Capítulo 40
El proceso de un juicio siempre era lento, las investigaciones se demoran siglos; lo que nos vendían las series estadounidense no eran ciertos, aquellos juicios que se desarrollan en 3 días.
Lo crucial era cuando la víctima era interrogada delante del sospechoso, y muchos no estamos de acuerdo que se exponga de tal manera a una persona que ha sufrido tanto. ¿Por qué tendríamos que exponer a una persona de tal forma delante de su perpetrador?
Nunca lo entendí, y tampoco quiero entenderlo, pero lo que sí sé es que es necesario, aunque se le exponga de tal forma a tal punto. Para los abogados de Lucas no veían luz al final del túnel y es que tampoco tenían la oportunidad de ganar.
Se estaban presentando pruebas contundentes, que parecían verídicas, que, hasta los mismos abogados del acusado, se sentían inquietos de que si era cierto o no lo que decía Lucas. Muchas veces se presentan clientes que no admiten lo que se le acusa, haciendo que el trabajo de ello sea más difícil.
La siguiente sesión era crucial, porque dependía de ello si se terminaba o se aumentaba una sesión más. ¿Qué era la fe en situaciones como estas? Se dijo que solo se tenía que tener como la semilla de mostaza, algo tan diminuto y pequeño, y los que estaban cerca de ese juicio, sabían que solo un milagro podría salvarlo de ir a la cárcel y de salir inmune.
Al terminar la sesión, Lucas fue abordado por las cámaras de la televisión, preguntas imprudentes, reporteros feroces, todos lanzando dagas.
- ¿Qué puede decir al respecto de la acusación de discriminación?
- ¿Es importante ser de la misma clase social para obtener respeto?
- ¿Por qué su actual pareja no lo ha acompañado?
- ¿Su actual pareja recibe los mismos tratos que su ex?
- Lucas, ¿Qué tienes que decir al respecto?
Los reporteros no se detenían con las preguntas, los flashes destellaban tanto que parecía una escena de Hollywood. Al mismo tiempo que el teléfono vibraba en su chaqueta y con solo ver el primer mensaje, supo de quién se trataba.
¿Ignorar los pequeños indicadores de peligros, no libraría del mal?
La verdad es que no creo, pero Lucas estaba creyendo fielmente, que, si ignorabas el peligro, se iba a desaparecer, pero solamente lo estaba acumulando para luego estallar como un gran volcán. Se sentía capaz de controlar la situación, porque no sabía la magnitud del problema y es que la obsesión detrás de esos mensajes era tan grande que era peligroso.
Clara estaba preocupada, además, los artículos virtuales dejaban mucho que desear, todos con adjetivos calificativos tan desagradables, que dejaban mucho que desear.
Tener a una niña en su vientre creciendo tan rápido, la llenaba de amor, felicidad, emoción, miedo, incertidumbre. Sentir cada movimiento, la llenaba de vida, aunque en oportunidades le quitaba el aire, por la posición que a veces se ponía.
No había pensado en ni un nombre, tampoco en el apellido que llevaría, pero después de todo, Lucas dijo que se haría cargo de la pequeña, pero ahora el progenitor de la criatura ha hecho presencia, ¿Se responsabilizará?
Se encontraba en el gran salón de la mansión de los Bustamante y aunque no se sentía cómoda, no podía hacer nada al respecto, solo contenerse hasta que Lucas resolviera todo el problema. Pone detrás de su espalda un cojín y con sus propios pies, se saca las medias, revelando lo hinchadas que estaban. «Parecen pies de cerdo» - pensó.
Amaba el hecho que su bebé estuviera creciendo, pero odiaba todo el cambio que estaba teniendo por ello, aunque se lo callaba y guardaba para ella misma, odiaba sentirse de tal forma y no poder hacer nada. Las sudoraciones seguían, los mareos igual, ni hablar de las veces que se le iba la respiración. Investigaba por la internet que era, pero no había nada coherente, y el doctor decía que todo estaba en orden con el bebé y que los mareos y sudoraciones eran parte de los síntomas del embarazo y que muchas mujeres lo tenían hasta el final del embarazo.
En dos semanas se cumplirían los 7 meses de su embarazo, tendría que ir otra vez al control de gestación. La emocionaba. Los pasos lentos la hacen voltear hacia la puerta y era el hombre que tanto la tenía en ascuas.
- ¿Cómo te fue? – preguntó de inmediato.
- No tengo la esperanza de que tengamos resultados positivos.
El hombre no era el mismo al que fotografiaron a la salida del poder judicial. La coraza estaba destruida y había bajado sus defensas y es que así es como se sentía cada que estaba al lado de ella, no sentía necesario fingir ser otra persona, porque la mujer frente a él no lo juzgaba y lo aceptaba.
Clara se acercó con pasos seguros y lo abrazó. Le dio unas palmaditas en la espalda y le susurró que todo
estaría bien, aunque hasta ella misma dudaba de que lo estuviera. Lucas notó que estaba descalza sobre el piso frío.
- Debes cuidarte de cualquier resfriado.
La llevó hasta uno de los muebles y la sentó, él se posicionó delante de ella y le puso las medias gruesas de lana.
- ¿Te has comunicado con Marcos? – preguntó, esperanzado de que lo hubiera hecho, pero la mujer frente a él negó.
Era cierto que ella temía la respuesta que el padre biológico de su pequeña podría decir, aunque no lo decía y siempre evitaba hablar de ello, ese temor siempre estaba ahí.
- Deberías de llamarlo en estos momentos.
- Creo que mejor lo llamo en la noche, quizás esté ocupado en estos momentos.
Prolongar el tiempo no iba a cambiar nada, o ¿Si?
Lucas sabía que mucho antes mejor, y por cómo iban las cosas con su caso, era muy probable que lo sentencie a muchos años. Miró a la mujer con el ceño fruncido.
- Tengo una noticia – sonrió él, intentando calmar los nervios – Quiero que tú y nuestra pequeña, tengan tranquilidad, y en esta casa no la hay, mucho menos con mi madre incomodando.
Editado: 01.07.2024