Mis manos se entrelazaron en su nuca haciéndome profundizar más el beso, mientras el mordió suavemente mi labio inferior subiendo una de sus manos a mi espalda y empujándome más cerca de él al igual que con la mano que tenía en mi cintura.
Nuestros labios seguían en pequeños contactos cuando se separó en pocos segundos para respirar y continuo una vez más besándome mientras yo respondía a cada uno mordisqueando sus labios.
- ¿Hope? Quisiera seguir, pero estás borracha y quiero que esto pase, pero tú en tus cinco sentidos.
Me deposito en el mueble y me dijo que tomara el agua. Así lo hice, pero no recuerdo más.
* * * * *
*Jey*
Después de besarnos como nunca antes lo habíamos hecho, deje nuestras frentes juntas y le dije: que deseaba besarla asi otra vez, pero que ella estuviera bajo sus cinco sentidos.
Ese beso fue el mejor que me habían dado la verdad. Su sabor a menta y cerveza con la pisca de vodka, junto a su perfume dulce y a la vez tropical como a piña con pepino y fresas con un ligero toque a manzanas verdes me dejo loco por más.
Era la primera vez que ella me besaba de las dos veces que nos hemos besado. Dos veces en las que yo he sido el primero.
La deposite en el mueble y le dije que tomara su agua de azúcar. Me percaté de que la tomara y me fui. Debía dejarla pensar y calmarse.
* * * * *
No pude pegar un ojo en lo que quedaba de noche y me levanté a las 9:00 a. m., por el sonido de la podadora de césped que sonaba cerca de la casa de empleados.
- ¡Mierda es tarde! - salí disparado de la cama, me metí al cuarto de baño y me di un rápido duchazo para ir al comedor de la casa grande.
- Buenos días. - dije cuando llegué a la cocina.
- Buenos días mi niño, - respondió Martha.
- ¿Sucede algo? - pregunte viendo su cara de preocupación.
- Nada no te preocupes. - ¿Tienes hambre?
- Si... - conteste halando una silla y sentándome.
- ¡Martha! - grito el señor McField desde el pasillo del comedor principal.
- ¡Martha por Dios consigue! ... - Se detuvo en seco al notar mi presencia.
- Buenos días Jey...
- Buenos días, señor... Respondí.
Se acercó a Martha para hablarle en susurros, pero Martha empezó a sollozar.
Mis alarmas se activaron y no lo evite por más tiempo.
- ¿Sucedió algo con Hope?
Ambos me miraron y Jaime Respondió. - nada no te preocupes.
- Martha, Rosa... Preparen todo – les alerto el hombre, - la señorita regresa a la casa en dos días. - dijo a estas y ellas asintieron con la cabeza.
… - Continúo explicándoles. - Hope la ira a buscar y pasara un tiempo con ella para traerla a casa.
Pero a mí me parecía haber algo más que no estaban dispuestos a decir y los demás empleados a exención de mi sabían.
Varias horas pasaron, pero Martha seguía esquivando mis miradas y mis preguntas de si pasaba algo. Sé que Hope sufre Lupus y que el alcohol pudo haber hecho algo en ella, pero no sabía la gravedad del problema y nadie me decía nada.
Me enviaron a reparar varias luces de la segunda planta y me percaté de que el señor McField salía de una habitación que cerraba con llave.
Antes de que saliera por completo se escucharon varios ruidos de máquinas y se vislumbró una luz azul floreciente casi morada algo que se usaba en las películas para las habitaciones de ricos con problemas de salud.
- ¿Por qué esta aquí señor Toledo? - Escuche la voz de Jaime sacarme de mis pensamientos.
- Vine a revisar que los aires y los bombillos de la habitación de la señorita Krofort estén funcionando bien.
- Puede inspeccionar tranquilo.
No pude evitarlo y pregunté: - ¿Hope, está bien? Digo no la he visto desde temprano.
- Está bien, no te preocupes. Ella regresara el martes con la señorita de la casa. Si me disculpa me retiro.
Algo no me cuadraba en esta historia. Si el alcohol hizo algún efecto dañino en ella como podre perdonarme; y más después de ese beso.
Me sorprendió porque nunca lo esperaba, ella dijo que "los borrachos y los niños siempre dicen la verdad".
- ¿Jey?
- ¿Si? - me gire y ella estaba tan cerca de mí, sus ojos marrones me miraron y me beso con tal pasión que a pesar del temblor de mi cuerpo por el miedo y la sorpresa la abrace acercándola más a mí.
No quería que aquel beso, tal vez el primero y el ultimo que ella me daría se detuviera, pero ella corto el beso y se fue a tomar el agua de azúcar; una vez termino dejo el vaso sobre la mesa de café frente al mueble y se fue a su habitación.
Y ya son las tres de la tarde y aun no se de ella.
* * * * *
**lunes**
Estamos frente a los casilleros Zack y yo hablando sobre lo que vi y que ella me ha estado evitando.
- ¿A lo mejor se está escondiendo por la vergüenza?
- No seas capullo... ¿Eres idiota? ¿Quién se escapa después de darte un beso así? (Zack)