No te enamores de Alicia.

Capitulo 1

—Bien, señorita Henderson, esta es su quinta vez en la dirección desde que comenzó  la semana, ¿algo que decir sobre su mal comportamiento? 

 

Asiento ante la atenta mirada de mi padre y el director y me acomodo en la silla. Si podría decidir a quienes era las personas que más aborrecía en el mundo era al director y a mi padre y justo lo tenía frente a mi, por algo que salió estúpidamente mal. 

 

Me meto en muchos problemas y le debo muchos favores a todos por hacer esto, pero obvio me atraparon en el acto, ahora no podré hacer la fiesta de Halloween en la terraza de la escuela, en esa fiesta   quien lo mereciera se llevaría la broma del año, había muchos en mi larga lista. 

 

—Tengo que defenderme con la clara libertad de expresión, puedo mostrarme o actuar como yo lo considere mejor y sin duda a habido muchos malos entendidos en las cosas que trataba de hacer. Así que si considerarme  una persona libre  este mal, me declaró culpable. 

 

—¡Castigada! —gritaron al unisón el directo y ni padre. 

 

En serio que los odiaba. 

 

—Por un mes en detención  —informó el director con una sonrisa Triunfante en sus labios. 

 

—Sin salidas ni teléfono por un mes —siguió mi padre. 

 

Estaba jodida y todo por el insecto de Jack que no supo esconder bien las decoraciones, provocando que el director se diera cuenta. 

 

—En mi opinión. 

 

—No se necesita tu opinión en este momento Alicia, así que has el favor de retirarte a tu siguiente clases y no olvides que  tu castigo, comienza el lunes, después de clase. 

 

Evite  entornar los ojos antes las palabras del director y los gesto de apoyo de mi padre y me retire del lugar, no estaba para regaños, sería Halloween y necesitaba el lugar para realizar la estúpida fiesta. Se que toda la escuela irá, Dylan se encargara de eso, pero claro le debo un favor, no es tan idiota después de todo. Ahora el estar castigada me limita bastante para hacer algo grande. 

 

Necesitaba la broma perfecta. 

 

≈. ≈. ≈. ≈

 

Entre al salón de literatura sin ningún tipo de ánimos y me senté  al lado de Emma, quien permanecía con una cara de burla desde el momento que me vio entrar en el salón. 

 

—¿Cómo te fue? —cuestionó riendo de mi cara. Deje caer mi cabeza en la mesa haciendo un gesto dramático y resoplando con fastidio. 

 

—Terriblemente mal —conteste sin mirarla, escuchar su risilla era suficiente —¿De que te ríes?

 

—De que la bromista a caído en su propia trampa —contestó sin dejar de reír. 

 

—Señorita Emma, señorita Alicia ¿de que hablaba? —inquiere  la mujer de avanzada edad la cual se encarga de repartir clases de literatura. 

 

Mi modo defensivo entro en poder, así que me  levante de la mesa dispuesta a enfrentarla y pelear por mis derechos. 

 

—Disculpe profesoras pero no le veo el chiste en preguntar algo que usted dijo, parece algo sumamente absurdo, sin ofender —espete con una sonrisa triunfante en los labios al ver La cara de la profesora, he ganado y lo sabe. 

 

—¡Largo de mi clase, Alicia! —grita perdiendo toda su paciencia. La sonría triunfante en mis labios es reemplazada por una mueca al instante, ahora todo estaba riendo de mi cara de estúpida. 

 

Sin protestar si quiera, tome mi mochila y me largo de la clase no sin antes responder a su maldita pregunta, que si había escuchado. 

 

—Por cierto, Romeo y Julita mueren por ser imbéciles, ¿quién se asesina solo por el otro?  Me parece que el suicidó es la muerte más cobarde que puede tomar el ser humano, que pase buenas tardes. 

 

Cierro la puerta tras de mi con un fuerte estruendo y me dirijo a vagar por los pasillos. Estúpida profesora ¿Quién no ha leído Romeo y Julieta a? ¿Quién no sabe el final? Que lo supere de una buena vez. 

 

Camino tan distraída por los pasillos que no noto la presencia de cierto individuo hasta que me habla. 

 

—¿Qué haces en los pasillo sola? —interroga Caden con su típica postura que grita “te destruiré en segundos” por más que lo odiaba admitir extrañaba al Caden de 8 años que apenas pronunciaba nuestro idioma, que era tímido y se dejaba defender  por mi sin importar que fuera una “niñita” según los idiotas. 

 

—¿Acaso  te importa? —ataque de inmediato volviendo a caminar hacia los baños. 

 

Tenía que aprovechar mis últimas horas con celular al máximo y el baño de chicas llega perfecto el wifi. Una gran carcajada resuena detrás de mi y  al instante se que es de él, conozco demasiado a Caden Morgan. 




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