No Te Quedes Dormido

Cคptµ͢͢͢lo dos.

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10 atrás

La tormenta no cesaba podía observarla a través de la ventana como caía en la carretera que poco a poco se convertía en un lago por tanta agua. Hacía que las llantas del coche resbalaran. Pero también hacía que mi atención se centrara en ella y no en el llanto de mamá que era incontrolable. Perder a una hija hace unos cuantos días no fue para nada lo que ella esperaba. Tampoco esperaba una hija loca que la ve.

Mi rostro gira lentamente hacia el asiento de al lado.

Una sonrisa curva se le posiciona a mi hermana y yo sonrió igual de emocionaba que ella. 

Sus ojos azules ahora eran negros como la noche, pero eso no me importaba ni el golpe abierto que tenía en su cabeza. Yo la veía como ella me veía a mí. Emocionada.

Éramos gemelas, corrijo somos gemelas.

– ¿Quieres jugar? – me pregunta emocionada.

Asiento.

–Te acuerdas cuando fuimos a los carritos chocones la semana pasada.

–¡Si! – salto de emoción

Una sonrisa retorcida es su respuesta.

–Mira esto. – dijo.

Los gritos de mamá se fundían en el coche al mismo tiempo que resbalaba por toda la carretera, mi hermana reía al igual que yo.

–¿Es tan divertido cierto? – me pregunta.

– Lo es.

El carro se movía de un lado hacia el otro, esquivando una que otra cosa a mitad de la noche.

–¿pero no estamos chocando nada? – dije riéndome.

Mamá gritaba y por segundo me miraba como me ría al menos ya no estaba llorando.

–Pronto lo haremos – la voz de mi hermana me calmaba.

Por un minuto quedo detallándola, su cabello rubio caiga hasta su cintura no le importaban la sangre de la herida abierta que mostraba una pequeña parte de su cráneo, así que tampoco debía preocuparme.

Toma mi mano y el escalofrió de su mano fría se entra por mis poros

–Te veré del otro lado.

Su cuerpo desaparece y en instante mi cuerpo es levantado golpeándome la cabeza, mi conciencia se pierde, pero puedo ver a mamá que sale disparada del auto hacia afuera. Perdiendo completamente mi conciencia.

El color del mundo es negro como la nada. Mis ojos dolían al abrirlos lentamente.

El sabor de algo me ahogaba, mi cuerpo no se movía dolida como si mis huesos estuvieran partidos y creo que si estaban. El sabor llego a mis glándulas gustativas. Sangre.

– Mamá – me recompongo admirando al coche que se encontraba de cabeza.

Salgo con dificultad, mis ojos no se adataban a la lluvia ni a la oscuridad del bosque.

–Mamá – solloce al no verla.

–Luz – llame a mi hermana.

Lloraba.

La luz del coche parpadeaba y era la poca luz que recibía.

Camino unos metros y mi corazón cae al piso admirando el cuerpo sin vida de mamá. Su pecho está atravesado por una rama.

La lluvia se fundía con mi llanto.

–¿Te encuentras bien, cariño?

Su mano la posiciona en mi hombro  

–Si mamá, estoy bien.

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*Participando en un concurso*




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