Narra Noah
Al día siguiente, ya estoy regresando a la escuela, y cuando estoy por la entrada se me acerca Logan por detrás, pasando un brazo por mis hombro, sonriente.
— ¿Me extrañaste, renacuajo? — inquiere y nos saludamos con el puño.
— Como nunca, estaba solo y la presumida no me dejaba solo un segundo. — respondo con ligera molestia.
— Agh, ni me hables de esa bruja — gira los ojos, gruñón.
— ¿Ya estás mejor? — le había dado una infección al estómago por comer algo pasado de su fecha de caducidad.
— Creo que sí, ayer estaba que no podía despedirme del baño ni un segundo, a cada rato salía y salía — hace un mueca.
— No necesitaba oír eso — lo paro con una mano, juguetón.
Él solo ríe.
— ¿Sabes que hoy regresa Teresa? — inquiere el pelinegro, con tono emocionado.
— Oh ¿en serio? ¿cómo te enteraste? — le sonrío, sugerente. Me daba curiosidad esa chica, con todo lo que Logan me había contado sobre ella, me hizo recordar un poco a mí en algunos ámbitos.
— Subió una historia a Instagram — comentó. Yo ni enterado porque ni siquiera tengo esa aplicación descargada, y jamás me cree cuenta.
— Wow, si que andas pendiente de su vida — lo observo pícaro, con una ceja alzada.
— Cállate — noto cómo se ruborizan un poco sus mejillas.
Nos quedamos conversando en un pasillo. Abro me casillero, pero antes de cerrarlo, observo de lejos a Amélie y sus secuaces carcajeándose de algo, muy concentradas en lo que hablaban. Sin embargo mi mirada queda centrada en la primera, si no estuviera riéndose de las maldades ajenas(que supongo) diría que se ve adorable, pero es Amélie, ella es todo menos adorable. Es la persona más vil del colegio. Me fuerzo a retirar la mirada, antes de que se de cuenta que la estoy observando.
— Te está mirando — informa después de unos minutos mi amigo, sin ninguna expresión en el rostro.
— ¿Eh? ¿Quién? — alzo las cejas confuso, rotando mi cabeza.
Él solo me señala con la cabeza a la castaña, pero creo que cuando me volteo justo ella dejó de mirar, porque continuaba hablando con sus amigas.
La verdad es que si no fuera la clase de persona que es, caería redondito a sus pies. ¿Para qué me voy a engañar?
— Eh, tierra llamando al nerd #1 — Logan me saca de mi repentina hipnosis, chasqueando sus dedos cerca de mi rostro.
Parpadeo seguidas veces — ¿Mmm? — le devuelvo la mirada.
— ¿Tú estás colado por ella, verdad? — inquiere el pelinegro, con una ligera expresión de enojo, puesto que él la odiaba.
Suelto una risa nasal — No sé de qué me hablas — farfullo mientras cierro mi taquilla de una vez por todas.
— Se que no me lo vas a admitir porque yo la detesto, pero no creas que no me doy cuenta de la forma en la que la miras cuando está sentada delante de nosotros, o cuando está entrenando. Pero solo te recuerdo que es una muy terrible persona, que le encanta engatusar y jugar con las personas para obtener beneficios. No seas uno más — me aprieta el hombro.
— Mira, en primera sabes que yo la repudio tanto como tú, y si me gustara de verdad como dices, aún así nunca podría pasar nada entre nosotros, por el hecho de que ella después del físico, no tiene absolutamente nada que me atraiga ni interese, en lo más mínimo.
Me entrecierra los ojos, dudoso.
— Como digas.
Ya no podemos seguir conversando, porque Logan, al presenciar después de tiempo a su amor platónico, dirigiéndose a su casillero, él le sigue, y cómo no, yo igual. La chica era algo baja, de tez morena y su pelo era rizado como el mío, que le llegaba hasta los hombros. nada más que el de ella era café oscuro, y el mío castaño.
— H-hola — le sonríe cálidamente, una vez Teresa cierra su casillero — ¿C-cómo estás? Supe lo que te pasó. — inquiere, preocupado.
— Ehh, b-bien, ahora estoy mejor, g-gracias — le devuelve la sonrisa tímida. Luego ella me observa a mí, parado a su lado, con cara extrañada. Era de esperar, nunca nos habíamos visto.
— Hola, qué tonto, se me olvidó presentarme — le sonrío — me llamo Noah, soy nuevo este año — le extiendo la mano.
Ella con cierta timidez y sonrojo en sus mejillas, me la estrecha.
— Y… ¿Tienes algo que hacer hoy en la tarde, después de clases?
— De hecho sí — responde, e inmediatamente noto la expresión desilusionada de Logan. — Pero, en los recreos no, digo, solo me voy a la biblioteca a leer. Si quieres… me pueden hacer compañía — oh, ¿también yo?
Observo al pelinegro, inseguro.
— Claro — le sonríe delicadamente — ahí estaremos — dice mientras me pone una mano en el hombro.
— Genial, ahí los espero — Teresa le devuelve la sonrisa, y se va.
Hago una mueca en cuanto ella ya no se encuentra allí.
— ¿Qué? Tú adoras ese lugar — razona Logan, levantando una ceja.
— No es por eso, es que… no quisiera estorbar — replico dubitativo.
Él suelta una corta risa — Por supuesto que no lo haces — me tranquiliza.
No quería sonar para nada egocéntrico, ni ser un malpensado, pero tenía la ligera sensación de que si no hubiera sido por mí, Teresa no hubiera aceptado pasar un receso con Logan, pues nos invitó a los dos y, según el pelinegro, a él siempre lo ignoraba. Solo esperaba equivocarme.
Sin más, nos dirigimos a nuestra clase de Historia, Logan se me adelanta al ver a Amélie diciéndole quién sabe que cosas a Teresa, en la puerta del salón. Esa niña es tan estresante.
Pero cuando llego, solo escuchaba insultos por parte de los dos, parecían unos niños pequeños, obviamente me interpongo entre ambos y los callo de un grito, ¿por lo menos no se podían ignorar y ya?
— Te puedes meter conmigo en todos los ámbitos, menos con mi físico, tarado, porque no encuentras nada. — musita la bruja con tono arrogante y sonrisa estoica, yo solo ruedo los ojos.
— Cómo quisiera que se largue de la escuela de una vez por todas esa presumida — espeta Logan, cuando Amélie ya se encontraba lejos.