Narra Amélie
Las horas se pasaron extremadamente rápido, porque ya faltaban solo 20 minutos para la salida, y nos encontrábamos en la última “clase” donde el profesor daba unas pautas y hacía el cierre. Hoy era viernes así que ya no nos volveríamos a ver hasta el lunes.
No había vuelto a ver a Logan, lo cual se me hacía raro pero a la vez me ponía muy contenta.
Entonces ya quedó todo claro, ¿verdad, jóvenes?
Todos contestamos con un unísono “sí” y posteriormente nos disponemos a guardar nuestras cosas en las mochilas. Había llegado el momento de enfrentarnos a la detención, y ni hablar de que tendría que limpiar ese asqueroso salón junto al nerd, que en parte me agradaba y por otra me daba desanimaba, aunque digamos que ya tenía un plan para no hacer nada. Río internamente.
— Jade, nos vemos el lunes, ya sabes que tengo que quedarme. — le suelto cuando ya nos habíamos levantado de nuestros asientos.
— Sí, ni modo, suerte con el nerd y con los raritos que te vayas a quedar — me pone una mano en el hombro.
— Claro, pero por lo menos tendré buena compañía — sonrío coqueta dirigiendo mi vista al nerd, que se encontraba colocándose la mochila en el hombro. Tan lindo.
Ella solo rueda los ojos y asiente antes de irse.
Salgo del aula, todavía faltaban unos cinco minutos para que nos tengamos que ir, pero lo que me llama la atención de repente es ver a mi padre en dirección, ¿qué rayos?
De pronto algo hace click en mi cabeza, claro, estaba hablando con la directora para que expulsen al idiota psicópata, formo una sonrisa maliciosa antes de dirigirme a la puerta, que se encontraba entreabierta. Ahí puedo observar a Logan con mueca harta, y sus padres detrás de él, indignados. En tu cara, perdedor.
— Nunca creímos que serías capaz de hacer algo como eso, hijo. — escucho una voz grave que parecía de su padre.
— ¡Pero yo no fui el único, ese becado, Noah, también me ayudó! ¿Dónde está el, e-
— El estudiante Blake ya fue castigado y hoy sufrirá las consecuencias, sin embargo, la señorita Rousseau lo perdonó ya que dijo que fue él mismo fue a pedirle disculpas, además de que fuiste tú el de la idea.
— ¡Esto no es j-
— Suficiente — escucho la voz de la que parecía ser su madre — Esto es inadmisible, hijo, ahora tendremos que buscarte otra escuela si no quieres quedarte sin estudios este año.
— A ver si lo logran, con todo el expediente y reputación manchada — pensé con una sonrisa, por fin ese maldito estaba obteniendo su merecido.
Estaba tan ensimismada en su conversación y mis pensamientos, que a las justas me doy cuenta de una presencia detrás de mi.
— ¿Escuchando conversaciones ajenas? — reconozco esa voz al instante, así que me volteo y le dedico una sonrisa estoica.
— Es como mi recompensa después de que ese vagabundo me haya rememorado mi trauma.
— Espero que pronto te disculpes con Teresa también.
¿Por qué la tenía que mencionar a cada rato?
Viro los ojos — Claro, porque él me las pidió a mí, ¿cierto?
Él bufa antes de intentar responder algo.
— Eso pensé — le vuelvo a soltar.
Ya no podemos seguir hablando/discutiendo porque escucho la puerta ser abierta, así que me muevo inmediatamente. Me encuentro con la mirada encolerizada de Logan, llena de rencor.
— ¡Tú! ¡Maldita perra! ¡Lo tenías todo planeado! — me grita el enfermo dando pasos grandes hacia mí. Pero de inmediato se pone Noah delante de mí, impidiéndole que avance. Este psicópata parecía que me quería pegar, ja, que lo haga, y así yo con gusto lo refundo en la cárcel.
— ¿Quién te crees para hablarme así, eh, después de lo que hiciste? — cuestiono enojada. Menudo sinvergüenza.
Mi padre sale echo una furia.
— ¿Qué esperan para sacarlo de inmediato? ¡Que este naco no se vuelva a acercar a mi hija!
Logan ríe — Quién lo diría, me ayudaste con mi plan y ahora la estás defendiendo, sabiendo todo lo que hace. — musita observa fijamente a Noah, con resentimiento en sus ojos.
— No la estoy defendiendo, estoy impidiendo que hagas una locura y termines peor, yo nunca justificaría sus acciones
— Dan asco los dos.
— ¡Seguridad! Saquen a Miller de inmediato, por favor — ordena la directora. Mi padre se encontraba al lado de mí, también protegiéndome, agarrándome del brazo.
—Bien, me voy pero ¿sabes qué, Amélie? Que sepas que el karma te llegará tarde o temprano, y no sabes cuánto voy a disfrutar ver eso, porque te vas a arrepentir de todo lo que hiciste, te lo aseguro. — suelta con odio.
— ¡Este chico está loco! El único karma que está habiendo aquí es el tuyo, niño, que está muy bien merecido. — le lanza mi padre con desprecio, antes de que los guardias se lleven a rastras al idiota.
Por fin me había deshecho de él. Noah solo seguía observando todo sin soltar ni una sola palabra, atónito de todo el escándalo que se había formado, pues de los gritos hasta otros estudiantes se quedaron mirando curiosos.
La directora carraspea — Bueno, señor Rousseau, es mi deber avisarle también que su hija necesita cumplir un castigo, por lo que tendrá que quedarse un rato más en la escuela — no especifica, oh, la amo.
— Padre, no te preocupes, que no es nada grave — me justifico ante mi papá, que me observaba con ceño fruncido. Ya me imaginaba la mirada con ojos entrecerrados que Noah me estaría dando.
— Está bien hija, llegando a casa nos cuentas, no te preocupes. — me dirige una mirada empática y me abraza antes de irse. Agh, lo malo es que ahora tendría que contarles llegando, y mi madre seguramente me regañaría, porque ella no es tan condescendiente como mi adorado padre.
Después de unos minutos, Noah y yo ya nos estamos encaminando a la típica aula que tenía un letrero de “Detención” pegado en la puerta.
Toco la puerta y nos abre un viejo que se veía de unos 60 años, con cara aburrida.