Lucas B.
— Tiene que decirme toda la verdad para poder defenderlo — el abogado afloja un poco la corbata.
Estaba en una reunión con todos mis abogados, aquellos que los había puesto mi padre y la agencia. Las reuniones siempre eran lo mismo, no me aseguraban nada, solo me daban la opción de sobornar al juez para que haga el fallo a mi favor, pero no quería hacerlo.
No podría negar que me vi tentado a aceptar, porque quería liberarme de toda esta situación, pero me sentiría más tranquilo si lo logro legalmente.
Para todos nosotros era evidente que todo el show que había montado Ainhoa era montado y uno muy bien estructurado, aunque era imposible que ella sola lo haya realizado, porque no tiene los medios suficientes y el dinero que gana, no le alcanza como para construir toda la evidencia que ha mostrado.
Ahora era la segunda sesión con los abogados, dentro de un día estaríamos en el tribunal dando inicio al juicio.
— Mi respuesta siempre es la misma, les estoy diciendo la verdad — los señalo — Me lo han preguntado un montón de veces, ¿Qué están queriendo conseguir con la insistencia?
Estaba enojándome, esta situación no era de mi agrado; estar lejos de Clara me hacía sentir intranquilo y mucho más dejándola sola cerca de Leonardo.
— Señor, no queremos incomodarlo, pero como sus abogados, debemos de tener la seguridad de que todo lo que nos está diciendo es verdad — habla otro de los abogados. — Si es verdad o es mentira lo que está diciendo la parte acusatoria, eso no nos importa, solo queremos saber a qué nos estamos enfrentando.
Estábamos en la sala de conferencia de la agencia, era el lugar más seguro para mí y el lugar más amplio. Estábamos sentados frente a frente, teniendo en medio una gran mesa.
— Repetiré lo que ya había mencionado — apoyo mis brazos en la mesa — Soy inocente y todo lo que se me acusa es mentira, es imposible que mi ex pareja salga embarazada o que yo la haya agredido.
Los cinco abogados asienten, algunos apuntan algo en sus libretas.
— Tenemos claro lo que la señorita presentará como evidencia, el reporte del supuesto legrado que se le hizo al perder al bebé, también ha sido presentado.
— ¿Iré a la cárcel? — es lo que primero pregunto.
— Haremos todo lo posible para que no suceda, aunque podríamos lograr que en vez de la cárcel pueda que le haga una reparación civil.
— No, no podemos considerarlo en este caso. — habla otro de los abogados.
— La idea no es perder este juicio, debemos hacer lo posible para que lo declaren inocente.
La discusión que tenían ellos dos solo puso a mi cerebro trabajar.
— No es posible que estén discutiendo — habla uno de los abogados de mi padre. — Debemos hacer hasta lo imposible para solucionar este problema y para que salga impune. Al buscar la opción de reparación civil,estamos aceptando la culpa y que todo salga a favor de la contraparte. Claramente es algo que no podemos aceptar.
Muevo mi cabeza asintiendo sin lograr entender lo que estaba diciendo. Al menos no todo.
— ¿Cómo conseguirán mostrar mi inocencia? — muevo mis dedos por encima de la mesa — La audiencia es en veinticuatro horas y no veo solución por su parte, a pesar de que son más de dos, solo veo rivalidad.
— Señor nosotros… — levanto mi mano para silenciar a uno de los abogados.
— Uno de ustedes me dijo que se tenía que ver que hora mostraba cada prueba que mostraría Ainhoa, creo y siento que no debemos esperar hasta el día de la audiencia — todos estaban atentos — Sé que son eficientes, por algo los han contratado. Tienen menos de veinticuatro horas para averiguar cual es el hospital, que hora y cuales son el resto de evidencia que se presentará en mi contra.
— Tenemos información, es algo que se nos informa antes de dar inicio a cada audiencia.
— Muy bien, es algo que recién tengo conocimiento. — los abogados que me defendían no los sentía muy dispuestos, algo no se sentía bien. — Soy una figura pública, algunos de mis movimientos se registran en las cámaras, mis redes sociales o en las cámaras de seguridad.
— Investigamos — habla el que les llamó la atención a sus colegas. — Ainhoa alega — saca del maletín unas hojas y me entrega las copias. — Todas las veces que mi ex pareja me ha golpeado, sucedía dentro del departamento que compartimos, nunca lo hizo delante de las personas, siempre mencionó que a las “perras” como yo se les castigaba en privado para que se adiestren.
Aprieto mi puño ante la impotencia que sentía por lo que acababa de escuchar, en estos momentos no esperaba nada de ella, ni siquiera a que tenga un poco de piedad de todo lo que ha estado haciendo, pero aún así lograba sorprenderme y decepcionarme.
— Ella menciona que cada vez que la golpeaba, recalca que muchas veces lo hacía sin motivo, buscando cualquier pretexto para violentarla.
— En el edificio que vivía hay cámaras de seguridad, ahí se verá que ella no demuestra signos de ser violentada.
— Es uno de los detalles que ella declara — me señala el juego de copias que tenía en mi mano — En la página diez; Me golpeaba en los lugares que nadie podría notarlo, decía que así nadie me creería porque no habría evidencia.
Sonrío y bufo ante lo que leía y escuchaba, en vez de aspirar a ser actriz, debería considerar escribir novelas, le sale a la perfección. Niego y me río con fuerza.
Los abogados se miraban entre sí, porque no entendían mi reacción y no los culpaba.
— ¿Tan hijo de puta cree que soy? — sentía mi interior como un volcán a punto de erupcionar. — Esa mujer no me deja ni una carta para jugar, quiero que consigan las evidencias de las cámaras.
— Aunque quisiéramos tener evidencia con los videos, usted no figura como dueño de ese departamento, solo los dueños pueden solicitar los registros de los video vigilancia.
Editado: 01.07.2024