Nosotros: Tú y Yo

Capítulo 1

*Unos años atrás *

Dania

-Dania… Dania- dijo mi madre mientras manejaba. Yo solo miraba la ventana viendo a cada uno de los árboles con detenimiento- DANIA RITMAN- gritó mi madre y volteé- ¿crees que estuvo bien lo que hiciste? - dijo mi madre-

- ¿Qué parte? - contesté-

-TODO, Dania le encajaste un lápiz en el ojo a tu maestra- dijo mi madre asustada, aunque ella quisiera hacerse la fuerte la realidad es que su labio inferior temblaba del miedo y yo no entendía dónde estaba el problema-

- ¿Y qué? - dije desviando mi mirada de nuevo a la ventana-

-Ponme atención cuando hablo Dania- dijo mi madre-

- ¿Para qué quieres mi atención? - dije-

-Para que sepas que lo que hiciste estuvo mal- dijo mi madre desesperada-

-Yo no lo veo mal- dije aun calmada en mi asiento-

- ¿lo que quieres es que te pegue o te castigue? ¿eso quieres? - dijo mi madre exaltada-

- ¿Quiénes intentarlo? En vez de la maestra ¿quieres ser quien reciba un lápiz en el ojo? - dije esperando su reacción sabía perfectamente cual era… miedo… mi propia madre me tenía miedo-

-Q-QUE- gritó asustada y sus ojos comenzaron a aguarse, era tan aburrido seguir en el carro con ella así que me baje-

-Te veo en la casa – dije saliendo del carro y comenzando a caminar entre calles-

Iba caminando cuando noté un gato entre los arboles era tan indefenso, tan pequeño, tan frágil, solo ocupaba tomar la piedra cercana a mis pies y golpearlo con ella, solo un golpe preciso… un simple golpe era necesario para acabarlo para siempre. Las vidas humanas y de animales son tan… insignificantes y tan fáciles de acabar que me resulta aburrido, por lo que tomo al gato entre mis manos y comienzo a acariciarlo solo bastaba un movimiento, un solo movimiento…

-Dania- gritó un niño al lado de mi-

-Joshua- dije mirándolo con furia acababa de estropear mi movimiento preciso para acabar con el gato-

- ¿Vas a adoptarlo? - dijo Joshua con una sonrisa de oreja a oreja, tan frágil, tan corrompible…-

- ¿No es obvio? - dije sonriendo-

-Yo te ayudaré a cuidarlo- dijo Joshua-

-No- dije tajante y él se estremeció - Es solo que es solo mío y quisiera cuidarlo bien- dije sonriendo, intentando componer mi error, odiaba tener que sonreírle, odiaba tener que verlo, pero el es importante para mi mayor plan…destruirlo ¿la razón? Existir. –

-comprendo- dijo Joshua a mi costado mientras miraba al suelo con algo de tristeza… tan frágil-

-JOSHUA- gritó una mujer de pelo castaño al punto que con el sol esté brillaba con ella… tan asquerosa-

-Mamá- dijo Joshua-

-Tenemos que irnos tenemos noche de cine- dijo su madre acariciándole el pelo-

-SI mamá- dijo Joshua con un puchero por el cariño de su madre-

- ¿Quieres venir también Dania? - dijo su madre hacia mi-

-Lo siento, no puedo, mi madre me esta esperando en casa- dije mintiendo, sabía que mi madre no entraría en casa después de esa amenaza indirecta hacia ella, o bueno más bien es el miedo que ella me tiene- Mi padre trabaja todo el día y mi madre intenta evitarme durmiendo en hoteles o cerrando la puerta de su habitación con triple candado para que no entre. -

-Oh comprendo, no hagas esperar a tu madre- dijo sonriendo la madre de Joshua, Gina siempre estaba presente junto a él siempre una madre perfecta pero tan sucia, sabía su único secreto pero ella no ocupaba saberlo, aún no…-

-Claro- dije sonriéndole al punto de que sentía mi cara entumecida, odiaba las sonrisas-

-Adiós- dijo Joshua alejándose mientras me despedía con la mano y yo solo me quede ahí, viendo como ambos se alejaban con una sonrisa en sus rostros, apenas logre dejar de verlos y borre mi sonrisa, una escena tan desagradable, tan… insignificante, tan aburrida-

Minutos pasaron y el gato comenzó a moverse inquieto en mis brazos y después comenzó a maullar, tomé su cuello con ambas de mis manos y escuche como el gato se retorcía en mis manos, un solo movimiento… un solo movimiento ocupaba para que dejara de maullar que dejara de retorcerse, que dejara de molestarme, solo un movimiento era necesario para acabar con su vida… Tomé el cuello de el gato y lo torcí un sonido agudo y fuerte sonó de su cuello y sus patas comenzaron a colgar, su mirada estaba perdida y saltona… Había muerto




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