Capítulo 19: Clara K.
El choque de sus labios contra los míos me sorprende; no hay ni un movimiento, solo es un choque contra los míos. Cierro mis ojos y levanto mis manos para agarrar su rostro, muevo mis labios aceptando su beso y él hace lo mismo.
Era un beso casto, solo un juego de un vaivén entre nuestros labios, enredo mis brazos sobre su nuca y él posiciona sus manos en mi cintura hallándome más hacia él; la altura era evidente entre nosotros dos y tengo que levantarme en puntitas para poder alcanzarlo.
Soy la primera en romper el beso y Lucas me da un beso en la nariz, nuestras frentes estaban unidas, aún no era capaz de abrir mis ojos.
— Tomaré eso como un sí — besó mi frente — Pero quiero escucharlo de tus labios, Clara.
— También me gustas — musito — Quiero…
— Sé mi novia.
Abro mis ojos y le miro, bajo mis brazos hasta su cintura. Para poder estar cómoda.
— Solo tienes que decir que sí — habla y apego mi cabeza sobre su pecho — Necesito escucharte — suplica.
— Si, quiero ser tu novia.
No quería sobre pensar otra vez las cosas, quería darme una oportunidad en esta vida y lo haría con él. Sabía que mi bebé era aceptado, porque yo no estaba sola, sino que tenía mi vida, mi razón de vivir creciendo dentro de mí.
Quería llorar, porque se sentía tan bien poder estar entre los brazos de Lucas y sentirme segura, sentirme con plenitud en un solo abrazo.
— Debes de dormir — musité cuando sentí como se tambaleó un poco — Mañana podremos hablar mejor.
Me abraza con más fuerza y podía sentir que estaba a punto de dormirse. Me separo de él y frunce su ceño desconcertado.
— Vamos — es mi tiempo de extender mi mano. — Debes dormir.
Acepta mi mano y lo dirijo hasta mi habitación, no podría arriesgarme a ayudarlo hasta su habitación porque era muy probable que caigamos sobre las escaleras. Caminamos por los pasillos, él con su brazo sobre mis hombros y yo alrededor de su cintura.
— Te quieres aprovechar de mí — habla juguetón, cuando abro la puerta de mi habitación — No me opongo.
— Silencio — le golpeo levemente su abdomen intentando no reírme.
Lo siento sobre la cama y él se tira en está dejando las piernas fuera.
— Eres peor que un niño — siseo, le quito los zapatos.
Estaba solo en short, así que solo lo acomodé sobre la cama y salgo hacia la cocina. Apago las luces de la sala, me acerco hacia la venta y siento una sombra pasar rápidamente. Frunzo mi ceño, pero lo ignoro y cierro las cortinas.
Al regresar a la habitación, Lucas estaba con la boca ligeramente abierta y su brazo detrás de su cabeza. Sonrío.
Saco del closet ropa para dormir y voy hacia el baño para poder cambiarme, me lavo los dientes y peino mi cabello. Entro nuevamente a la habitación y Lucas ahora estaba acostado de lado como un niño pequeño. Camino hasta el otro extremo de la cama y me acuesto.
Me sentía bien, sentía mi pecho quemar de la emoción cada que recordaba como nuestros labios calzaban a la perfección, sus manos sobre mi cintura y en la forma como se dirigió a mi bebé.
Siento como su brazo se posiciona sobre mi vientre, me atrae hacia él quedando mi rostro contra su pecho, sus labios quedan a la altura de mi frente y solo me limito a sonreír quedándome dormida inmediatamente.
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POV: Lucas B.
Abro de a poco mis ojos y siento como el dolor de cabeza va calando con fuerza, inmediatamente los cierro e intento moverme, pero lo que estaba sujetándome me lo impide. Abro mis ojos con rapidez al percatarme que había alguien al lado mí, ignorando el dolor de cabeza y bajo mi mirada, su cabello negro estaba regado sobre la almohada, su cabeza estaba bajo mi brazo y tenía una de sus piernas por encima de las mías.
Había dormido con Clara; intenté incorporarme para observarnos a cuerpo completo y puedo ver que aún cargaba puesto el short y ella tenía un polo más grande que su talla y un short fino de algodón. Suspiro.
Los recuerdos me golpean con fuerza unos tras otros, sin siquiera tener la oportunidad de asimilarlo, sonrío, ella había correspondido a mis sentimientos. Ella aceptó que sentía lo mismo que yo y no le era indiferente.
Miro su rostro detallándola un poco más, con cuidado le quito los mechones de su cabello negro que estaban sobre su rostro. Estaba dormida, su respiración era calmada y no podía siquiera explicar el torbellino de emociones que estaba sintiendo por la mujer que estaba durmiendo sobre mis brazos. Se remueve y cierra los ojos de inmediato, ella estaba a punto de despertar. Escucho como suspira, pone su mentón sobre mi pecho, era probable que me estuviera observando en estos instantes. Se sienta sobre la cama y después deja de moverse, no estaba seguro de lo que estaba haciendo hasta que siento las yemas de sus dedos acariciar el contorno de mi rostro.
—Sé que estás despierto — susurra. Le ignoro — ¿Te avergüenzas?
Abro mis ojos sin comprenderla.
—¿Por qué tendría que avergonzarme? — me apoyo en mis brazos, sin llegar a sentarme.
—¿Recuerdas algo? — musita sin quitar sus ojos de mí. Sonrío.
—Recuerdo como rompiste tu promesa de cuidarme — me siento quedando frente a frente — Pero lo que más recuerdo es como aceptaste ser mi novia.
Sonríe, le doy un beso en la frente. Aún no podía creer que sea verdad; baja de la cama y abre el closet, saca un vestido color celeste pastel, sonrío, sigue sacando al parecer ropa interior, pero pone su cuerpo para que no pueda ver lo que estaba sacando.
—Iré a bañarme — me avisa y solo asiento.
Me deja solo en la habitación y salgo de esta, voy hacia la sala buscando mi teléfono y estaba en el piso. Miro la hora y eran las ocho de la mañana, aún estaba a tiempo. Verifico si no tengo ni un mensaje de Robert, Lorena o del número desconocido que últimamente estaba enviando mensajes. No había nada.
Editado: 01.07.2024