No soy Yo

Capitulo 4

Capitulo 4

 

Cuando la vida te arrebata algo preciado, todo aquello que nos rodea pierde sentido y no porque uno no ame lo que queda, sino porque el dolor se encarga de solo mostrar la gran nube gris que nos acompaña. Día a día el dolor se encarga de tapar incluso los pequeños colores de la vida, como la familia, el trabajo que amamos, una gran amistad o algo que nos hace bien. El dolor se encarga de volver todo nuestro alrededor algo más gris, algo sin valor, aunque lo tenga, el dolor nos vuelve egoístas.

-Tiempo sin verte Anna- saludo con una sonrisa mi nana, solo sonreí, hacía tiempo no la visitaba

-Ya sabes-alce mis hombros restando importancia- trabajo- mentí y ella pudo darse cuenta, me conocía como pocas personas.

-Dame un abrazo de esos que tanto amo- me acerque para hacer lo que ella pedía.
 Unos segundos nos mantuvimos así abrazadas, en la puerta de su casa- Vamos tengo un té que nos espera en la sala

 

Mi nana era una de esas personas que la vida había golpeado en gran manera, desde muy pequeña perdió a su madre por una larga enfermedad, su padre entro en una gran depresión que solo ahogaba con alcohol ,en consecuencia de eso  ella tuvo que trabajar para que sus hermanos puedan tener algo que comer y estudiar. Luego conoció a mi abuelo, Frank pero lo perdió hace unos veinte años en un accidente, cuando aún era muy joven. Pero a pesar de todo eso, es una mujer muy alegre, creyente y llena de vida.

-Aquí traigo el té- se sentó en el sillón que se encontraba enfrente de mí, dejando ambas tazas, de té de manzanilla, una pequeña mesa que nos separaba.

-Gracias nana- ella asintió, tome la taza para darle un sorbo. El día laboral había sido muy duro, Ryan no dejaba de llamarme la atención.

-¿Cómo están tus cosas Anni?- la miré y sonreí ella era la única persona que me decía así, según me había contado, el abuelo había elegido ese sobrenombre para mí.

-Todo sigue igual, pero trato de estar bien, trato  de seguir. Por eso estoy aquí, hace semanas no salía de casa –

-¿Por qué Anna?- tomo de su té de manzanilla

-¿Por qué, que?, no comprendo nana –

-Mira-dijo mirándome directo a los ojos y supe entonces que iba a llorar- Cuando algo duele, simplemente duele hija-mis ojos comenzaban a picar- el dolor hay que vivirlo, no evitarlo, es sano llorar todo lo que haya que llorar, llorarlo todo, dejarlo ir, sacarlo fuera, para poder seguir. El dolor puede transformarse en dos cosas hija- se sentó en la pequeña mesa e hizo que la mirara , mis mejillas ya se encontraban llenas de lágrimas- puedes hacer de ese dolor algo interminable , algo que te destruya , que solo vuelva tu vida más miserable, convirtiendo los bellos momentos a su lado en dagas que solo hacen de tus cicatrices algo más profundo  o puedes convertir tu dolor en algo positivo, convertir tu dolor en experiencia tanto para ti como para los demás, puedes volver tus recuerdos en momentos que mires con cariño  y atesores para siempre.

-A veces creo que el dolor nunca se irá, que nunca podré dejar de llorar. ¿Cómo transformar tanta desgracia en algo bueno nana?-ella seco mis lagrimas

-Vuelvo a decirte llorar no está mal, llora todo lo que necesites incluso el tiempo que te haga falta pero un día debes sacar fuerzas y continuar- negué- Sí, y eso no significa que olvidaras a Lucas, si no que vivirás por todo aquello que él no pudo vivir. En el momento que estés lista, transforma ese dolor en acción. ¿Sabes cuánto dolor hay allí afuera?-negué con vergüenza- Tu dolor puede volverse en la esperanza de alguien más.

-Gracias nana- la abrace y juntas lloramos por varios minutos

El resto de la tarde la ayude a acomodar su jardín mientras la escuchaba contarme historias del abuelo verla hablar de él causaba en mi la esperanza de poder llegar a estar mejor. También la escuche hablarme de sus amigas, las que veía en la iglesia los domingos y que tan buenas eran.

-¿Volverás la próxima semana?- pregunto cuando nos encontrábamos en la salida de casa, se hacía tarde y debía volver a casa.

-Si nana, lamento todo el tiempo que no vine- la mire- te extrañaba

-No hay que perdonar nada Anni, te entiendo, solo no dejes que tu dolor te robe aquello que aún tienes, entiende que nada sucede porque sí- asentí –Todo formar parte del plan de Dios- dijimos a la par - Yo te extrañaba aún más – la abrace para luego despedirme

En el camino a casa, preferí escuchar música, acallar por un rato el carrusel de pensamientos que tenía en mi mente, al menos solo por un rato.

-Hola- dije entrando a mi casa, pero nadie contesto, supuse que mis padres estarían aún en el trabajo.
Luego de una larga ducha y de colocarme ropa cómoda preparé la clase del día siguiente. Una fuerte briza hizo que mirara por la ventana y recién en ese momento percatarme que la casa de los Couling se encontraba llena de luces y el camión de la mudanza se había ido. Supe en ese momento que tendríamos nuevos vecinos.

-Hola- dijeron mis padres al entrar a la casa

-Hola- dije mientras cuidaba que la comida no se quemara




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.