Ella levanta a Ramsés y lo va a sentar en la silla especial para pequeños, pero Ramsés protesta. Quiero sentarme en una silla igual a la tuya. Y Abi lo complace y lo sienta a su lado. Cuando están sentados, el mesero le dice. Hoy tenemos platos especiales de navidad.
Ramsés, ¿quieres comer ahora mismo o esperamos cenar todos juntos?. Quiero esperar, mami. El mesero vestido muy elegante, deja el menú en la mesa, pero ella ordena. Quiero la cena navideña de casa, pero cuando la sirvan a todos.
En otra parte de la ciudad frente al edificio donde vive Alex, uno del equipo que vigilaba, ve salir a Alex elegantemente vestido con un traje negro, camisa blanca y moño negro, el hombre se ve extremadamente guapo. Capitán en camino. Se oye en la radio del equipo.
El dron lo sigue por todo el camino grabando imágenes, pero no son transmitidas por la gran pantalla del salón El Cóndor, pero si son transmitidas a través de YouTube en tiempo real, millones de personas siguen la historia, entre ellos, el público presente que observa en vivo y muchos ven la historia en el canal de YouTube en sus telefono móviles.
El guapo hombre de ojos azules y cabello rubio oscuro, se baja del auto y con pasos seguros camina hacia el hotel. Entra y recorre el pasillo, hasta el salón, camina hacia el gran pilar y pasa su mano por sus ojos cuando observa a su Abigail, sentada con un niño, elegantemente vestida de rojo como el primer día, su corazón retumba como tambores africanos y se acerca lentamente. Las cámaras graban su expresión para la posteridad.
Ella aun no lo ha visto porque está arreglando el moño en la camisa de Ramsés. Cuando levanta la cabeza, ve al hombre tan ansiosamente anhelado, las cámaras captan su expresión de asombro y felicidad a la vez. Ella se levanta de la silla y los dos se abrazan, sus corazones laten muy fuerte, ella llora en sus brazos y él también llora.
Alex seca las lágrimas de Abi con un pequeño pañuelo. Llegaste un poco tarde a la cita. Le dice ella y él sonríe, con una mezcla de querer decir muchas cosas, pero ya habrá tiempo para eso. Le da un beso suave en la sensual boca de Abi y se sientan.
Ramsés que estaba entretenido metiendo una pequeña flor roja en su ojal que insistía en querer caerse levanta la cara y ve a Alex. Se baja de su silla y corre a saludar. Hola, Alex. El hombre observa al niño frente a él y descubre la forma de sus ojos y el mismo color azul profundo de sus propios ojos, el gran parecido entre los dos que no había notado antes y de inmediato sabe que es su hijo. Lo sienta sobre sus piernas y tomando una de sus manitas le dice.
Ramsés…. yo soy tu papá. El niño lo mira y luego voltea hacia donde está su mami y ella mueve la cabeza asintiendo con un nudo en la garganta, no puede pronunciar palabra debido a todas las emociones que está sintiendo y que pugnan por producir una gran explosión. Alex y Ramsés se abrazan.
Yo sabía que ibas a venir esta navidad, se lo pedí a Dios. Alex llora en silencio. ¿Por qué lloras, papá?. Lloro de felicidad, mi niño. Abigail se levanta, pide permiso y va al tocador. En el baño seca las lágrimas, retoca su maquillaje y regresa a la mesa más calmada