Nothing is easy [editando]

Capítulo 17

Capítulo 17: Clara K.

El gel frío se pasa por mi vientre dado paso a la imagen que muestra el monitor, no era experta en leer ecografías, pero esta era la segunda vez que veía a mi frijolito y podía distinguirlo por el pequeño bultito que se veía.

— Ha tenido una buena evolución — comenta la doctora — Tiene un hijo fuerte. — sonríe.

Lo sabía, sabía que mi hijo era igual de fuerte que su madre, mirarlo a través de una pantalla me hacía llenar de euforia y aún no podía creer que un ser majestuoso esté creciendo dentro de mi ser.

—  Las indicaciones son las mismas, no debe de hacer ni un esfuerzo físico y lo más importante es su dieta muy estricta, sin importar que no le guste algún alimento.

—  El pescado —  se adelanta Lucas y le miro mal.

—  El pescado es muy nutritivo, se lo recomiendo en ricas sopas rebosantes de verduras. — mira a Lucas sonriendo — Tiene un buen esposo.

El tener que mentirles a las personas con eso, es algo que no lo pensé, mi siquiera fue mi intención y el desmentirlo en estos momentos ya no había caso, además de que Lucas y yo nos habíamos vuelto muy amigos.

— ¿Tiene que venir otro día? — pregunta Lucas.

— Sí, tiene que hacerse chequeos mensuales, para verificar el estado del bebé, así podemos intervenir ante alguna dificultad.

— Muchas gracias — sonríe.

— Ahora si ya puede llevar a su esposa a casa y recuerde lo que le he dicho. Todo ya está indicado en lo que le entregué.

Salimos de la clínica, al parecer Lucas había alquilado algún automóvil que tenía la lunas tintados. Lucas pone en el asiento de atrás las pocas cosas que había traído a la clínica y me abre la puerta de copiloto.

El trayecto fue silencioso, cómodo. Miraba las calles, tranquilas, y sonrío; todo estaba yendo bien, sin problemas y dificultades.

Mi bebé estaba estable y yo igual, estaba feliz porque no había alto riesgo por él.

Entramos al pueblo y a lo lejos veo como mi antigua casa ya no estaba, si no que había hombres trabajando para construir una nueva. Recuerdo inmediatamente lo que me había dicho Lucas y volteo a mirarlo, él estaba tranquilo manejando, acercándose a su casa.

— ¿Era cierto?

— Nunca dije que era una mentira. — salió del auto y abrí la puerta saliendo.

Aquel día que lo dijo pensé que había sido una broma, pero ahora me estaba dando cuenta que no; el que esté haciendo estas cosas sin pedírselo me ponía en aprietos porque la comodidad que sentía con él se sentía mal.

No quería aprovecharme se su amabilidad, se sentía mal.

— No te sientas incomoda — le miro sorprendida — Quiero hacerlo, no estaré aquí toda la vida, déjame darte un regalo al que te recuerde siempre a mí.

— Tienes que pedir mi opinión — le recrimino.

— Cuándo le quieres dar una sorpresa a alguien ¿Le preguntas?

Abre la puerta de su casa e ingresamos; me detiene a la mitad del pasillo.

— Lorena ya no está — avisa — Su habitación, ahora es tuya, lo cuál es diferente a lo que viste la última vez.

Caminamos y él es el que abre la puerta de la habitación que iba a ser mía.

La habitación estaba hermosa, la cama se veía más espumosa, grande y apetecible. El color de las paredes eran cremas, con filos de un olor que no supe distinguir. Los muebles de este y el velador a los costado, le hacían ver una habitación muy lujosa.

— Es mucho para mí — volteo a mirarlo, negándome a la habitación.

— Clara, ya lo he dicho — deja mis cosas a un lado — Esto no es nada con todo lo que te mereces. El closet está lleno de ropa para cuando esa barriguita crezca.

Aquel gesto que, para cualquiera, quizás le pareciera insignificante, conmovió mi corazón e hizo sentirme cómoda una vez más en su hogar, sentía que era aceptada aún teniendo un bebé al que no conocía su origen.

— Te dejaré para que puedas ducharte — señala la salida — Estaré en la cocina, intentando hacer algo de comer.

Aquello me hace reír; sale de la habitación dejándome sola, con cuidado me acerco al closet para ver lo que Lucas ya me había dicho y sí, era cierto. La ropa era más holgada, blusones, vestidos, pantalones, faldas. Aún lado de toda la ropa colgada, había camisones para dormir, no eran largos, pero tampoco estaban cortos. Abro uno de los cajones y eran ropa interior, dentro había una nota.

«Clara, no soy buena eligiendo ropa para embarazadas, pues… nunca lo he estado. Así que he hecho mi mejor intento para elegir ropa que no sea de señora, disculpa por los camisones, pero era lo más juvenil que pude encontrar.
Cuídate mucho, espero algún día poder conocerte más y antes de que me olvide, mantén vigilado a Lucas, que nunca se acerque a la cocina. No es muy bueno.

Cierto, todas las medicinas y formulas están en la cocina, no tienes nada de qué preocuparte.

 Abrazos y besos.»

Aquello hizo que los ojos se me llenen de lágrimas, así que respiré pausadamente para controlar mis emociones. Me doy un largo baño, deshaciendo todos los gérmenes de la clínica, me pongo uno de los camisones, que era muy frescos, justo para la ocasión.

Al salir de la habitación, un fuerte olor a quemado llega a mi nariz.

— ¿Qué pasó? — camino hasta donde estaba él y solo sonríe con inocencia.

— Quería hacer unos pancakes.

Me rio por su intento fallido y recuerdo la nota que Lorena había dejado. No se equivocó después de todo, Lucas no era bueno en la cocina, pero mejorará con la práctica.

— Es mejor que preparemos el almuerzo — camino hasta la nevera — ¿Quieres ayudarme?

Lucas asiente; busco yuca para poder freírlas, pero no las encontraba por ni un lado.

— ¿Qué buscas? — escucho su voz cerca de mi oído.

Volteo y me doy cuenta que estaba muy cerca de mí y retrocedo un paso.

— Yu-Yuca — logro hablar — Me han provocado yuquitas fritas.



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En el texto hay: mentiras, embarazo, decepción

Editado: 01.07.2024

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