**Dos semanas después**
*Jey*
- ¿Has sabido algo de Hope? (Austrid)
- No, - Le contesto, - Ni siquiera el señor McField está en la casa, no llama, ni contesta su celular; - le sigo diciendo a los chicos, aunque no pregunten todos juntos, en sus rostros se les nota lo dolidos que están.
- Y sobre el energúmeno de Brat, ¿Sabes algo? (Peet)
- Si, Martha me ha dicho que el juez acepto las declaraciones y lo envió a firmar el libro cada día, lo mando a otra escuela y que debe mantenerse alejado de Hope si no quiere ir a la cárcel, por desacato a la autoridad e intento de violación usando alienígenos.
- Eso es poco para lo que se merece ese hijo de perra. (Jayson)
- No estés tan preocupado, ella estará bien, pero al decir verdad, extraño que me esté controlando, era su forma de demostrar cuanto le importo. (Plumette)
Peter no dejaba de marcar las teclas de su celular, nos tenía a todos intrigados de con quien hablaba.
- ¿Con quién siempre estás hablando últimamente? – le pregunta Laramy. – Estas todo el tiempo en el celular, ya no te la pasas leyendo.
- Si leo, - dice el aludido, - pero lo hago en casa o en tiempos libres, mi nuevo estilo no es de nerd veinte cuatro horas al día. – sigue hablando el mientras escribe en su celular.
- ¡Ay! Ahora es un nerd secreto, - dice Zack de forma burlona y haciendo gestos con la boca bastante gracias.
Peet le dio una colleja y Zack se colocó rápidamente la mano en la nuca y lo salió a perseguir mientras Peter salía corriendo y él lo perseguía en el pasillo del instituto, de pronto todos miramos hacia la misma dirección y sentíamos nuestra sangre arder.
Por el pasillo venían Scott, Brat, Lorena y Trish, estas dos últimas se habían vuelto muy amigas al volver Lorena y nosotros no quererla cerca; pero esa no era la razón por la que mi sangre ardía con tanta efusividad o la de los chicos. – Cálmate Jayson, con golpearlos no ganas nada, solo meterte en problemas y ellos no lo valen. (Laramy)
- Será mejor irnos chicos, aquí apesta a Zorras y pervertidos, - dice Plumette, y nos movemos de nuestros casilleros.
**Dos días después**
*Hope*
- Estoy bien Max, - silencio, - de verdad, no te estoy mintiendo. – Silencio. – No aun no me dejan volver al instituto, - silencio, - Si Jaime me dijo que viniste y papá, - Silencio, también te extraño y me hubiera gustado verte en otra situación, pero eso era algo que no pude controlar.
- ¿Mi niña? – cuestiono la nana entrando por la puerta de la habitación, le hice gestos con la mano de que entrara, llevaba consigo una bandeja. – Aquí está tu cena, debes de comértelo todo y tomar tus medicamentos, el medico vendrá mañana para evaluarte y asi saber si te podrá dar el alta. – dijo dejando la bandeja en el escritorio.
- Te tengo que dejar Max, - le digo a mi amigo por el celular y este se despide. – Si yo también espero verte. – Silencio, - Aun no sé qué hare por navidad o si iré a Nueva York, papá tampoco es que me ha dicho algo con respecto a eso.
… - está bien, desde que tenga algo en mente te llamo. – Silencio. - También te quiero.
- ¿Era el niño Maximiliano? – pregunta Martha.
- Si, - le digo caminando hacia el escritorio luego de bajarme de la cama.
Una vez me siento ella se sienta en la cama, - ¿Puedo hacerte una pregunta? – hago un sonido afirmativo ya que tengo la boca llena de brócoli y pechuga, trago y tomo un poco de zumo de naranja con apio y manzana.
… - Sabes que el niño Max está enamorado de ti ¿Verdad?
- Si lo sé. – le digo entrando otro bocado a mi boca.
- ¿Por qué no lo aceptas? – me pregunta mirándome con inquietud, / ¿cree que le diré algo cruel por preguntar? ¡Es mi nana! /
- No es porque no lo vea como hombre, es un chico guapo, es inteligente, es atento, detallista, romántico, atractivo. – vuelvo a resalar esa parte, / porque ¡Sí! Mi mejor amigo se pudre de bueno, pero no es mi tipo / - pero no siento por él esa emoción de verlo y querer besarlo, o tirarle fotos a escondidas, ¿sabes a lo que me refiero? – Le pregunto y sigo con mi cena.
- Se a lo que te refieres, - me dice y puedo ver un brillo en sus ojos. – Ese joven te ha cambiado, aunque no lo crees; es la primera vez que te veo expresarte.
- Espera, - le digo tomando un poco de mi jugo para dar por terminada la cena. - ¿Qué no me estas contando? Y no me ocultes nada, te conozco nana, - le digo poniéndome de pie y sentándome a su lado; - ¿qué paso durante el tiempo que estuve en desintoxicación?
Su obvia vergüenza me confirma lo que he estado sospechando desde hace tanto tiempo… - ¡Oh por Dios! Por fin se animaron. – le digo obviamente alegrándome por ella y por él; tantos años trabajando juntos y nunca se animaron, yo tampoco fue que les dijera algo; nunca fui de dejar salir mis sentimientos luego de ese estúpido de Ramsés.
- ¿Cómo te has dado cuenta? – inquiere ella mirándome a los ojos, nuestra conversación continua así por veinte minutos más cuando me contó todo lo que paso desde su beso hasta su salida el dia de la fiesta y todo lo demás.