener sus lágrimas pero éstas la traicionan.
—Carmen —susurro abrazándola. —. No te hagas esto, no te mereces esto, ¿Por qué no hablas con él? Por Dios, te ama y lo va a entender y hasta defenderte de…
—Eso también es un problema, yo soy la que debo defenderlo y evitar más conflictos…
—Como que los mal de amores nos unen ¿no?
Mis brazos se deslizan lentamente como una hoja cayendo de un árbol de la espalda de Carmen al escucharla esa voz, esa voz, un escalofrío terrible recorre todo mi cuerpo.
—¿Dalia?—Carmen suena asombrada.
Despacio giro quedando de lado con Carmen para ver a la bronceada sonriéndonos.
—Hola —sonríe cínicamente. —. Tranquilízate —pide inclinando sus manos y retrocedo por puro instinto. —. Si te desmayas me harías las cosas más fáciles, pero tampoco quiero que le pase algo a tu bebé.
Llevo ambas manos a mi vientre aterrada, tenerla en frente es como hacer realidad mi pesadilla, mi peor miedo.
—Dalia aléjate —demanda Carmen.
—Ven conmigo Mary —ordena haciéndome señas con su mano pero niego rotundamente. Saca algo detrás de su cintura, dejo de respirar al ver que es una pistola con la cual nos apunta. —. Por las buenas o por las malas.
Carmen se pone en frente de mí al ver que ella me apunta.
—Estás jugando con la vida de dos seres Dalia, déjala en paz, nada te ha hecho.
—Nada —ríe escandalosamente. —. Tú que sabes ¿eh? Te daré un minuto para que te decidas Mary, por las buenas o por las malas.
Carmen voltea a verme, tomando de mis hombros, tratando de tranquilizarme, mi cuerpo tiembla sin poder evitarlo. Muero de miedo, estoy embarazada, por más que quisiera no pudiera defenderme, no cuando cualquier cosa estaría poniendo en peligro a mi hija.
—Mary cálmate…
El cuerpo de Carmen se desploma por el piso y tapo mi boca para no gritar.
—Carmen…
—Ups.
—Carmen —me inclino par agacharme pero Dalia tira de mi brazo bruscamente.
—Camina, ni se te ocurra hacer algo de lo que te puedas arrepentir, muy contentitos tienes a los González —dice entre dientes, con una rabia tanto en el tono de voz como en la mirada.
POV: ANTONY.
Me muevo del escritorio hace el sofá para estar cerca de ella.
—Hace unos años, yo estaba estudiando en la misma universidad que tu hermano, por una apuesta él me enamoró, luego me humilló, quedé embarazada pero luego de que ella le sacara dinero a tu hermano con eso me hizo abortar, ella era una buena chica, me pagaba la universidad con el dinero que conseguía seduciendo a hombres, yo era la que iba a sacar adelante a la familia pero con lo de tu hermano dejé la universidad —se detiene, sorbiendo su nariz.
Me quedo tieso junto a ella, es como si hubieran detenido el mundo a mi alrededor, yo sé que Antonio era muy libertino pero… a tal punto, era muy joven pero él nunca haría algo tan bajo como abandonarla embarazada.
—¿Estás segura de lo que me estás diciendo?
—No tengo porque mentirte —me mira a los ojos. —. Ella tenía muchas esperanzas en mí, decía que no la iba a decepcionar que invertiría en mí sin miedo, pero luego de lo de Antonio me odió tanto que me introdujo en eso de seducir y sacarle dinero a los hombres, le perdió la pista a Antonio y no podía sacarle más dinero, yo no quise verlo nunca, y me arrepiento porque aunque estaba herida porque jugó conmigo, si tan sólo hubiéramos hablado, tal vez él no hubiera dejado que mi hermana me hiciera abortar, ¿Quién sabe? De los ricos se puede esperar cualquier cosa —hace una mueca de disgusto.
—Hey, el hecho de que seamos ricos no nos hace más ni menos, también tenemos moral, no todos, pero muchos tenemos principios.
—Tal vez —pasa un mechón detrás de su oreja. —. Desde ése momento ella se dedicó exclusivamente a seducir hombres ricos, con eso pagó sus estudios, todo para llegar a ustedes.
—Eso es ridículo —espeto sin poder creerlo.
—Pero es la verdad, ella no está bien de la cabeza, me encerró primero en una clínica de rehabilitación, luego me mantuvo como su presa para no interferir, porque tenía que apoyarla, porque todo eso lo hacía por mí, que la familia González tenía que sufrir más de lo que nosotras.
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Editado: 25.09.2024