Jaime y Martha (habla una tercera persona)
- ¿Sabes dónde está la señorita Hope, Martha?
- ¿La Busco en el jardín? - Preguntó ella sin saber que más responder.
- ¡Si, Martha la busque en el jardín! ¿por qué me responde con otra pregunta?, - dijo para sus adentros.
Mientras Martha pensaba - ¿para donde se habrá ido la señorita si recién se acaba de venir a vivir aquí, además no conoce nada? – pensaba mientras preparaba los alimentos para el desayuno.
Jaime dio media vuelta frente a la puerta de la cocina antes de salir a seguir buscando y - ¿Martha sabes si se tomó...?
- ¡Sí!, al pie de la letra como cada día;
No dio tiempo a terminar la pregunta; Martha era más impaciente que Hope cuando se trataba de las preguntas obsesivas y perseguidas de Jaime.
- Más que su secretario personal parece su papá, - dijo ella pensando en voz alta. ¿cómo no escaparse si la hostiga?
- ¡La escuché Martha! - Se escuchó una voz masculina vociferar desde el pasillo que llevaba al gran comedor.
Esos dos siempre se mataban cuando ella no estaba, pero nunca negarían que la querían como a una hija, la aconsejaban y la ayudaban desde pequeña; cuando quiso tener una vida normal fueron los primeros que la apoyaron.
* * * * *
*Hope*
Ya eran las once y media de la noche mientras caminaba por la calle contigua a mi casa reconociendo y familiarizándome con las nuevas calles de mi vecindario de ricos y patéticos vecinos, que creían que todos eran sus amigos por que iban a sus fiestas a emborracharse, drogarse tener sexo sin el mínimo costo de dejar a alguien enfermo, medio muerto por la sobre dosis, ahogado en la inconciencia de lo borracho que estaban por la mezcla de cerveza y vodka, y ni decir de la mezcla de fluidos en las piscinas.
Dos casas más adelante de por dónde caminaba se escuchaba una música tecno, alta hasta más no poder, ¿Cómo podían los vecinos ignorar el ruido tan alto?, de donde salían risas, voces que no se entendía lo que decían; luces de neón de diversos colores, botellas en el aire, chicas saliendo y entrando en bikinis, los típicos nerds intentando entrar, los populares abucheándolos y sacándolos de la fiesta; era vergonzoso ver como buscaban aceptación así.
Mientras caminaba casi tropiezo con uno de los chicos que fue lanzado por unos que parecían ser de un equipo de futbol americano de la casa por la cual pasaba.
Me colocó mis casquetes y la capucha del abrigo que me había regalado Max, ese negro con caracteres chinos que nunca busqué descifrar su significado y tampoco me interesaba, -se japonés, pero no entiendo cuál es el significado. continuó caminando hasta mirar mi reloj y darme cuenta de que había pasado media hora más desde que salí de la casa y anduve por el nuevo barrio hasta terminar en aquella ruidosa calle donde la fiesta... Digo que fiesta, el desastre adolescente estaba en su clímax total.
*Jey*
Se empezaron a escuchar las sirenas de la policía, un chico de peinado afro y color negro, de dientes tan blancos y ojos sumamente oscuros pero lúcidos vocifero a gran voz.
- ¡La canuta!, ¡viene la canuta!
Los gritos despavoridos de todos comenzaron a salir y correr de la piscina, desnudos o la ropa a medio colgar de los cuartos, con los bolsillos llenos de platería de la cocina, las joyas de alguna hermana o mamá de los dueños de la casa, de los cuartos con la nariz embarrada de color blanco o con botellas y latas de cervezas frías que tomaron antes de salir, también salían algunos con las coletillas de cigarrillos en la mano o en la boca a medio fumar.
- ¡Corran chicos! Se me escucho decir (Jey);
-Peet, mueve tu trasero tonto. -dijo Jayson, - ¿dónde están Laramy y Austrid?
- ¿Dónde está Zack? - Plumette interrogo mirando a todos lados, desde la ventana de la cocina se escuchó.
- ¡Por aquí chicos, corran! (Zack)
- ¡miren a zack por allí, chicos! Señaló Peet temeroso.
-Vamos... Salgan chicas, corran. - Dijo zack, ayudando a las chicas a salir por la ventana. – apuren… - se escuchó a mitad del camino.
* Hope *
continuaba ensimismada en su música y en ella misma cuando vi a varias chicas correr, con exactitud tres una morena de físico prominente y pelo oscuro rizado, una de pelo rubio a los hombros más alta y de espalda de deportista mezclada con baile y una chica de semblante esquelético, pecas en el pecho una cola de caballo de color rojo zanahoria con estilo de ser francesa, quien girando hacía gestos de decirle a alguien que corriera desde la parte más atrás de la calle.
De pronto siento un fuerte golpe en mi hombro derecho que me hizo quedarme perpleja y sin voz para poder gritarle al tonto de los lentes (lo sé porque cayeron al piso por la velocidad con la que iba); de pronto se vio otro joven de mayor proporción al primero que lo levantaba por la cintura y lo topaba animándolo a correr, este chico era más músculos de mayor tamaño, los pelos teñidos de algo que parecía pintura, con el cuerpo más fuerte y ejercitado, pero mucho más; de pronto salió otro un poco menos alto más delgado que el segundo pero de espalda ancha y pelo rubio se volteó un poco continuando corriendo mientras pronunciaba palabras que no pude entender, sentí como alguien me tomaba por la mano haciéndome correr y mis casquetes se movieron un poco dando paso a escuchar.