*Hermoine*
- ¿Cómo le digo esto a Trish? Va a arder Troya una vez se lo diga, pero si no se lo digo, sí sé entera me matara.
- ¿De qué hablas Hermoine?
- ¡Ahhh! Me has asustado Trish, - y miro para atrás con un suspiro de alivio… - ¿Desde cuándo estás ahí?
- Estoy aquí desde que dijiste mi nombre, ¿porque tendría que matarte a ver? - Pregunto haciendo gesto con la cara y los ojos para que le diga, cuando suelto de forma tan impulsiva.
- ¡Brat le llevó flores a la nueva!, - lo dije cerrando los ojos dándole un fuerte apretón para escuchar su grito de rabia seguido de eso.
- ¡Queeeeee! ¿Estás jugando verdad? - Pregunta incrédula y enojada, - es una maldita broma, ¿no? - No daba crédito a lo que sus oídos escuchaban, pero estaba segura de que esto no se quedaría así.
- Dime todo lo que pasó con punto y coma, Hermoine.
- Bueno Trish, pasaba por la avenida ya sabes esa en donde está la casa más grande de donde viven esos chicos /los que no son nada, pero están tan buenos que son populares sin quererlo/, cuando vi su Jeep parado en frente hablando con alguien que parecía ser de seguridad, me acerqué para ver si en verdad era él, ya que no hay en Pound Beach dos jeeps iguales y cuando lo veo bajar y sacar un gran ramo de flores las cuales dejó en la puerta con el hombre, creo que allí vive alguien muy importante, pero ese no es el asunto; cuando me acerqué después que se fue pregunte por la curiosidad y ¿A qué no sabes?
- Si supiera Hermione no estaría esperando que me digas, ¿no lo crees? - Dijo tornándose más molesta que antes.
- Vive la tal hope, - le digo poniendo cara de lo ¿puedes creer porque yo no? … – Le dije al hombre de seguridad que vi a mi hermano dejando unas flores para su novia a lo que, él seguridad me dijo que no creía que Hope tuviera un novio ya que no tenían más que unas semanas viviendo en esa casa… También le pregunté ¿por casualidad el nombre es Hope McField?
- Si señorita… - me contestó.
- Ella me las va a pagar, nadie la manda a meterse con mi novio, Brat será solamente mío. Haré que se arrepienta de haber venido a esta escuela.
- Cálmate Trish estar así pondrá tu piel reseca, - le dijo Laura con un tono de preocupación por mi cutis que se veía afectado por la situación de abandono repentino de Brat por esa tonta.
- ¡¿chicas, no van a clases!? - Les pregunto cerrando mi casillero y avanzando hacia el salón.
*Trish*
Teníamos clases de lenguas extranjeras a primera hora, mientras que esa tenía clases de literatura en otro de los salones.
Me había aprendido su horario para hacerle la vida imposible, esa tonta no podía quedarse con mi Brat, y yo no lo permitiría.
Así que antes de la mitad del primer periodo ya había organizado mi venganza, nadie me quitaba lo que es mío. Las horas pasaron y no esperaba la hora del almuerzo para que lo lleven a cabo.
Con la vergüenza no volvería la escuela eso de seguro.
- ¿Chicas ya tienen todo listo? Es hora de poner el plan en marcha, Hermione tu encárgate de que no se mueva de la mesa donde ella se sienta que es en donde estará el globo de pintura hedionda, los nerds que nos van a ayudar estarán en posición con el dron para grabar todo y Luck romperá la cuerda que ata el globo, la grabaremos y lo subiremos a la red.
- ¿Estas seguras de lo que quieres hacer? - Me pregunta Laura insegura.
- ¿A ti que te pasa, acaso es tu amiga ahora?
- Sabes que no, pero esto no es cosa tuya si descubren que fuiste tú quedarás mal parada… Sólo lo estoy diciendo, pero como no me harás caso, - me dijo con cara de has lo que quieras subiendo las manos y recostando la espalda en la espalda del pupitre.
- Claro que lo haré, no me importa quiero verla llorar.
Pasamos la segunda hora y no aguantaba las ganas de ver lo ridícula que quedaría embarrada de pintura y con ese olor que durará días para irse.
* * * *
*Jey*
- Buenos días Hope, ¿cómo has amanecido? - Era un placer verla tan temprano en la mañana, no supe en que momento volvió a la casa, ayer no la vi llegar… - ¿A dónde fuiste el sábado? - Le pregunté sin importar la respuesta cabreada que me daría.
- Fui a mis clases de gimnasia ¿por qué? - Para mi sorpresa me respondió sin aspereza y sin frialdad, como si hubiera desaparecido esa barrera.