3.

A MIS 30 AÑOS EN LA CIUDAD MAR DEL PLATA. 

"Era un chico muy diferente cuando estaba en público, probablemente sea así todavía, su personalidad cambiaba de repente dependiendo del ambiente. Una tarde después de la escuela me acerqué a él para averiguar que es lo que le pasaba, no me respondió, solo me ignoraba y cuando todos se marchaban él corría atrás de mí para pedirme perdón y decirme que todo estaba bien entre nosotros, como siempre le creí, siempre estaba para él pero nunca estaba para mí. Él estrés aumentaba cada día más con ese cuadro, todos los días me sentaba en ese oscuro y frío ático a terminar el dibujo pero nunca pude avanzar, podía haberlo dejado pero simplemente no podía.

David llegaba a mi casa un poco más seguido por petición de mi abuela, no necesito decir mucho, era mi amigo e igual se alejaba cada vez mas de mí, me ignoraba, daba comentarios de mí que no eran del todo agradables solo para poderles agradar a las demás personas, ese era su problema. Conocía ese tipo de personas y se suponía que tenía que alejarme de ellas pero aún así no podía porque era el único que me hablaba, y también porque comencé a crear un nuevo sentimiento hacia David. Cuando no podía tolerar más esto decidí hacer la misma jugada y dejé de hablarle por un tiempo, como suponía comenzó a buscarme todos los días por una semana."

—Qué te está pasando, ¿por qué te has desaparecido tan repentinamente? —dijo sosteniendo a Dallan por el hombro con una cara de tragedia que ni él mismo se la creía. 

—No tienes derecho de reclamar cuando tú haces lo mismo, dime tú cuando te he reclamado yo por lo mismo, dime cuando te he agarrado por el hombre así de fuerte para reclamarte algo—, comenzó a forcejear para zafarse porque realmente le estaba lastimando. 

—Nunca pero...

—Espérame, ¿realmente estás tratando de excusarte?. Realmente no me importa el porqué no me seguiste hablando, pero no esperes que esté atrás tuyo como un perro, además... ¿Qué te importa si no te hablo? No fuimos muy cercanos, ¿verdad? —se dio la vuelta y se marchó. David tenía problemas y él lo sabía, no solo eso también había descubierto algo que le daba miedo aceptar de si mismo, realmente no sabía que pero simplemente le daba miedo que algo más estuviera pasando.

—¿¡Cómo puedes ser tan imbécil Dallan!? —paró de repente porque no sabía que estaba haciendo — yo... Realmente tengo miedo de, no sé, no sé ni a qué le tengo miedo pero trato de olvidarme de eso con...

—Hacerme ver menos, no sé burlarte de mí con tus amigos y luego perdir disculpas —Dallan estaba dándole la espalda y siguió hablando así— Olvídalo, ¿no quieres estar cerca de mí? Entonces no insistas. 

—¿Por qué acepté ser tú amigo desde el comienzo?, Si hubiéramos terminado el ensayo y no hubiera escuchado la ridícula idea de ser amigos no estaría peleando y hacer entrar en razón a un maldito homosexual —esa fue la gota que derramó el vaso, el fino hilo que mantenía la esperanza de arreglar las cosas con las palabras correctas, se rompió —. No. No quise decir eso.

- ¿¡Que acabas de decir!?, A claro, rumores. Sabes, eres mi único amigo, lo fuiste ¿Y sabes porque no he tenido más? Por lo mismo que acabas de decir, por ser un maldito homosexual —. Se estaba delatando el mismo pero no podía más, no tenía nada que perder—. Mis padres avisaron que en poco tiempo me regresaría a vivir con ellos como acordamos, espero que tengas una buena vida ahora en adelante. 



"ese día la situación me generó una ambivalencia, ira, frustración, tristeza, preocupación, miedo, también sabía que había un poco de verdad escondida en aquellas palabras, realmente tenía un problema y hasta sus padres no sabías cómo arreglarlo. Nos dejamos de hablar desde ese día, solo pasaron tres semanas para que me retiraran del colegio por la mudanza, luego no lo vi más. Terminé la pintura pero mi estrés no disminuyó y mis padres comenzaron a darse cuenta. En ese entonces no supe más de la vida de David, suponía que a él no le afectó mucho y que todo había quedado ahí, había perdido a un amigo y todavía no comprendía el porqué había comenzado todo este lío."

Osher cerró el diario... 

palabras que atravesaban su corazón como un puñal, aquella situación era tan parecida a la que él estaba viviendo que poco a poco comenzaba a comprender el porqué estaba leyendo aquello, un amor no correspondido. Ya estaba muy de noche y tenía que dormir, sus ojos ardían por el cansancio, sus ojos rojos que ocasionaban que pequeñas gotas de lágrimas salieran de sus ojos, si seguía leyendo más recuerdos llegaban a su mente y eso tal vez no lo dejaría dormido como las noches anteriores. Dejando de lado la lectura se fue a dormir y como nunca, esa noche durmió muy bien envuelto en sus sábanas. 

"Lunes., 2 de agosto 1078.

Tres días antes de la mudanza yo fui a buscar a David para contarle una cosa, como sabía que no lo volvería a ver no tenía nada que perder, así que me paré delante de él y comencé a contarle algunas cosas."

—Me gustas mucho, solo no quería aceptarlo porque tenía... tengo miedo— dijo tratando de calmar su ansiedad, controlar sus manos y ocultar la sudoración —yo si... me habías gustado hace un tiempo y siempre quise abrazarte, estar a tu lado y creía que comenzando siendo amigos era la mejor manera de entrar en tu vida, pero luego me di por vencido y creí que mejor era ocultarlo, pero enserio... —fue aquí donde no aguantó más y reventó en sollozos llantos con su frente afirmada en el pecho del mayor —yo en verdad quería decirte todo esto antes pero no quería que te fueras porque fuiste mi primer amigo y no quería dañar nada~

David no sabia como reaccionar ya que no quería cargar todo esto, tenía al que había sido su amigo en su pecho llorando después de confesarse, él miraba a ambos lados buscando que hacer en ese momento y lo único que se le ocurrió es abrazarlo y despedirse en buenos términos —Dallan yo, también... . No puedo corresponder tus sentimientos pero tampoco quiero terminar nuestra amistad, ¿Por qué no nos mantenemos en contacto?, bueno, si tú quieres.