No temas

Capítulo tres

Avril.

En mi grupo de mi amigos se encontraba Spencer, sí, es un nombre poco común, al igual que él.

Me gustaba desde hace mucho tiempo, no sabía como decírselo, pero hoy, probablemente, hoy sería el día.

Lo conocía desde hace ya más de un año, llegó en el momento indicado, tuvimos una conexión al instante, ambos tenemos los mismos gustos, pasamos todo el día juntos en la escuela. Todo entre nosotros era perfecto.

Él ama leer, como yo, adora sentarse a mirar películas, como yo, y sobre todo, valora mucho lo que he hecho por él, al igual que yo valoro lo que hace por mí.

Cada vez que salimos juntos la paso excelente, y sé que él también, siempre nos divertimos, vuelvo a repetir, a su lado todo es perfecto.

Y hoy lo tengo aquí, sentado en mi mueble, riéndose y pasando conmigo otro genial día.

Fui a la cocina para recoger una de las bandejas que mi madre había dejado ya servida. Ella y mi padre decidieron subirse a su habitación para dejar que mis amigos y yo conversáramos tranquilos.

Cuando estuve a punto de levantar la bandeja sentí los pasos de alguien detrás de mí, no pude evitarlo y volteé. Grande fue mi sorpresa cuando vi a Carolina acercándose con una gran sonrisa.

-Avril, tengo algo que decirte, ¿estás lista?

No tenía ni la menor de qué podía decirme, probablemente algo relacionado a ella.

-¡Spencer va a pedirte que seas su novia!

Debo admitir que demoré unos segundos en asimilar esa noticia, y cuando lo hice, no cabía tanta felicidad en mí, me puse a celebrar con Carolina y le pedí más detalles, definitivamente este cumpleaños no podía ser mejor.

-Lo oí hablando sobre una carta a alguien especial, en realidad, fue de casualidad, hablaba sobre qué cara pondrías cuando la leyeras y si es que te gustaría. Avril, no sabes la suerte que tienes, Spencer es el chico más lindo de la clase y se muere por ti.- miró mi ademán hacia la bandeja- No te preocupes por la bandeja, tú ve allá y sé feliz.- me dio un fuerte abrazo y se lo correspondí, respiré hondo y regresé nuevamente a la sala.

Spencer notó mi presencia y se acercó rápidamente a mi encuentro, mi corazón latía cada vez más rápido y no pude evitar lanzar un gran sonrisa a lo que él también me sonrió.

Me tomó de las manos inesperadamente y me miró directamente a los ojos.

-¿Sabes que confío muchísimo en ti, verdad?
-También confío en ti, Spencer- no había dudas, Spencer me tenía atrapada, no podía dejar de mirar sus hermosos ojos verdes, estaba totalmente perdida y tenía muchas de ganas de abrazarlo para decirle cuánto tiempo he callado lo que siento.

-Hay algo que quiero preguntarte, lo he pensado mucho y creo que ya llegó el momento para que sepas lo que siento, Avril.

Permanecí en silencio hasta que soltó mis manos y sacó de su bolsillo un papel doblado, no fue tanta mi sorpresa pues ya sabía la existencia de aquella carta.

-Ten, léela en tu mente y dime qué opinas. Sé sincera, por favor.

Mi corazón dio un sonido de alerta, esto no era lo que imaginé, ya no tenían sentido sus palabras, no estaba entendiendo nada, dejó de ser romántico conmigo de un momento a otro.

-No... no entiendo, ¿qué tiene esta carta?- me estaba desesperando esta situación, no era nada de lo que Carolina me dijo.
-Aún no se lo he dicho a nadie. Tengo pensado hacerle una sorpresa a Miranda, ¿la recuerdas? Desde hace unos meses hemos empezado a salir y es una chica fantástica, y ahora que por fin me he armado de valor, quiero que me des tu opinión, claro que no le daré esa carta, trataré de hacerle un regalo mucho más grande y bonito, porque ella se merece eso y mucho más.

Sentí como mi corazón se partía, no en dos, ni en tres pedazos, sino en miles de pedazos que eran culpa mía, ya que no debí haberme ilusionado de esa manera.

Leí la carta como me dijo Spencer, en mi mente, y cada palabra estaba tan bien escrita, podía incluso percibir el amor con que las escribió.

Pude imaginar lo muy enamorado que debía de estar como para planear hacer todo esto, no es su culpa, él no tenía ni idea de lo que yo sentía.

Y nunca la tendrá.

Extendí mi brazo para entregarle la carta. Él me miraba con expectativa, al parecer mi opinión era muy importante y no podía mentirle.

-Está... muy bonita. Estoy segura de que le va a encantar

Se acercó para darme un fuerte abrazo de agradecimiento y aproveché en hacer lo mismo con la diferencia de que yo me sentía vacía por dentro y él lleno de amor.

Una hora después, todos iban despidiéndose de mí, iban saliendo uno por uno hacia la puerta agradeciéndome y nuevamente deseándome un feliz cumpleaños, tengo recuerdos muy vagos de ese momento ya que mi mente estaba consternada y sin poder asimilar todo.

Carolina, quien ya estaba enterada de lo que había pasado, me miró con cierta pena.

-Tranquila Avril, él no sabe lo que se pierde.




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